El mandato de los anticonceptivos¿cuál es el impacto real?

Susan E. Wills

16 de abril de 2012

Quienes apoyan el mandato sobre los anticonceptivos del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, sigla en inglés) incesablemente repiten estas alegaciones: la anticoncepción es un beneficio esencial del cuidado preventivo de la salud; el costo es la principal barrera para su acceso; y quienes objetan el mandato están "haciendo guerra contra las mujeres".

Esta es información engañosa para distraernos del asunto principal: La violación sin precedentes por parte de la Administración de los derechos de conciencia y libertad religiosa al forzar a casi todos los que ofrecen o compran un plan de salud, incluso católicos fieles y la mayoría de los empleadores católicos, a cubrir procedimientos de esterilización, anticonceptivos y abortivos.

¿Pueden los partidarios alegar que el acceso es un problema, mientras también afirman que más del 99% de las mujeres sexualmente activas estadounidenses de entre 15 y 44 años han usado anticonceptivos?

¿Las mujeres de bajos recursos no pueden pagar anticonceptivos? Recibieron $2.37 mil millones en fondos federales y estatales para planificación familiar en 2010. Los anticonceptivos orales también están disponibles en muchas farmacias por algunos dólares al mes.

¡Incluso hasta las adolescentes tienen acceso! El uso de anticonceptivos es "casi universal" entre las adolescentes con experiencia sexual (96%), según un informe de octubre de 2011 sobre actividad sexual y uso de anticonceptivos realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.  La buena noticia es que la mayoría de los adolescentes ahora están eligiendo el autocontrol en lugar de control de la fertilidad con hormonas y látex. Actualmente, el 57% de las adolescentes entre 15 y 19 años, y el 58% de los adolescentes nunca tuvieron sexo. Desde 1988, las tasas de abstinencia aumentaron un 20% entre estas adolescentes y casi un 50% entre los varones.

La importancia de esta tendencia no puede exagerarse, porque un tercio de las adolescentes sexualmente activas quedarán embarazadas, a pesar del uso de anticonceptivos, dentro de los dos años del inicio sexual. Y los jóvenes de entre 15 y 24 años contraen cerca de 10 millones de nuevas infecciones de transmisión sexual cada año. Muchas de estas enfermedades son incurables, y los costos anuales del tratamiento se estima que superan los $14 mil millones.

Pero el mandato de los anticonceptivos no se refiere solo al acceso a los condones y a las pastillas. Los defensores de los "derechos" reproductivos esperan que ayude a sacar la fertilidad del control de los usuarios de los anticonceptivos (que no siempre toman una pastilla puntualmente o usan un condón según lo indicado) y a dar control a las empresas farmacéuticas y médicos, al hacer que las mujeres pasen a usar "anticonceptivos reversibles a largo plazo" (LARC, sigla en inglés).

En su artículo de opinión de 1995 titulado "Uneven and Unequal" [Disparejo y desigual], el Guttmacher Institute propuso un plan integral para lograr esto por medio de la reforma a la atención de la salud:

  • Todos los métodos deben estar cubiertos por todos los planes, junto con los procedimientos quirúrgicos como las esterilizaciones y los abortos.

  • No se requieren mínimos ni copagos. Esto elimina la barrera de altos costos iniciales de implantes ($800) y DIU (hasta $1000), y las consultas médicas mensuales o quincenales para los inyectables.

  • Y ya que el costo no es una barrera, solo queda un obstáculo: ¡Los padres! ¿Cómo obtiene una adolescente que está bajo la póliza de seguro de sus padres un DIU sin que ellos se enteren? La "solución" de Guttmacher se refleja en la "Aviso previo a la propuesta de normas" del HHS del 21 de marzo.  Los cónyuges y dependientes deben estar incluidos en todas las pólizas, y la confidencialidad y privacidad entre el asegurador y el usuario son obligatorias. Los padres nunca tienen que enterarse, y la adolescente ni siquiera tiene que solicitar, pedir prestado o robar el copago de mamá y papá.
Esta "solución" para el embarazo no deseado es horrorosa en muchos niveles, y no el menor de estos es que estos métodos más efectivos pueden causar incluso mayores riesgos a la salud de las adolescentes y mujeres. La combinación de estrógeno y progestina en la mayoría de los métodos puede aumentar significativamente el riesgo de los dos cánceres más comunes en las mujeres: el cáncer de mama y el cervical. Depo-Provera duplica el riesgo de contraer sida y otras enfermedades de transmisión sexual, e incluso el uso por 12 meses puede duplicar el riesgo de cáncer de mama. Se dice que el parche anticonceptivo duplica el riesgo de coágulos sanguíneos y muerte, en comparación con píldoras de segunda generación. El fabricante de Nuvaring está enfrentando al menos 730 juicios en EE. UU. por lesiones y muertes relacionadas con coágulos sanguíneos. En un estudio grande de usuarios de DIU de cobre, dos tercios sufrieron dolor abdominal y un aumento del 60% en el sangrado.

Entonces, ¿por qué algunas personas creen que la anticoncepción previene problemas de salud?  ¿Y por qué es una "guerra" contra las mujeres defender su salud, y su libertad de decir no a esta agenda? 


Susan Wills es directora adjunta para educación y difusión del Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Visite www.usccb.org/conscience para más información acerca de las actividades de los obispos para proteger la libertad de conciencia.