Criando hijos castos en un mundo pornografico

Nota: Este artículo es parte de la serie "Corazón Puro" dela USCCB y es un recurso que acompaña a la declaración de USCCB Crea en mí un corazón puro: Una respuesta pastoral a la pornografía; una traducción en ingles de este artículo está disponible en www.usccb.org/cleanheart.

Por Ryan Foley

Vivimos en una cultura sexualmente quebrada. En los tiempos modernos, la prevalencia de la pornografía se ha convertido en un problema acuciante para los padres. A continuación presentamos cinco pasos que pueden dar los padres para criar hijos castos en un mundo pornográfico.

1. Padres, enseñen a sus hijos el verdadero significado de la sexualidad humana y edúquenlos en la castidad.

Formar un niño en la castidad es una de las responsabilidades más importantes que tienen las madres y los padres.1 Debido a que vivimos en una cultura altamente sexualizada, los niños están recibiendo una educación en sexualidad todo el tiempo. Es imperativo que ustedes como padres les den una educación y formación en el amor y la castidad auténticos durante toda su niñez.

Ante todo, los padres deben enfatizar la belleza y la sacralidad del cuerpo y la sexualidad, y la verdad de que estamos hechos para el amor duradero. Cada uno de nosotros está hecho a imagen de Dios y por lo tanto está llamado al amor, pues "Dios es amor" (1 Jn 4:8). Lejos de oponerse al sexo, la Iglesia quiere preservar el verdadero significado del amor, incluida la sexualidad. Las relaciones maritales, tal como Dios las diseñó, sirven para promover la unidad de marido y mujer y la creación de nueva vida (véase Gn 1:28, 2:23-24). Los padres deben aprovechar todas las oportunidades para inculcar en sus hijos la bondad del diseño de Dios para el matrimonio y la familia.

A todos los padres: ¡Gracias por su gran amor y sacrificio! . . . Ustedes son los primeros tutores y maestros de sus hijos y están llamados a ser sus modelos de amor casto y fructífero. —Crea en mí un corazón puro, p. 25

Los padres deben también recalcar a sus hijos el poder del sexo. Una analogía que se puede utilizar es que la sexualidad es como un fuego. Un fuego en la chimenea es bueno; su resplandor trae calidez, luz y alegría a la casa. Un fuego en medio del piso de la sala es malo; sin límites adecuados, puede quemar toda la casa hasta sus cimientos.

¡Anímense! La mayoría de los padres que hablan con sus hijos sobre la verdad y el significado de la sexualidad humana y los daños de la pornografía encuentran que la incomodidad de la conversación está del lado del padre y no del niño. Los niños anhelan dirección y orientación en un ámbito tan importante de sus vidas.

2. Sean conscientes de que la pornografía está disponible por todas partes y del hecho de que muchos niños están expuestos a ella a edades tempranas.

La edad promedio de la primera exposición a la pornografía es los once años.2 Más de la cuarta parte de los niños ven pornografía antes de comenzar la pubertad, un porcentaje que se ha incrementado en las generaciones pasadas.3 A los dieciocho años, más del 90% de los muchachos y el 60% de las chicas habrán accedido a pornografía en línea al menos una vez.4 Con cada nueva generación que crece ahora con la Internet, estar expuesto a la pornografía ya no es la excepción sino la norma.

Algunos niños están expuestos a la pornografía inadvertidamente cuando están en línea. Otros están expuestos por la curiosidad natural sobre la sexualidad humana. Mientras más pequeños son los niños, más efecto puede tener la pornografía sobre sus jóvenes cerebros. Múltiples estudios demuestran que los jóvenes que buscan y consumen pornografía en línea son más propensos a tener actitudes "recreativas" respecto al sexo.5 Además, los investigadores también han encontrado una correlación significativa entre uso frecuente de pornografía y sentimientos de soledad y depresión mayor.6

Los niños y adolescentes que ven pornografía reciben en efecto una educación sobre la sexualidad a partir de lo que están viendo. —Crea en mí un corazón puro, p. 18

A menudo, los padres temen que enseñar a sus hijos sobre la sexualidad significa decir "demasiado y muy pronto". Pero dada la temprana edad en que los niños pueden ver pornografía por primera vez, lamentablemente lo que sucede con más frecuencia es que los padres dicen "demasiado poco y muy tarde". Los padres y madres deben usar la prudencia y considerar en oración cuánta información puede manejar y entender un niño en particular a una edad determinada. La buena información arma a los niños con la verdad, permitiéndoles detectar más fácilmente las mentiras de nuestra cultura hipersexualizada. La educación en la castidad puede comenzar a temprana edad fomentando la modestia, el respeto por el propio cuerpo y el autocontrol. La instrucción posterior, que puede impartirla mejor el padre del mismo sexo que el niño, puede partir de esta base con orientación delicada y clara sobre la moralidad sexual.

3. Si luchan con el uso de pornografía, busquen su propia curación para ser un buen ejemplo y testimonio de amor casto para sus hijos.

A muchos padres les resulta difícil abordar temas como la sexualidad o la pornografía con sus hijos debido a la vergüenza que sienten por sus propios pecados y luchas sexuales, ya sean pasados o presentes. Pero no permitan que la vergüenza o la turbación les impidan enseñar a sus hijos sobre la castidad. En todo caso, los padres que han luchado con su comportamiento sexual se dan cuenta de que, por el bien de sus hijos, deben ser honestos consigo mismos, arrepentirse de sus pecados y buscar curación. La historia de curación de un padre es una poderosa historia de redención y conversión.

Padres, si ustedes luchan personalmente o han luchado con la pornografía u otras formas de pecado sexual, nunca es demasiado tarde para dar un buen ejemplo a sus hijos. Busquen la ayuda que necesitan de la Iglesia, consejeros profesionales o grupos de apoyo locales para superar los hábitos pecaminosos que los tienen agobiados.7

4. Sean vigilantes con la tecnología que permiten ingresar a su hogar, y establezcan límites claros instalando software de filtrado y educando a sus hijos sobre el uso de la tecnología.

La tecnología, y particularmente la Internet, es ahora la principal puerta de acceso a la pornografía. Todo, desde iPods hasta consolas de videojuegos, desde computadoras portátiles hasta tabletas, desde televisores hasta teléfonos inteligentes, todos los dispositivos que se conectan a la Internet pueden acceder a pornografía. Por lo tanto, es importante que los padres sigan esta regla: Si no estoy dispuesto a monitorearlo, no lo proporcionaré.

¡Padres y tutores, protejan su hogar!—Crea en mí un corazón puro, p. 25

Cuando se trata de proteger a nuestros hijos de lo peor de lo peor que hay en línea, los buenos controles parentales pueden servir de mucho. He aquí algunas sugerencias:

  • Instalen el filtrado de Internet en todos los dispositivos de acceso a Internet de su familia: computadoras personales, portátiles, tabletas, teléfonos, etc. Un buen software de filtrado, cuando está configurado correctamente, puede bloquear casi toda la exposición inadvertida a material inapropiado en línea.

  • Establezcan una cultura de rendición de cuentas en su hogar. Junto con el software de filtrado, los padres también deben estar recibiendo informes de rendición de cuentas de la Internet. La rendición de cuentas no tiene que ver con "atrapar" a los niños actuando mal, sino con ayudar a los niños a pensar más críticamente sobre su uso de la Internet. También anima a los padres a tener conversaciones sobre los sitios que sus hijos visitan y los términos de búsqueda que utilizan.

  • Utilicen las funciones de "búsqueda segura" en todos los navegadores web. Si bien no son infalibles, pueden proporcionar otra capa de protección.

  • Hoy en día, muchos dispositivos móviles cuentan con controles parentales integrados que limitan el tipo de contenido y las aplicaciones a los que los niños pueden acceder en estos dispositivos. Asegúrense de utilizarlos.

Otra cuestión que los padres deben tener en cuenta son las interacciones sexuales en línea. Primero está el problema cada vez más extendido del "sexting": el envío de mensajes, imágenes o videos sexualmente explícitos a través de mensajes de texto, correo electrónico o medios sociales. Un estudio estimó que dos tercios de los adolescentes y adultos jóvenes han recibido un "sext", y el 40% han enviado uno.8 Algunos programas permiten al usuario enviar imágenes que "se esfuman" justo después de que se envían, lo que hace más difícil para los padres no perder de vista la actividad de sus hijos. Los niños y los adolescentes pueden sentirse presionados a enviar o recibir un "sext" de sus compañeros.

La segunda amenaza son los depredadores sexuales en línea. Si bien hay muchos escenarios de depredación diferentes, la mayoría se reducen a adultos (en su mayoría hombres) que hacen presa de vulnerabilidades comunes de los adolescentes. Los depredadores en línea usan principalmente los medios sociales para identificar y contactarse emocionalmente con sus víctimas.

El hecho es que probablemente siempre habrá adultos y adolescentes que busquen manipular y maltratar a otros por placer sexual y poder. Lo que los padres deben hacer es imbuir prudencia en sus hijos para que no sean blancos fáciles. Primero, como se enfatiza arriba, hablen con sus hijos sobre el cuerpo y su sacralidad. Enséñenles que debemos mantener ciertas partes del cuerpo privadas, no porque el cuerpo sea malo o vergonzoso, sino porque sólo su cónyuge debe verle "desnudo y sin vergüenza", como dice la Escritura (Gn 2:25). La privacidad afirma y protege la sacralidad de la persona y su cuerpo.

Enseñen también a sus hijos una desconfianza saludable hacia otros que estén en línea. Esto no es pesimismo o paranoia; es realismo. Sus hijos deben saber que si eligen ser vulnerables en línea, ya sea emocional o sexualmente, hay personas por ahí que se aprovecharán de eso. Podrían difundir una foto sexy para que otros la vean, chantajear a la persona con las fotos más adelante, o usarlas como un medio para tratar de vincularse con un niño o niña vulnerable. Cualquiera puede ser lisonjero en línea, pero las relaciones reales florecen con interacciones honestas, cara a cara, no a través de la manipulación.

5. Cultiven relaciones de amor y confianza con sus hijos, para que ellos se sientan cómodos al acercarse a ustedes con preguntas sobre sexualidad o imágenes sexuales que puedan haber visto inadvertidamente.

Efesios 6:4 dice que un padre debe "formar" y "corregir" a sus hijos. Estas dos actividades abarcan gran parte de lo que la Biblia dice a los padres sobre la buena crianza de los hijos, a saber, proporcionar un entorno de estructura y apoyo. Y, por supuesto, esto también se aplica a las madres. Como padres, cuando proporcionen a sus hijos tanto estructura como apoyo, no serán autoritarios (excesivamente exigentes sin calidez) o permisivos (muy sensibles y cálidos sin expectativas), sino que ejercerán su autoridad con amor.

Los padres permisivos (todo apoyo, poca estructura) forman involuntariamente a sus hijos en la creencia de que todos sus caprichos y deseos son buenos. Estos padres creen falsamente que la mejor manera de cultivar el carácter de un niño es con menos reglas y más amor familiar. Aunque en la superficie su enfoque parece cariñoso y edificante —especialmente en comparación con padres más estrictos— estos padres indulgentes crían hijos que fácilmente se desvían al campo minado del pecado sexual y tienen poca experiencia a la hora de resistir la tentación y los deseos.

En el otro extremo del espectro, los padres autoritarios (todo estructura, poco apoyo) forman niños para que busquen refugio en cualquier lugar excepto en el hogar. Estos padres crean un hogar excesivamente crítico desprovisto de afirmación y estímulo. En estas casas, los niños empiezan a creer que sus padres no se interesan por ellos, o que nunca estarán a la altura de lo que ellos les exigen. Estos padres legalistas inadvertidamente empujan a sus hijos al campo minado del pecado sexual.

Pero cuando los padres dan una estructura sólida y a la vez un apoyo amoroso a sus hijos, crían hijos prudentes que desean la rectitud, e hijos amados que saben que pueden acudir a sus padres en busca de ayuda y misericordia. Dios siempre está dispuesto a otorgarnos misericordia. A través de las interacciones amorosas con su padre o su madre, los niños llegan a experimentar, y luego aprenden a confiar, en esta misericordia.

Para obtener más recursos, véanse:

  • www.usccb.org/cleanheart—La página de destino de la declaración completa de los obispos sobre la pornografía y muchos otros recursos.

  • www.faithandsafety.org—"Technology Safety Through the Eyes of Faith" (Tecnología segura a través de los ojos de la fe), dirigida por la USCCB y la Arquidiócesis Ortodoxa Griega de América.

  • Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: Verdad y significado. Orientaciones educativas en familia, disponible en el sitio web del Vaticano, www.vatican.va.

Notas

  1. Véase Papa Francisco, Exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia (2016), nos. 280-286, "Sí a la educación sexual".

  2. Véase Peter C. Kleponis, Integrity Restored: Helping Catholic Families Win the Battle Against Pornography (Steubenville, Ohio: Emmaus Road Publishing, 2014), citando "Pornography Statistics", Family Safe Media (2010); véase también C. Sabina et al., "The nature and dynamics of Internet pornography exposure for youth", Cyberpsychology and Behavior 11 (2008): 691-693.

  3. The Porn Phenomenon: The Impact of Pornography in the Digital Age (Barna Group, 2016), 115.

  4. C. Sabina et al., "The nature and dynamics of Internet pornography exposure for youth"; L. M. Jones, K. J. Mitchell y D. Filkelhor, "Trends in youth internet victimization: Findings from three youth internet safety surveys 2000-2010", Journal of Adolescent Health 50 (2012): 179-186.

  5. M. Flood, "The Harms of Pornography Exposure Among Children and Young People", Child Abuse Review 18 (2009): 384-400; J. Brown y K. L'Engle, "X-Rated: Sexual attitudes and behaviors associated with U.S. early adolescents' exposure to sexually explicit media", Communication Research 36 (2009): 129-151; y D. Braun-Courville y M. Rojas, "Exposure to sexually explicit web sites and adolescent sexual attitudes and behaviors", Journal of Adolescent Health 45 (2009): 156-162.

  6. M. L. Ybarra y K. J. Mitchell, "Exposure to Internet Pornography among Children and Adolescents: A National Survey", Cyberpsychology & Behavior 8 (2005): 473-486.

  7. Para ver una lista de grupos de apoyo y programas de recuperación, visite www.usccb.org/cleanheart.

  8. The Porn Phenomenon, 28-29.

Sobre el autor

Ryan Foley es consultor de seguridad en Internet y vicepresidente de desarrollo de negocios de Covenant Eyes, un servicio de rendición de cuentas y filtrado en Internet.

 

El documento Criando hijos castos en un mundo pornográfico fue desarrollado como recurso y aprobado por el obispo Richard J. Malone, presidente del Comité sobre Laicado, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB). Su publicación ha sido autorizada por el abajo firmante.

Mons. J. Brian Bransfield
Secretario general, USCCB

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Para ver la declaración completa de la USCCB sobre la pornografía, Crea en mí un corazón puro, y recursos adicionales, visite www.usccb.org/cleanheart.