Viviendo como pueblo de Dios en tiempos difíciles

Una reflexión pastoral del Comité Administrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de losEE.UU. WASHINGTON—El ComitéAdministrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. (USCCB) ha emitido la siguiente reflexión pastoral ensolidaridad con aquellos que se han visto obligados a aban

Una reflexión pastoral del Comité Administrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de losEE.UU.

WASHINGTON—El ComitéAdministrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. (USCCB)  ha emitido la siguiente reflexión pastoral ensolidaridad con aquellos que se han visto obligados a abandonar sus hogaresdebido a la violencia, conflictos o miedo en su tierra natal. En la declaración, los obispos exhortan acada uno de nosotros a hacer lo posible para acompañar a los migrantes y losrefugiados que buscan una vida mejor en los Estados Unidos.

El texto completo dela declaración del Comité Administrativo de USCCB puede encontrarse acontinuación:

Lapalabra de Dios está verdaderamente viva hoy. "Cuando un extranjero residacontigo en tu tierra, no lo maltratarás. Él será para ustedes como uno de suscompatriotas y lo amarás como a ti mismo, porque también ustedes fueronextranjeros en Egipto"(Lv. 19:33-34).

Vivircomo pueblo de Dios es vivir en la esperanza de la resurrección. Vivir enCristo es recurrir al amor sin límites de Jesús que nos fortifica contra latentación del miedo. Oren para que nuestra participación en el debate sobre temasde inmigración y refugiados pueda traer paz y consuelo a los más afectados porcambios actuales y propuestos en la política nacional.

No debemosde perder de vista el hecho de que detrás de cada política está la historia deuna persona en busca de una vida mejor. Pueden ser una familia inmigrante orefugiados haciendo sacrificios para que sus hijos tengan un mejor futuro. Comopastores de una Iglesia peregrina, no nos cansaremos de decirle a las familiasque tienen el valor de salir desde su desesperación hacia el camino de laesperanza: "Estamos con ustedes". También puede tratarse de unafamilia que busca seguridad debido a una creciente amenaza de violenciaextremista. Es necesario proteger a los Estados Unidos de una manera que no noshaga perder nuestra humanidad.

Un intensodebate es esencial para una democracia saludable, pero la retórica del miedo noes útil. Cuándo nos vemos los unos aotros, ¿vemos con el corazón de Jesús? Dentro de nuestros diversos orígenes se encuentran sueños comunes paranuestros hijos. Teniendo esperanza en la próxima generación es cómo la naciónse dará cuenta de su lema fundacional, "de muchos, uno". Al hacerlo,también nos daremos cuenta de la esperanza de Dios para todos sus hijos: que nosveamos mutuamente como apreciados hermanos y hermanas sin importar raza,religión u origen nacional.

NuestroSeñor y Salvador Jesucristo, la palabra hecha carne (Jn. 1:14), nos fortalecepara practicar estas palabras en nuestras vidas. ¿Cómo podríamos, como católicos y en nuestrapropia manera, poner en práctica nuestras palabras de solidaridad para losmigrantes y refugiados?

Orar para poner fin a las causas del odio y la violenciaque obligan a padres y madres a abandonar el único hogar que conocen enbusca de seguridad económica y física para sus hijos.

Reunirse con miembros de sus parroquias que son reciénllegados, escuchen sus historias y compartan las suyas. Cientos deparroquias católicas en todo el país tienen programas para inmigrantes yrefugiados para consolarlos y ayudarlos a conocer sus derechos. También esimportante acercarse en diálogo amoroso a los que puedan estar endesacuerdo con nosotros. Mientras entendamos mejor las preocupaciones delos demás, mejor podremos servir unos a otros. Juntos, somos un solocuerpo en Cristo.

Llame, escriba o visite a su representante electo ypídales que encuentren una solución para el fallido sistema migratorio de una manera queproteja nuestra seguridad y nuestra humanidad a través de una generosaoportunidad para la inmigración legal.

Como dijo el Papa Francisco, "migrar es expresión del anhelo intrínseco ala felicidad precisamente de cada ser humano, felicidad que es buscada yperseguida. Para nosotros cristianos, toda la vida terrena es un caminar haciala patria celeste."

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Etiquetas: Conferenciade Obispos Católicos de los EE.UU., USCCB, Comité Administrativo, Papa Francisco,migración, refugiados, familias, Iglesia peregrina, violencia extremista,democracia, seguridad de Estados Unidos, solidaridad

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Norma Montenegro Flynn