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Catechetical Sunday 2016 Poster in Spanish

El catequista y maestro de escuela católica como líder y modelo de la oración

by Maria Cruz-Cordoba

Como catequistas y maestros de escuelas católicas, tratamos de acrecentar la relación que nuestros estudiantes tienen con Dios y los ayudamos a desarrollar su vida de oración, otorgándoles el poder de aprender sus oraciones para que se familiaricen con las diferentes maneras de rezar. Deseamos que nuestros estudiantes experimenten la oración al ofrecerles estas oportunidades sin limitarlos, porque al limitarlos nos mostramos cerrados a todas las posibilidades de la oración. Sin embargo, si todo lo que estamos haciendo es enseñar sin desarrollar nuestra propia vida de oración, nuestro alcance es limitado. ¿Cómo transmitiremos la fe si sólo podemos dar nuestra propia vida de oración?

Debemos alimentar nuestra vida de oración si queremos servir como ejemplos de la oración. Un catequista o maestro de escuela católica necesita estar orientado hacia una vida de oración, lo que significa que debe orar constantemente por los demás y enseñarles cómo orar. El Señor enseñó a sus discípulos a orar el Padre Nuestro como el máximo ejemplo de la oración; como sus discípulos lo veían orar y sabían que Él estaba hablando con su Padre, entendían la conexión que podían tener con el Padre. Y fue así que los discípulos aprendieron a orar. Las palabras del Padre Nuestro fueron entregadas a Jesús por su Padre para que Él nos demostrara cómo podemos nosotros orar por nuestras necesidades. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "Él es el Maestro de nuestra oración. Por otra parte, como Verbo encarnado, conoce en su corazón de hombre las necesidades de sus hermanos y hermanas los hombres, y nos las revela: es el Modelo de nuestra oración" (CIC, 2765). Es así que los cristianos, especialmente catequistas o maestros de escuelas católicas, aprendemos, vivimos y enseñamos lo esencial de la oración.

Somos un ejemplo de la oración porque somos gente que ora. Es en nuestra vida de oración en donde desarrollamos nuestra relación con Dios. Porque en la oración es como nos comunicamos con Dios. Es el lugar donde podemos decirle cuánto lo amamos y compartir con Él todas las cosas que son importantes en la vida. Al orar estamos desarrollando una relación con Dios al expresar nuestras preocupaciones, necesidades, miedos y alegrías. Dios quiere que hablemos con Él. "Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" (Mt 7:7-8).

Orar no es fácil. Hay muchas distracciones que nos impiden orar. La constante interrupción de nuestro mundo actual es una de esas distracciones. Cosas tales como teléfonos celulares, computadoras, compromisos familiares y los límites del tiempo son parte de nuestra realidad y desvían nuestra atención. Tanto es así que la Iglesia nos asegura que los mayores obstáculos al rezar son la distracción, la sequedad, la falta de fe y la acedía, que es una forma de flojera o pereza. Estas distracciones nos pueden llevar a la sequedad. La sequedad "forma parte de la contemplación en la que el corazón está seco, sin gusto por los pensamientos, recuerdos y sentimientos, incluso espirituales" (CIC, 2731). Muchas veces usamos las distracciones como escapes donde evadimos cosas que no queremos enfrentar. El paso más fácil y a nuestro alcance es entregarle todo al Señor. Porque al no entregarle todo al Señor, separamos nuestros corazones del Señor.

Otra manera en la que experimentamos sequedad es cuando no estamos dispuestos a "soltar y dejar que sea lo que Dios quiera" para que Él se haga cargo de nuestros problemas y preocupaciones. En cambio buscamos a Dios como último recurso por nuestra falta de fe. Nos rendimos fácilmente cuando pensamos que nuestra oración no es escuchada. Principalmente, la gente es perezosa para orar. Rezar es difícil y, por eso, prefieren rendirse.

El papa Francisco reconoce que orar es difícil: "Déjense mirar por el Señor. Comprendo que para ustedes no sea tan sencillo: es difícil encontrar un tiempo prolongado de calma, especialmente para quienes están casados y tienen hijos. Pero, gracias a Dios, no es necesario que todos lo hagan de la misma manera; en la Iglesia hay variedad de vocaciones y variedad de formas espirituales" (w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130927_pellegrinaggio-catechisti.html).

Parte de la formación de los catequistas y maestros de escuelas católicas es tener una vida espiritual. El Directorio Nacional para la Catequesis dice que parte del plano espiritual para un catequista [y maestro de escuela católica] es "ayudarles a desarrollar sus vidas espirituales —su comunión de fe y amor con la persona de Jesucristo— promoviendo, tanto como sea posible, una vida sacramental y de oración intensa…" (Directorio Nacional para la Catequesis [DNC] [Washington, DC: United States Conference of Catholic Bishops, 2005], no. 264). La Iglesia pide y ve necesario que lo primordial sea una vida de oración y fe; por lo tanto, el catequista y maestro de escuela católica como modelo de vida de fe necesita esforzarse para tener esa vida.

La Iglesia nos enseña que no hay sólo una manera de orar. Somos distintos y las vidas de oración no tienen que ser iguales. El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña cinco maneras de orar:

  1. La bendición y la adoración — Estas son dos de las maneras de rezar que fluyen de una actitud que acepta que somos criaturas en la presencia de nuestro Creador. Y que adoramos a Dios, quien provee todas nuestras bendiciones. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a aquel que es la fuente de toda bendición" (CIC, 2626). Nuevamente, el papa Francisco enfatiza la importancia de la adoración. El Santo Padre dice: "Cuando vas a la Iglesia, miras el Sagrario... Dejarse mirar por el Señor. Él nos mira y ésta es una manera de rezar… De todas formas Él te mirará, igualmente te mirará. Pero tienes la certeza de que Él te mira... Esto caldea el corazón, mantiene encendido el fuego de la amistad con el Señor, te hace sentir que verdaderamente te mira, está cerca de ti y te ama" (w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130927_pellegrinaggio-catechisti.html).
  2. La oración de petición — Es una forma de oración en donde aceptamos que dependemos de Dios para satisfacer nuestras necesidades, incluyendo el perdón. Logramos esto al pedir, implorar, rogar o llorar en busca de ayuda. La primera epístola de san Juan dice, "Esta es la confianza plena que tenemos en él: que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha" (1 Jn 5:14).  
  3. La oración de intercesión — Esta manera de rezar la realizamos en nombre de las necesidades de otras personas a través de las oraciones de los creyentes que rezamos en la Iglesia. Esta manera de rezar es recomendada y practicada por Jesús. El propio Espíritu intercede por nosotros, "Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables" (Rm 8:26).
  4. La oración de acción de gracias — Esta manera de rezar la realizamos para dar gracias a Dios por todos los regalos que hemos recibido, especialmente al recibir la Eucaristía en la Misa. La beata Madre Teresa de Calcuta dice: "Y para nosotros que tenemos el precioso regalo de la Santa Eucaristía todos los días, ese contacto con Cristo es nuestra oración; ese amor por Cristo, esa alegría en su presencia, ese rendirse a su amor por Cristo, es nuestra oración".
  5. La oración de alabanza — Esta manera de orar la realizamos para dar Gloria al Señor porque Dios es bueno. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y su término: 'un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros' (1 Co 8, 6)" (CIC, 2639).

En la oración el hombre se armoniza y se encuentra a sí mismo en el encuentro con Dios. Este encuentro transforma la vida de oración; es por eso que es esencial entender e integrar las tres maneras importantes de orar, las cuales son:

  1. Orar en voz alta — Es cuando alzamos nuestras voces y nos expresamos verbalmente. Y cuando cantamos la Gloria y el Aleluya.
  2. Orar en meditación — Es cuando usamos nuestras mentes para contemplar los designios de Dios y sus planes para nuestras vidas, y le preguntamos, "Señor, ¿qué debo hacer?" Nos rendimos a sus pies y tratamos de escuchar sus planes para nosotros.
  3. Orar en contemplación — Es cuando nos ponemos frente a Cristo y de una manera relajada, atenta y en silencio, escuchamos y obedecemos los designios de Dios porque sabemos que Él nos ama. La contemplación nace del deseo de conocer íntimamente al Señor y lleva a asumir los sentimientos profundos y el amor a Cristo.

Como hemos visto, orar es un arte y requiere tiempo, atención y esfuerzo. Hay muchas maneras de superar estos obstáculos, como rezar la Liturgia de las Horas, asistir a un retiro espiritual, unirse a un grupo de oración o pasar un rato en la capilla de adoración. Uno jamás debe dejar de rezar. Como dice san Pablo: "siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos" (Ef 6:18). Tenemos que estar conscientes de la presencia de Dios en todo lo que vemos, tocamos, respiramos, escuchamos y comemos.

Aunque la vida de oración es esencial, reconocemos que es difícil. Como catequistas y maestros de escuelas católicas tenemos un recurso adicional, que es la comunidad. Encontrar un grupo de oración es beneficioso porque nos unimos con personas que nos ayudan a través de la oración. Compartimos cosas que nos están afectando y podemos contar con los miembros del grupo de oración para que intercedan por nosotros así como nosotros intercedemos por ellos. Es maravilloso encontrar un grupo de apoyo en momentos en los que somos débiles, y así no sólo logramos ser personas de oración sino que formamos comunidades de oración. Comunidades donde los catecúmenos reciben la fe, aprenden a vivirla y se hacen modelos de fe y oración para la próxima generación.

Los catequistas y maestros de escuelas católicas deben representar la manera de orar ante sus estudiantes, ya sean estos niños o adultos. Los estudiantes deben ver a su catequista o maestro de escuela católica asistir a misa de manera cumplida, ir a confesarse regularmente, asistir a retiros espirituales y practicar la adoración del Santísimo. Las siguientes son sugerencias para que los catequistas o maestros de escuelas católicas muestren las maneras de orar. Algunos ejemplos a seguir son:

  • ofrecer oraciones al principio y al final de la clase o reunión
  • tener siempre un espacio de oración (un altar pequeño) como eje central de la clase o reunión
  • proveer diferentes maneras de orar durante la clase o reunión
  • desarrollar y servir como anfitrión en retiros espirituales
  • enseñarles a orar con todo su cuerpo
  • enseñarles a mantener un diario de oración

Orar durante la Liturgia de las Horas puede parecer una tarea intimidante para aquellos que nunca lo han hecho, así que gran parte del tiempo y atención debe ser utilizada para ayudar a los estudiantes a entender cómo se debe orar en ese momento. Un lugar importante para obtener información es el centro de recursos y ministerio de la diócesis local, donde se pueden revisar libros y videos, o también su biblioteca pública. Sin embargo, el mejor recurso es una persona que sepa orar durante la Liturgia de las Horas. Inviten al sacerdote de su parroquia, diácono o hermano o hermana religiosa para que hablen sobre su experiencia personal al orar durante la Liturgia de las Horas, y luego enseñen a sus estudiantes a orar de esta manera todos los días.

Aunque hay muchos métodos para meditar, como la Lectio Divina o el Rosario, es preferible utilizar el método en donde guiemos a los estudiantes para que mediten a través de una conversación con Jesús utilizando las Sagradas Escrituras, imágenes y música.

Podemos bendecir a nuestros estudiantes a medida que van entrando al salón de clase y/o a medida que terminan su día realizando la señal de la Santa Cruz sobre sus frentes. Siempre hay que asegurar incluirse a sí mismos en esta oración al hacer que uno de los estudiantes los bendiga a ustedes.

En vez de apagar la luz o aplaudir para llamar la atención de los estudiantes en el salón de clase, podemos decir "¡Dios es bueno!" y hacer que ellos nos respondan "¡Todo el tiempo!" Repetimos "¡Todo el tiempo!" y ellos responden "¡Dios es bueno!", y ¡sí que lo es!

Nuevamente, al incluirnos en las oraciones que enseñamos a nuestros estudiantes nos convertimos en participantes activos que modelan la manera de orar conjuntamente con ellos y no como una persona aparte. Una manera de enseñar esta manera de orar a nuestros estudiantes es a través de la Adoración de la Eucaristía. Los estudiantes pueden mirar a Cristo, sentir Su presencia y Su amor porque saben que Él está ahí en ese momento con ellos.

Otra manera de incorporar esta manera de orar es reuniendo a los estudiantes en un círculo e indicándoles que se tomen de las manos para rezar el Padre Nuestro. En grupo se deben hacer las peticiones para que Dios escuche nuestras oraciones y de esta manera unos oremos por los otros y nosotros por ellos.

Finalmente, un catequista y maestro de escuela católica no puede transmitir la fe sin llevar una vida de oración personal. Por lo cual no puede transmitir lo que no practica: "Esta vida en el Espíritu Santo —alimentada por la oración, la celebración de la Eucaristía y la edificación de la comunidad— hace reales sus actividades catequísticas en los corazones y la mente de aquellas personas a quienes son enviados" (DNC, no. 268). Ojalá que este detallado estudio sobre la oración y sugerencias sobre cómo practicarla los lleve a ser líderes y modelos de la oración.


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Las citas del Catecismo de la Iglesia Católica han sido extraídas de la segunda edición, copyright © 2000, Libreria Editrice Vaticana–United States Conference of Catholic Bishops, Washington, DC. Utilizadas con permiso. Todos los derechos reservados.