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Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
concentraba en sus necesidades espirituales, no ignoraba las materiales.
Se enseñó a los nuevos conversos métodos de cultivo, de criar ganado y
diversos oficios y artes. De esta forma, se les ayudó a pasar de su pasado
nómada a una forma de vida doméstica estable. Los extensos informes
objetivos del Padre Serra sobre sus obras misioneras revelan a un hombre
que amó a su pueblo.
En 1987,cuando el Papa Juan Pablo II decidió beatificar al Padre Serra,
algunos nativos americanos alzaron una protesta, argumentando que los
soldados y misioneros españoles habían intentado erradicar el lenguaje,
cultura e identidad de sus gentes en California.El Papa se reunió en Phoenix
con los líderes de los nativos americanos. El Papa defendió el legado de los
misioneros franciscanos.
Admitió que habían existido excesos. También hizo notar que el peso
de la evidencia indicaba que el Padre Serra nunca había sido culpable
de maltratar a los nativos americanos. De hecho, los había defendido
del maltrato. El Papa fue luego a la misión de San Carlos (Monterrey-
Carmel) y rezó ante la tumba del Padre Serra. Beatificó al Padre Serra el
25 de septiembre de 1988 en la Plaza de San Pedro. Elogió al Padre Serra
como “un modelo ejemplar del evangelizador desinteresado, un ejemplo
resplandeciente de virtud cristiana y del espíritu misionero” (v.d.t.).
Una estatua del Beato Junípero Serra se encuentra en la Sala Nacional
de las Estatuas (
National Statuary Hall
) del capitolio de Estados Unidos en
Washington, D.C. Una estatua de bronce del Padre Serra se encuentra
también en el Golden Gate Park de San Francisco. Su nombre ha sido
adoptado por una organización laica conocida como el Serra Club, que
hacemucho para promover las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa
en Estados Unidos y en otros países. El Padre Serra murió en 1784.
El Beato Junípero, ahora en el último paso hacia la santidad, dio
testimonio de la santidad de la Iglesia. Como un misionero extraordinario,
el Padre Serra es un ejemplo excepcional de la llamada apostólica de la
Iglesia a predicar y dar testimonio del Evangelio a todas las gentes.De esta
forma, el Padre Serra exhibió de una forma extraordinaria dos de los cuatro
atributos que caracterizan a la Iglesia.
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