160 •
Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
—
Liturgia de las Horas
; cf. Lc 1:46-55
ORACIÓN
Memorare
Acordaos, oh piadosísima VirgenMaría, que jamás se ha oído
decir que ninguno de los que haya acudido a tu protección,
implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido
abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también
acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu
presencia soberana. No deseches mis humildes súplicas, oh
Madre del Verbo divino, antes bien, escúchalas y acógelas
benignamente. Amén.
—San Bernardo de Clairvaux
•
Dios te salve, María, llena eres de gracia.