Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  469 / 706 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 469 / 706 Next Page
Page Background

31

EL SÉPTIMO

MANDAMIENTO:

NO ROBES — ACTÚA

CON JUSTICIA

NO ROBARÁS

—CIC, NOS. 2401-2463

LA MADRE JOSEPH: UNA MONJA

DEL OESTE AMERICANO

La Madre Joseph nació el 16 de abril de 1823, con el nombre de Esther

Pariseau, en una granja cerca del pueblo de Saint Elzear,Québec. Durante

su juventud aprendió carpintería de su padre, que construía carruajes.

Cuando Esther tenía veinte años, su padre la presentó a las recién creadas

Hermanas de la Providencia en Montreal y le dijo a la madre superiora:

“Madam, le traigo a mi hija Esther, que se quiere dedicar a la vida religiosa.

Sabe leer, escribir, hacer cuentas con exactitud, coser, cocinar, hilar y hacer

todas las tareas del hogar. Sabe incluso carpintería, usando el martillo y la

sierra tan bien como su padre. También puede planificar y es exitosa en lo

que se propone. Le aseguro, Madam, que será una buena superiora algún

día” (v.d.t.).

Esta fue una profecía acertada. En 1856, la Madre Joseph, como se le

llamaba ahora, y un pequeño grupo de cuatro hermanas se marcharon

de Montreal hacia Fort Vancouver, en el estado de Washington, un viaje de

seis mil millas por tierra y agua. No era un viaje fácil. Una vez que llegaron a

Vancouver, las hermanas heredaron un viejo y abandonado edificio de la

compañía Hudson’s Bay y lo convirtieron en un convento. La Madre Joseph

construyó la capilla y el altar con sus propias manos.