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JESÚS NOS ENSEÑÓ
A REZAR
LA ORACIÓN DEL SEÑOR: EL PADRE NUESTRO
—CIC, NOS. 2759-2865
“USTEDES PUES, OREN ASÍ” (MT 6:9)
Jesús rezaba siempre. San Lucas, por ejemplo, nos dice en su Evangelio:
“También Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo” (Lc
3:21).
Jesús rezó antes de elegir a los Doce Apóstoles y antes de preguntar
a los Apóstoles quién decían ellos que era él. Rezaba regularmente en
la sinagoga y en el Templo. Rezó antes de la predicción de su Pasión y
durante la Transfiguración.“Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y
sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes” (Lc 9:29). Jesús rezó
en la Última Cena, en Getsemaní y en la Cruz.
Rezaba durante largos momentos,a veces toda la noche.“[Jesús] subió
al monte a solas para orar” (Mt 14:23). Los Evangelios raramente describen
en que consistía su oración, diciéndonos simplemente que rezaba a
menudo. Una cosa está clara, los Apóstoles estaban tan afectados por la
consistencia y profundidad de su oración que le pidieron que los ayudara
a rezar: “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11:1).
Jesús les respondió con lo que ahora se conoce como el Padrenuestro.
En el Evangelio de San Mateo, antes de darles su don de la oración Jesús
les enseñó como
no
rezar. En el Evangelio de San Lucas, Jesús les aconseja
además sobre la necesidad de rezar con la confianza de que nuestra
oración será atendida. El Evangelio de Mateo introduce el Padrenuestro
con estas palabras:
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a
quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas
de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya