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LA VIDA EN CRISTO
— PRIMERA PARTE
LOS CIMIENTOS DE LA VIDA MORAL CRISTIANA
—CIC, NOS. 1691-2082
JESÚS EL MAESTRO
A Jesús lo llamaban frecuentemente maestro (en hebreo, Rabino). Jesús
enseñó sobre Dios como su Padre y como Padre de todos los seres
humanos. Enseñó sobre la misericordia y el perdón de Dios. Enseñó sobre
el Reino que su Padre estaba estableciendo, un Reino donde la justicia y
el amor conquistan la injusticia y el odio. Enseñó sobre sí mismo como el
Siervo de Dios, enviado por el Padre para provocar la conversión, incluso
mediante el sacrificio de su propia vida.
Jesús también enseñó a sus discípulos como tendrían que vivir para
alcanzar la plenitud de la vida y de la felicidad, lo cual es el deseo de Dios
para todas las gentes. Hizo esto mediante su propia forma de vivir y con
sus palabras. Su enseñanza brotó de la tradición del antiguo Israel, pero él
también ahondó en esta y la perfeccionó.Una buena ilustración de esto es
su diálogo con un joven, narrado en el Evangelio de San Mateo.
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un joven y le preguntó:
“Maestro, ¿Qué cosas buenas tengo que hacer para conseguir
la vida eterna?” Le respondió Jesús: “¿Por qué me preguntas a mí
a cerca de lo bueno? Uno solo es el bueno, Dios. Pero, si quieres
entrar en la vida, cumple los mandamientos”. El replicó: “¿Cuáles?”
Jesús le dijo: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no
levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, ama a
tu prójimo como a ti mismo. Le dijo entonces el joven: “Todo eso lo
he cumplido desde mi niñez, ¿Qué más me falta?” Jesús le dijo: “Si