

Capítulo 34. El Décimo Mandamiento: Abraza la Pobreza de Espíritu
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Corresponsables de la Iglesia
Como corresponsables de los dones de Dios no somos beneficia
rios pasivos. Cooperamos con Dios en nuestra redención y en la
redención de otras personas.
También estamos obligados a ser corresponsables de la
Iglesia —colaboradores y cooperadores en la continuación del
trabajo redentor de Jesucristo, que es la misión esencial de la
Iglesia. Esta misión: la predicación y la enseñanza, el servicio
y la santificación, es nuestro trabajo. Es la responsabilidad
personal de cada uno de los que se consideran corresponsables
de la Iglesia.
Cada miembro tiene una función diferente que desempeñar
dentro de la misión de la Iglesia:
• los padres que educan y guían a sus hijos a la luz de la fe;
• los feligreses que trabajan concretamente de distintasmaneras
para convertir a sus parroquias en verdaderas comunidades
de fe y fuentes de servicio a toda la comunidad;
• todos los católicos que dan generosamente su apoyo —
tiempo, dinero, oraciones y servicio personal de acuerdo a
sus circunstancias— a los programas e instituciones de la
diócesis y de la Iglesia universal.
Obstáculos a la Corresponsabilidad
Las personas que deciden vivir como discípulos y cristianos
corresponsables se enfrentan a serios obstáculos.
En los Estados Unidos y otras naciones desarrolladas, la
cultura secular dominante contradice en muchas formas las
convicciones de nuestra tradición religiosa sobre el significado
de la vida. Esta cultura frecuentemente incita a los individuos a
centrarse en sí y en los placeres. Muchas veces es demasiado fácil
ignorar las realidades espirituales y negar a la religión un papel
en la formación de los valores humanos y sociales.
Como católicos que hemos penetrado en esta corriente de
la sociedad estadounidense y recibido sus beneficios, muchos
hemos sido influenciados por esta cultura secular. Sabemos lo que