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Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida
amigo, el Padre Etienne Rousselon, Henriette recibió el permiso del obispo
para comenzar una congregación religiosa de hermanas para mujeres
afroamericanas. Dedicadas a la pobreza, la castidad, la obediencia y el
servicio a los pobres y los esclavizados, se llaman a sí mismas Hermanas de
la Sagrada Familia.
Henriette escribió en ese entonces: “Creo en Dios. Pongo mi esperanza
en Dios. Lo amo y quiero vivir y morir por Dios”. Para obtener ayuda
económica para su comunidad, Henriette fundó la Asociación de la
Sagrada Familia con miembros de tres familias de herencia africana. Estos
se beneficiaban de la vida espiritual y de oración de las hermanas y, a
cambio, ellos les daban apoyo moral y económico.
A los pocos años,Henriette inauguró un hogar para ancianos,enfermos
y pobres. Compró una casa para usarla como un centro comunitario, a
donde los esclavos y los negros libres podían ir y establecer relaciones
sociales entre ellos, así como aprender las enseñanzas de la Iglesia. Con el
paso del tiempo, Henriette fundó escuelas y orfanatos para su gente.
Encontró muchas formas de dar dignidad a la vida de los esclavos
negros. Les enseñó que eran libres a los ojos de Dios ya que habían sido
creados a su imagen. Diseñó maneras por las que los esclavos podían
participar en matrimonios sacramentales,algo considerado ilegal por la ley,
ya que los esclavos no eran reconocidos como seres totalmente humanos,
sino como propiedad. La ley civil no consideraba sus matrimonios válidos,
pero para la Iglesia sí eran válidos a los ojos de Dios.
Henriette Delille murió el 17 de noviembre de 1862.Su necrología decía:
“La multitud reunida para su funeral daba testimonio con su dolor de cómo
lamentaban profundamente su muerte, la de una mujer que por su amor a
Cristo se había hecho a sí misma la humilde sierva de los esclavos” (v.d.t.).
Los obispos de Estados Unidos han votado unánimemente apoyar la
“apropiada y oportuna”causa para la canonización de laMadre Henriette.
Hoy en día, las Hermanas de la Sagrada Familia continúan sirviendo en
Estados Unidos y en varios países de Sudamérica.
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La Madre Henriette Delille no quiso nada para ella misma y no buscó
acaparar para sí bienes de este mundo. Abrazar la pobreza la hizo libre
para poder así buscar el bien espiritual de los demás.
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17 Biografía adaptada de Ann Ball,
Modern Saints
(Rockford, IL: Tan Books, 1983).