

A los pocos años del primer viaje de Cristóbal Colón, la presencia e
influencia de la Iglesia Católica ya era evidente en zonas del “Nuevo
Mundo”que más tarde serían parte de Estados Unidos. Las exten
sas tierras de lo que llegaría a convertirse en los Estados Unidos
continentales eran el hogar de los nativos americanos, así como
de católicos de habla hispana en California, Colorado, Arizona,
NewMexico, Texas y Florida, y en partes de Arkansas, Oklahoma y
la península Olympic en el estado deWashington. De igual forma,
católicos de habla francesa encontraron un hogar en el extenso
territorio que se incluiría en la Compra de Louisiana, así como en
el corazón de Estados Unidos y en el área noroccidental pacífica,
donde los nativos americanos fueron evangelizados por misione
ros jesuitas franceses. Desde principios del siglo XVI, la Misa era
celebrada en las tierras que hoy son Florida, Texas y los estados del
suroeste de Estados Unidos. El primer mártir católico en este país
fue el sacerdote misionero franciscano Juan de Padilla, OFM, quien
fue asesinado en 1542 por sus esfuerzos evangelizadores entre los
nativos de Quivira, lo que hoy es Kansas.
No mucho después, se empezaron a establecer diócesis en los terri
torios que son ahora Estados Unidos. La vida católica, la predicación
del Evangelio, la recepción de los sacramentos, la celebración de
la Eucaristía y la enseñanza y testimonio del catolicismo también
empezaron a crecer en aquellas partes del continente que más
tarde se convertirían en las Trece Colonias originales.
Para cuando el Obispo John Carroll fue nombrado pastor de la
naciente comunidad católica de Estados Unidos (los católicos
sumaban 35,000 de una población total de cuatro millones), el
catolicismo florecía en muchas partes del continente. A lo largo de
este libro citaremos ejemplos que ilustran la continua influencia
que ejercen las primeras generaciones de católicos de esta nación.
CATÓLICOS ESPAÑOLES, FRANCESES Y NATIVOS AMERICANOS
Prefacio: Nuestro Primer Obispo Estadounidense • xi