EL
CATECISMO DE
LA IGLESIA CATÓLICA
, 1992
Finalmente, estaba claro que el desarrollo de un nuevo catecismo
universal sería beneficioso, especialmente porque había habido un
incremento significativo de temas e ideas en la Iglesia y la sociedad desde
1566. En 1985, un sínodo de obispos se reunió en Roma para celebrar
el vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Muchos
de los padres del concilio expresaron el deseo de tener un catecismo
universal que fuese referencia para los catecismos que se prepararían en
las distintas regiones. La propuesta fue aceptada y su resultado fue el
Catecismo de la Iglesia Católica
, publicado en 1992. Una nueva edición,
que contenía algunas modificaciones, salió a la luz en 1997.
Este
Catecismo de la Iglesia Católica
está organizado en cuatro par-
tes: “La Profesión de la Fe”, “La Celebración del Misterio Cristiano”,
“La Vida en Cristo” y “La Oración Cristiana”. Su contenido es fiel a la
Tradición Apostólica, las Sagradas Escrituras y el Magisterio. Incorpora
la herencia de los Doctores, Padres y santos de la Iglesia. Ilumina, a su vez,
con la luz de la fe, situaciones, problemas y cuestiones contemporáneos.
El
Catecismo
comienza con la Revelación de Dios, a la cual estamos
llamados a responder con fe, adoración, testimonio moral y una vida de
oración. Todo el texto está guiado por el hecho de que la vida cristiana
está cimentada en la rebosante manifestación creativa y providencial de
la Santísima Trinidad. El
Catecismo
se centra en la vida, enseñanzas,
muerte y Resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios e Hijo de María,
mediante las cuales nos trajo la salvación. Este texto es una obra hecha
por la Iglesia y de la Iglesia.
El objetivo del
Catecismo de la Iglesia Católica
es ayudar a facilitar
la conversión de la persona en su totalidad, a lo largo de su vida, a
la llamada del Padre a la santidad y la vida eterna. Su núcleo es la
celebración de los misterios cristianos, especialmente la Eucaristía y
la vida de oración. Los usuarios del
Catecismo
están llamados a ser
testigos de Cristo, de la Iglesia y del Reino de salvación, amor, justicia,
misericordia y paz mundial de Dios.
Mientras que el
Catecismo
está dirigido a diferentes audiencias —
obispos, sacerdotes, maestros, escritores—, está escrito para todos los
Introducción • xvii