Capítulo 15. El Bautismo: Hacerse Cristiano
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salvadora de Cristo y la redención que esta nos trajo. El Bautismo es un
sacramento de salvación.
Lecturas de las Sagradas Escrituras
Proclamar la Palabra de Dios en la comunidad ilumina la celebración y
tiene la intención de incrementar la fe de todos los participantes. Uno de
los nombres tradicionales para el Bautismo es “Iluminación”. El Espíritu
Santo llena los corazones y las mentes con la luz de la verdad revelada,
y suscita la respuesta de la fe.
Exorcismo y Unción
El Bautismo nos libera del pecado. Se pronuncia un exorcismo sobre el
que va a ser bautizado, preparándolo para que renuncie al pecado y sea
liberado del mal. El celebrante unge a la persona que va a ser bautizada
con el Óleo de los Catecúmenos (un aceite que ha sido bendecido por
el obispo para los candidatos al Bautismo) o impone las manos sobre la
persona. De esta manera la persona es llamada a renunciar al pecado y
a dejar atrás la dominación del poder del mal.
Bendición del Agua Bautismal
El agua bautismal es bendecida durante la Vigilia Pascual. Cuando no es
Tiempo de Pascua, el agua que se usa para el Bautismo también puede
ser bendecida cada vez que se celebra el sacramento. La bendición pide al
Padre “que, por medio de su Hijo, el poder del Espíritu Santo descienda
sobre esta agua, a fin de que los que sean bautizados con ella ‘nazcan del
agua y del Espíritu’” (CIC, no. 1238).
Renuncia al Pecado y Profesión de Fe
Se pide a los que van a ser bautizados que renuncien al pecado y a
Satanás, y que profesen su fe en el Dios Triuno. En el caso de niños
pequeños, los padres, los padrinos y toda la comunidad presente en la
liturgia hacen esto en nombre de aquellos que todavía no pueden hablar
por sí mismos.