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Capítulo 8. Los Acontecimientos Salvíficos de la Muerte y Resurrección de Cristo

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ENSEÑANZAS

• Para muchos en Israel, Jesús parecía actuar en contra de la Ley, el

Templo y su fe en el único Dios.

• Cristo sufrió porque fue “rechazado por los ancianos, los sumos

sacerdotes y los escribas” quienes lo entregaron “a los paganos

para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen” (Mc 8:31;

Mt 20:19).

• Jesús no abolió la Ley del Sinaí. Él la hizo realidad y reveló su

significado último (cf. Mt 5:17-19; 6:43-48).

• Jesús respetó el Templo, al que viajaba con ocasión de las principales

fiestas y el cual Jesús amó como morada de Dios en la tierra.

• Al perdonar pecados, Jesús se manifestó a sí mismo como el Salvador

(cf. Jn 5:16-18). Aquellos que no lo aceptaron como el Salvador, lo

vieron solo como un hombre que afirmaba ser Dios, un blasfemo (cf.

Jn 10:33).

• Nuestra salvación brota del amor que Dios nos tiene, porque “Él nos

amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por

nuestros pecados” (1 Jn 4:10). “Cristo murió por nuestros pecados,

como dicen las Escrituras” (1 Co 15:3).

• Jesús vino “a dar la vida por la redención de todos” (Mt 20:28).

Mediante su obediencia amorosa al Padre, él cumplió la misión

expiatoria del Siervo doliente, “traspasado por nuestras rebeliones,

/ triturado por nuestros crímenes […] / Por sus llagas hemos sido

curados” (Is 53:5).

• El Hijo de Dios que se hizo hombre verdaderamente murió y fue

enterrado, pero su cuerpo no sufrió la corrupción. En su alma

humana unida a su persona divina, Cristo muerto descendió a la

morada de los muertos y abrió el cielo a los justos que le habían

precedido (cf. CIC, no. 637).

• La Resurrección de Cristo es un hecho que es atestiguado histó­

ricamente por los Apóstoles que verdaderamente se encontraron al

Resucitado. La Resurrección es también un misterio trascendente

porque Dios Padre resucitó a su Hijo de entre los muertos por el

poder del Espíritu Santo.