Capítulo 28. El Cuarto Mandamiento: Fortalece Tu Familia
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haces para mantener en equilibrio tu tiempo y tus compromisos
familiares, laborales y comunitarios? ¿Qué cambios puedes hacer
para mejorar tu familia como una comunidad de fe?
ENSEÑANZAS
• “Un hombre y una mujer unidos en matrimonio forman con sus
hijos una familia. Esta disposición es anterior a todo reconocimiento
por la autoridad pública; se impone a ella. Se la considerará como
la referencia normal en función de la cual deben ser apreciadas las
diversas formas de parentesco” (CIC, no. 2202).
• “El hogar cristiano es el lugar en que los hijos reciben el primer
anuncio de la fe. Por eso la casa familiar es llamada justamente
‘Iglesia doméstica’, comunidad de gracia y de oración, escuela de
virtudes humanas y de caridad cristiana” (CIC, no. 1666).
• Los hijos hacen brotar los dones de sus padres quienes —por su
amor— usan su educación y experiencia para beneficiar a sus hijos.
De esta manera, los hijos pueden contribuir positiva y esencialmente
a construir una familia verdaderamente humana y cristiana.
• Se pide a los hijos adultos de padres mayores que cuiden de estos
con un corazón generoso. “Escucha al padre que te engendró, no
desprecies a tu madre cuando envejezca” (Pr 23:22).
• Los padres ejercen su amor por sus hijos cuidando de sus necesidades
físicas, espirituales, intelectuales, emocionales y morales. Responder
a estas necesidades requiere tiempo y compromiso tanto del padre
como de la madre. Los padres son los primeros y principales
responsables de la educación de sus hijos.
• La familia es la unidad básica de la sociedad. Las familias sanas son
un prerrequisito para una sociedad sana. La autoridad, estabilidad
y las relaciones amorosas de las familias son algo esencial para
una sociedad que quiere mantener la libertad, la seguridad y la
responsabilidad comunitaria.
• Los presidentes, gobernadores, legisladores, jueces y otros líderes
cívicos reciben su autoridad para servir a la gente. Sus decisiones