Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  82 / 706 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 82 / 706 Next Page
Page Background

56 •

Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada

DIOS ES TRINIDAD

El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central

de la fe y de la vida Cristiana.

CIC, no. 261

El Antiguo Testamento nos muestra a Dios como uno, único, sin igual.

“Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor” (Dt 6:4; Mc

12:29). Él creó el mundo, estableció una alianza con su pueblo, y es el

Padre del pobre, del huérfano y de la viuda.

En los Credos profesamos nuestra fe en Dios que es “Padre Todo­

poderoso”. Su paternidad y poder se iluminan mutuamente mediante

su cuidado por nosotros, adoptándonos como sus hijos e hijas en el

Bautismo y siendo rico en misericordia al perdonar nuestros pecados.

Las Escrituras constantemente alaban el poder universal de Dios como

“el Fuerte de Jacob” y “Señor de los Ejércitos” (Gn 49:24; Is 1:24ss.). El

poder de Dios es amor, porque Él es nuestro Padre.

Esta ternura paternal de Dios puede ser expresada también

mediante la imagen de la maternidad que indica más expresiva­

mente la inmanencia deDios, la intimidad entreDios y su criatura.

El lenguaje de la fe se sirve así de la experiencia humana de los

padres que son en cierta manera los primeros representantes de

Dios para el hombre. Pero esta experiencia dice también que los

padres humanos son falibles y que pueden desfigurar la imagen

de la paternidad y de la maternidad. Conviene recordar, entonces,

que Dios transciende la distinción humana de los sexos. No es

hombre ni mujer, es Dios. Transciende también la paternidad y

la maternidad humanas aunque sea su origen y medida: Nadie

es padre como lo es Dios. (CIC, no. 239)

Jesús reveló a Dios como

Padre

en un nuevo sentido. Dios es Padre

en su relación con Jesús, su Hijo unigénito. En la Última Cena, Jesús

llama a Dios “Padre” cuarenta y cinco veces (cf. Jn 13–17). El Hijo es

divino, como lo es el Padre (cf. Mt 11:27). En un capítulo más adelante

se hablará de Jesús como la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.