58 •
Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
La catequesis sobre la creación es de gran importancia. ¿De dónde
venimos? ¿A dónde vamos? Estas dos preguntas sobre nuestro origen
y fin son los temas subyacentes de la búsqueda del ser humano por
significado. Estas son las preguntas que la Biblia nos ayuda a responder.
Empezando por Génesis, todas las Escrituras exponen las siguientes
verdades en relación a la obra de creación de Dios:
•
Dios creó el mundo a partir de su sabiduría y amor
. La creación no
es el resultado ni de un destino ciego, ni de una total casualidad.
•
Dios creó el mundo “de la nada”
. Esto quiere decir que el mundo
no es una “parte” de Dios, ni que fue creado a partir de algo que ya
existía. El mundo depende de Dios para existir; Dios es independiente
de su creación y distinto de ella, aunque la creación es sustentada
por su Providencia: “ya que en él vivimos, nos movemos y somos”,
como San Pablo predicó a la gente de Atenas (Hch 17:28).
•
La creación refleja la bondad y sabiduría de Dios.
La historia de la
creación en Génesis confirma la bondad de la creación: “Vio Dios
todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno” (Gn 1:31). Ya
que el universo está destinado a la familia humana, a quién Él llama
a una relación personal con Él mismo, este está ordenado de tal
manera que permite al intelecto humano percibir la mano de Dios
obrando en él y a través de él. Como la
Constitución Dogmática
sobre la Divina Revelación
(
Dei Verbum
) del Concilio Vaticano II
enseña: “Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo (cf. Jn
1:3), da a los hombres testimonio perenne de sí en las cosas creadas”
(DV, no. 3; cf. Rm 1:19-20).
Las respuestas ofrecidas a las preguntas sobre los orígenes del mundo
y de la humanidad por la propia Revelación de Dios están íntimamente
ligadas al significado y propósito del mundo y de la humanidad. Esto
ofrece una visión del mundo particular que difiere dramáticamente de
aquellas formadas por otras filosofías y puntos de vista. En el Panteísmo,
el desarrollo del mundo es identificado con el desarrollo de Dios. En el
Dualismo, nuestros orígenes se explican mediante el perpetuo conflicto
entre el bien y el mal. Según el Deísmo, Dios abandona al mundo, una
vez creado, a sí mismo. También está el materialismo, en el cual el