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Primera Parte. El Credo: La Fe Profesada
decir, la autoridad para ser pastor de la Iglesia. Jesús también prometió
que las puertas del infierno no prevalecerán ante la Iglesia. Estas palabras
nos recuerdan que, aunque el desorden y el caos puedan amenazar a la
Iglesia, nunca prevalecerán sobre la Iglesia porque Cristo la protege. La
escena termina con la predicción de Cristo de su sufrimiento y muerte.
Juan 21:15-17 narra una escena tras la Resurrección. Cristo resucitado
habló a un Pedro arrepentido, quien está lleno de tristeza a causa de su
triple negación de Cristo: “‘Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?’
Él le contestó: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Jesús le dijo: ‘Apacienta
mis corderos’”. Jesús repitió la pregunta dos veces más, y Pedro profesó su
amor con firmeza. Cada vez Jesús le encarga apacentar y pastorear a sus
corderos y ovejas, es decir, a los miembros de la Iglesia.
Esta escena complementa la otra en Mateo.Allí, Jesús llama a Pedro a
ser la roca de la Iglesia. Aquí, Cristo llama a Pedro a ser el pastor que ama
a Jesús y al pueblo de la Iglesia.
Pedro era uno de los Doce Apóstoles, todos elegidos por Jesús para ser
los cimientos de su Iglesia. A la cabeza de los Doce, Jesús colocó a Pedro.
De Jesús, los Doce recibieron el mandato de predicar el Evangelio a todas
las naciones.Pedro,finalmente,viajó hasta Roma,dondemurió comomártir.
Al establecer a los Doce Apóstoles con Pedro como su cabeza, Jesús dio a
la Iglesia la estructura básica para su liderazgo.
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LA IGLESIA COMO MISTERIO
Es propio de la Iglesia ser a la vez humana y divina,
visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la
acción y dada a la contemplación.
—CIC, no. 771, citando al Concilio Vaticano II,
Constitución sobre la Sagrada Liturgia
(
Sacrosanctum Concilium
; SC), no. 2
La Iglesia es un santo misterio a causa de su origen en la Santísima
Trinidad y de su misión de ser Sacramento de Salvación (el signo e
instrumento del designio de Dios de reunir todas las cosas en Cristo).
La Santísima Trinidad es el origen de la Iglesia. El Padre llamó a
existir a la Iglesia. El Hijo instituyó la Iglesia. El Espíritu Santo llenó a la