Capítulo 12. María: La Primera y Más Eminente Miembro de la Iglesia
• 159
• “Creemos que la Santísima Madre de Dios, la nueva Eva, Madre
de la Iglesia, continúa en el cielo su misión maternal para con los
miembros de Cristo” (Papa Pablo VI,
Credo del Pueblo de Dios
, no.
15 [v.d.t.]).
MEDITACIÓN
Magnificat
(Lc 1:46-55)
Después de la Anunciación, la Virgen María se fue para estar con su
prima Isabel y ayudar a esta en el futuro nacimiento de su hijo. Cuando
Isabel vio a María, ella alabó la fe de María diciendo: “Dichosa tú, que
has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del
Señor” (Lc 1:45). María respondió con un cántico en el que ella alaba a
Dios. Reflexionamos aquí sobre sus palabras, que hoy conocemos como
el
Magnificat
, que es la primera palabra de este cántico en latín:
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,