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Segunda Parte. Los Sacramentos: La Fe Celebrada

de los Israelitas, una prenda de la fidelidad de Dios a sus promesas y,

finalmente, una señal de la venida del Mesías y del tiempo mesiánico.

Cada familia compartía el cordero que había sido sacrificado y el pan

sobre el que se había pronunciado una bendición. También bebían de un

cáliz de vino sobre el que se había proclamado una bendición similar.

Cuando Jesús instituyó la Eucaristía, le dio un significado pleno a

la bendición del pan y el vino y al sacrificio del cordero. Los Evangelios

narran los acontecimientos que precedieron a la Eucaristía. El milagro de

los panes y los pescados,mencionados en los cuatroEvangelios, prefiguran

la abundancia única de la Eucaristía. El milagro de la transformación del

agua a vino en el banquete nupcial de Caná manifestó la gloria divina de

Jesús y el banquete nupcial en el que participamos en cada Eucaristía.

En su diálogo con la gente de Cafarnaún, Cristo hizo uso de su

milagro de la multiplicación del pan una ocasión para describirse a sí

mismo como el Pan de Vida: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

[…] Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no

podrán tener vida en ustedes” (Jn 6:51, 53).

LA ÚLTIMA CENA

La narración de la institución de la Eucaristía se puede encontrar en

los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, así como en la I Carta de

San Pablo a los Corintios (véanse Mt 26:17-29; Mc 14:12-25; Lc 22:7-

20; 1 Co 11:23-26). Jesús eligió la fiesta de la Pascua judía como el

momento durante el cual instituiría la Eucaristía y experimentaría su

muerte y Resurrección (cf. CIC, nos. 1339-1340). Con la institución

de la Eucaristía, Jesús dio a la Pascua judía un nuevo y definitivo

significado. Se mostró a sí mismo como el Sumo Sacerdote de la Nueva

Alianza, ofreciéndose a sí mismo como un sacrificio perfecto al Padre.

Jesús transformó el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre, que se ofrecen

ahora para la salvación de toda la humanidad.

Yo recibí del Señor lo mismo que les he trasmitido: que el Señor

Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus

manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:

“Este es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en