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LA EUCARISTÍA:
FUENTE Y CUMBRE DE
LA VIDA CRISTIANA
LA SANTA EUCARISTÍA CULMINA
LA INICIACIÓN CRISTIANA
—CIC, NOS. 1322-1419
UN APÓSTOL DE LA EUCARISTÍA
En 1946, un joven brillante llamado Carlos Manuel Rodríguez se matriculó
en la Universidad de Puerto Rico. Pero a pesar de sus buenas notas y su
amor por aprender, enfermó con una colitis ulcerada, lo que le impidió ter-
minar su segundo año. Sin embargo, continuó estudiando por su cuenta.
Leyó extensamente sobre las ciencias, la filosofía, las artes y la religión.
Aprendió a tocar el órgano para la música sacra que estaba fomentando
con mucho entusiasmo.
Nacido en 1918 de padres que valoraban la educación, demostró a
temprana edad señales de una gran inteligencia. Cuando un incendio
destruyó su casa y la tienda que tenían, la familia se mudó con los abuelos
maternales de Carlos. Su abuela, Alejandrina Esteras, impartió a Carlos su
devota fe a la Eucaristía. Bajo su influencia, Carlos comenzó su devoción a
la liturgia y decidió dedicar su vida a Jesucristo.
Aunque no pudo acabar sus estudios universitarios, sintió una llamada
a hacer lo que pudiese para ayudar a los estudiantes universitarios a
responder a la llamada de Dios a la santidad mediante la liturgia. Carlos
se convirtió, aunque no oficialmente, en ministro de pastoral universitaria.
Quiso compartir con los estudiantes la riqueza de la Misa y enseñarles
cómo participar activamente en la celebración eucarística. Los instó a que
enriquecieran su espiritualidad con la riqueza de la gracia de Dios que es
impartida en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía.