One Church Many Cultures The Good News of Cultural Diversity Fall/Winter 2020 Issue
CULTURAL FAMILY ARTICLE: HISPANIC AFFAIRS
God continues to urge us to give the best of ourselves!
By: Antonio Guzman, Hispanic Ministry Coordinator, Office of Cultural Ministries Archdiocese Detroit
The experience of being able to participate in the Journeying Together process from the beginning has been truly rewarding, exciting, and a blessing for me. Seeing the diversity of my church at the kickoff of Journeying Together has filled me with hope as I see young adults gathered from all over the country sharing their own experiences and realities that they live in daily life. When we come together as a church to celebrate this faith that has been given to all of us, the experience is simply enriching.
I remember in the second step of Journeying Together at the time of the group session when some of the young adults shared their experiences on the question “What are the things that are hurting you and your loved ones the most today?” My heart began to beat a little faster than normal as I heard the realities they faced. It was a brief moment full of graces in which I could relate to them. Unfortunately, I had to return to the general session because I was being Master of Ceremonies, but in that minute or two that I was sharing with them it was enough for me to break down and my eyes were filled with tears. It was a moment of mixed emotions to see how despite their sufferings that they were facing at that time, they had that joy, energy and desire to continue working, doing pastoral work in the places where they were.
I feel that God continues to urge us to give the best of ourselves, he continues to call us to be more aware of the realities that our neighbor lives. To interact with them and learn about their stories that are part of their life, let us learn from each other and in this way, we can all walk together sharing our sadness and joys. All of us in our lives have gone through difficult moments that have made us the people we are today, sometimes we have been able to overcome them, in others we may need to work. But when we are able to share this with others we can be of help to them if they are experiencing the same thing we have gone through or vice versa.
Today more than ever, we must be united and walk together as that family that we are and not as individuals. A church that knows how to walk together can transform a society that is in despair and uncertainty. Let us walk together so that our hearts burn when finding the risen Jesus in the person next to me, like the disciples on the road to Emmaus.
Journeying Together
Dios Sigue Urgiéndonos a Dar lo Mejor de Nosotros
La experiencia de haber podido participar en el proceso de Journeying Together desde el principio ha sido verdaderamente gratificante, emocionante, y una bendición para mí. Ver la diversidad de mi iglesia en el lanzamiento de Journeying Together me ha llenado de esperanza, al ver a jóvenes adultos reunidos de todas partes del país compartiendo sus propias experiencias y realidades que viven en el diario vivir. Cuando nos unimos como iglesia para celebrar juntos esta fe que se nos ha dado, la experiencia simplemente es enriquecedora.
Recuerdo que en el segundo paso de Journeying Together en el momento de la sesión en grupos cuando algunos de los jóvenes adultos compartían sus experiencias en la pregunta “¿Cuáles son las cosas que más te están haciendo daño a ti y a tus seres queridos hoy en día?,” mi corazón empezó a palpitar un poco más rápido de lo normal al escuchar las realidades que ellos enfrentaban. Fue un momento breve lleno de gracia en el que me pude relacionar con ellos, lamentablemente tuve que regresar a la sesión general porque era Maestro de Ceremonia, pero en ese minuto o dos que estuve compartiendo con ellos fue suficiente para que me quebrantara y los ojos se me llenaran de lágrimas. Fue un momento de emociones encontradas al ver como a pesar de los sufrimientos que ellos estaban enfrentando en ese momento, ellos tenían esa alegría, energía y ganas para continuar, haciendo pastoral en los lugares en los que se encontraban.
Siento que Dios nos sigue impulsando para dar lo mejor de nosotros mismos, nos sigue llamando a ser más conscientes de las realidades que vive nuestro prójimo. Al relacionarnos con ellos y conocer sus historias que forman parte de su vida, aprendamos los unos de los otros y de esta forma podamos caminar todos juntos compartiendo nuestras tristeza y alegrías. Todos en nuestras vidas hemos pasado por momentos difíciles que nos han hecho ser las personas que somos hoy en día. En algunas ocasiones hemos sabido superarlas en otras tal vez necesitamos trabajar. Sin embargo, cuando somos capaces de compartir esto con los demás, ayudamos a alguien más que está pasando por lo mismo o viceversa.
Hoy más que nunca, debemos estar unidos y caminar juntos como familia que somos y no como individuos. Una iglesia que sabe caminar junta puede transformar una sociedad que está en desesperación e incertidumbre. Caminemos juntos para que nuestros corazones ardan al encontrar a Jesús resucitado en la persona que tengo al lado, así como los discípulos en el camino hacia Emaús.