Statement
Statement by Faith Leaders on Reducing Nuclear Threat, in Spanish, May 4, 2016
Los líderes de la fe y de la ciencia están de acuerdo:
reducir la amenaza de una catástrofe nuclear ahora mismo
mayo de 2016
Las armas nucleares siguen siendo una real y urgente amenaza para la humanidad y para nuestro planeta. Si hay incluso un intercambio nuclear limitado, millones, si no miles de millones de personas, perecerían; grandes áreas del planeta podrían estar contaminados; y la economía global podría derrumbarse. Como dijo el presidente Obama en su histórico discurso en Praga en abril de 2009, los Estados Unidos tiene la responsabilidad moral de liderar el mundo en un esfuerzo que afirma la vida para reducir los riesgos que suponen las armas nucleares y llevar a cabo la paz y la seguridad de un mundo libre de ellas.
Nosotros, los abajo firmantes, en representación de las organizaciones de fe y de la ciencia, compartimos ese objetivo y urgimos al presidente Obama a tomar pasos significativos y prácticos para reducir los riesgos nucleares.
En primer lugar, estamos profundamente preocupados por la propuesta del gobierno de gastar más de $1 billón en la construcción de una nueva generación de cabezas nucleares, misiles, bombarderos y submarinos. Estos nuevos programas son incoherentes con la visión del presidente expuesto en el discurso en Praga y probablemente conducirá una carrera peligrosa y costosa de armas nucleares. Gastar dinero que no tenemos en armas que no necesitamos, no nos harán más seguros. El presidente debe reducir estos planes y cancelar el nuevo misil de crucero con armas nucleares, que desestabiliza y es innecesario. El Congreso debería negarse a financiar tales programas de armas peligrosas e innecesarias.
En segundo lugar, como un paso concreto hacia la final eliminación multilateral de las armas nucleares, el presidente Obama debería reducir el arsenal estratégico desplegado por los EE.UU. en un tercio, que es un nivel que el Pentágono está de acuerdo como adecuado para mantener la seguridad. Se debería pedir a Rusia a seguir el ejemplo. La reducción de los arsenales nucleares en todo el mundo también reducirá el riesgo de que estas armas caigan en manos de grupos terroristas.
En tercer lugar, los Estados Unidos y Rusia cada uno conserva cientos de armas nucleares en estado de alerta así pueden ser lanzadas en cuestión de minutos. Esta práctica hace que el riesgo de un lanzamiento accidental, equivocado o no autorizado inaceptablemente alto. Durante las últimas décadas, ha habido numerosos fallos por poco cuando los errores humanos o técnicos, en combinación con un corte periodo de tiempo durante el cual responder, aumentaron el riesgo de una catástrofe nuclear. Los líderes de la fe y de la ciencia comprenden la fragilidad humana. Deberemos evitar tanto el error humano y la soberbia.
Para reducir en gran medida el riesgo de una catástrofe, el presidente Obama debería retirar los misiles nucleares basados en tierra de EE. UU. de su estado de alerta instantánea y eliminar la opción de lanzarlos en advertencia en los planes de guerra de los Estados Unidos. Se debería impulsar a Rusia a corresponder. Como él señaló en 2008, justo antes de asumir el cargo: “Tener las armas nucleares listas para lanzarlas en cualquier momento es un peligroso vestigio de la Guerra Fría. Estas políticas aumentan el riesgo de accidentes catastróficos o errores de cálculo”.
Cada uno de estos pasos podría ayudar a cumplir las obligaciones de los Estados Unidos en virtud del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, en la que las naciones del mundo han acordado trabajar juntos hacia la final eliminación de todas las armas nucleares. El aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Rusia y el creciente riesgo del uso nuclear en todo el mundo, son con más razón para que el presidente tome estas medidas significativas para reforzar la seguridad nacional e internacional.
Como líderes de la fe y de la ciencia, estamos dispuestos a apoyar estas medidas hacia un mundo más seguro. Hacemos un llamado a todos los estadounidenses a unirse con nosotros.
Leith Anderson, presidente, Asociación Nacional de Evangélicos
El obispo Oscar Cantú, presidente, Comité de Justicia Y Paz International, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos
Kenneth Kimmell, presidente, Unión de Científicos Comprometidos
Gabriel Salguero, presidente, Coalición Nacional de Evangélicos Latinos