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profesionales pueden ayudarlos a revelar a su cónyuge la lucha que enfren-
tan con la pornografía de una manera que conduzca a la curación y la
reconstrucción de la confianza. Es importante encontrar un consejero que
los apoye en el seguimiento de las enseñanzas de la Iglesia sobre el matri-
monio y la castidad.
Cultivar la castidad requiere trabajo, al igual que cualquier creci-
miento en la virtud. Es una tarea de toda la vida y una elección diaria.
Sean pacientes, perseveren y no se desalienten. Si caen, levántense de
nuevo, acudan al Señor en la confesión y busquen su misericordia en el
Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, y comiencen de nuevo.
No hay vergüenza en la confesión de pecados repetidos de este tipo. Una
vez que estén libres, ayudar a otros a salirse del uso de pornografía puede
ser una manera eficaz de mantenerse comprometidos y fuertes en su propia
curación. Dios puede usar su experiencia para tocar los corazones y las
vidas de otros que están luchando.
A los que han sido heridos por el uso de
pornografía de su cónyuge
¡Ustedes son amados grandemente por Dios nuestro Padre! No están solos,
ni se les debe culpar por el uso de pornografía de su cónyuge. La Iglesia los
acompaña con amor y ternura mientras se enfrentan a este pecado y sus
efectos sobre su matrimonio y vida familiar. Ustedes han sido profundamente
heridos. Se sienten traicionados, engañados y hasta traumatizados al
enterarse de que su cónyuge usa pornografía por su propia revelación o
porque ustedes lo descubrieron. Pueden haber enfrentado abuso o violencia.
Si se encuentran en un entorno peligroso, aléjense ustedes y sus hijos de
cualquier peligro y busquen ayuda.
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Cristo puede en última instancia curar
estas heridas, y muchas veces se necesita tiempo. Busquen consuelo en la
oración, en la recepción de los sacramentos y en la adoración eucarística. La
indignación contra su cónyuge es natural y a menudo justificada, y puede ser
útil contar con un director espiritual o un consejero entrenado y de confi-
anza para ayudarles a manejar emociones fuertes.
Dios quiere curar su matrimonio.
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En el caso de algunos de ustedes,
su cónyuge puede querer buscar ayuda. El aliento, el amor incondicional y
la esperanza confiada de un cónyuge pueden ser una gran fuente de for-
taleza para alguien que está luchando por ser puro. En el caso de aquellos