Richard Stith, J.D., Ph.D.

El 22 de enero de 1973, en la decisión Roe v. Wade, la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró que un niño no disfruta de protección constitucional antes de salir del vientre de su madre. Incluso después de ser viable, el feto in útero cuenta sólo como una "vida humana en potencia", y puede por tanto ser destruido alegando ciertas "razones de salud maternal" tan amplias que alcanzan la categoría de aborto a solicitud, prácticamente hasta el nacimiento.i Por tanto, a la luz de la decisión Roe v. Wade la ubicación –dentro o fuera del vientre– determina si existe una auténtica vida humana y es digna de protección.

Muchos eruditos constitucionales, en ambos lados del tema del aborto, han criticado Roe por no estar fundamentada en nuestra Constitución.ii La Corte, dicen ellos, simplemente inventó el derecho al aborto en un acto de activismo judicial. Este ensayo, sin embargo, se enfocará no en las fallas de los argumentos legales de Roe, sino en su profundamente arbitraria descripción del desarrollo humano.

Tomemos una mirada de cerca de la opinión de Roe y el razonamiento no legal clave con el cual la Corte la apoya. He aquí un fragmento del resumen de los argumentos finales de Roe:

"Para la etapa subsiguiente a la viabilidad, el Estado en función de promover su interés en la potencialidad de la vida humana puede, si lo decide, regular e incluso proscribir el aborto, excepto donde sea necesario, basado en apropiado dictamen médico, para la preservación de la vida o la salud de la madre."iii (El énfasis es de este autor.)

Nótese que la Corte dice aquí que un estado no tiene que proporcionar ninguna protección para una criatura no nacida que es totalmente viable (capaz de sobrevivir fuera del vientre de su madre). No hay protección ninguna a menos que el estado "decida" regular abortos tardíos. E incluso si decide regular abortos pos viabilidad, un estado todavía deberá permitir abortos para preservar la "salud" (no exactamente la vida) de la madre.

Roe luego nos refiere el caso acompañante, titulado Doe v. Bolton, para la definición que la Corte hace de "la salud," que incluye: "todos los factores –físicos, emocionales, psicológicos, familiares, y la edad de la mujer –relevantes para el bienestar del paciente."iv Una mujer que obtiene el divorcio en su octavo mes de embarazo, por ejemplo, podría (como persona ahora soltera) desear abortar su criatura por razones "familiares". Realmente, puede haber tantos abortos voluntarios que incluyan uno o más de estos factores tan amplios, que Roe v. Wade puede resumirse como el derecho a abortar en cualquier momento, casi hasta el mismo instante del nacimiento.

¿Cómo pudo la Corte Suprema dejar niños no nacidos viables sin, virtualmente, ninguna posibilidad de protección legal? La razón se encuentra en el párrafo siguiente: hasta justamente antes del nacimiento, la criatura es supuestamente solo una "vida humana en potencia". Nuestro más alto tribunal reclama no saber que cualquier niño no nacido es realmente humano y vivo. Este razonamiento no proviene de la Constitución ni de la ley; la Corte hace una reivindicación no legal acerca de la naturaleza del desarrollo humano. Roe sostiene que el cambio de ubicación, el pasaje a través del canal del parto, puede convertir un potencial ser humano en un efectivo ser humano. Un niño no nacido que a los 9½ meses de gestación está fisiológicamente pasado de tiempo, es considerado solo una "potencialidad", mientras un primo de siete meses es una auténtica vida humana si él o ella emergen prematuramente del útero. Un abortista debe ser muy cuidadoso en asegurarse que cada niño que remueve del vientre esté muerto de antemano. Si hace algo que cause la muerte del niño un momento después de emerger, puede ser culpable de asesinato.

Pero, esto no tiene sentido. Lo que es algo no depende de dónde esté. La forma como algo es percibido puede cambiar con su ubicación, pero no lo que es en sí mismo. Podemos relacionarnos con un bebé de muchas nuevas maneras (cargarlo, contemplarlo, etc.) después de que nace, pero sabemos que es el mismo ser que estaba vivo y pateando en el vientre de su madre poco tiempo antes. La Corte no sólo juzgó pobremente en Roe sino que abandonó la razón por completo en favor de una estipulación totalmente arbitraria acerca de cuándo se considera que la vida humana comienza realmente.

Puede que no nos importe que la Corte Suprema voluntariamente trace una línea en un área menor de los procesos de la ley. Pero Roe concierne al más fundamental de todos los asuntos, la cuestión de quién pertenece a la comunidad humana. Un concepto plausible de "quién cuenta" como ser humano es el necesario punto de partida de todo razonamiento legal y ético.

He aquí una analogía: Yo vería como racional, aunque estaría en desacuerdo, alguien que argumentara que la pena de muerte es permisible porque los intereses de los asesinos pesan menos que los intereses de la sociedad. Pero, me quedaría pasmado ante alguien que reclamara que tan pronto un acusado es convicto de un crimen horrendo, él o ella cesan de estar auténticamente vivos o de ser seres humanos, y pueden por tanto ser destruidos sin remordimiento alguno. Presentar un argumento así no sería sólo un débil razonamiento sino algo totalmente irrazonable, dejándonos sin nada que decir. ¿Cómo podemos razonar si el más claro de los puntos de partida es negado abiertamente?

Por tanto, una razón fundamental por la que Roe v. Wade debe ser revocada es esta: Compromete a nuestra nación con una definición enteramente irracional de quiénes somos y, por tanto, de nuestra dignidad humana y nuestros derechos. Por ejemplo, los partidarios del aborto naturalmente quieren defender a Roe. Pero, ninguno ha sido capaz de explicar cómo el pasaje a través del canal del parto puede otorgar vida y humanidad de manera mágica. Así que ellos a veces urgen obediencia irreflexiva a la Corte Suprema –reclamando tal vez que no hay respuesta correcta a si un feto está vivo o es humano, de modo que la respuesta de Roe es tan buena como cualquiera. Por supuesto, ellos pueden en principio no tener objeción si la Corte define los derechos legales de otro grupo (digamos por ejemplo, el derecho a la vida de aquellos con serias limitaciones mentales). O, incluso algo más ominoso, los pensadores pro-elección podrían estar de acuerdo con nosotros en que no existe diferencia en el niño dentro o fuera del vientre pero luego argumentar, en lo que sería una extensión de Roe, que por tanto no hay nada inherentemente incorrecto con el infanticidio post-natal. (Esta es la posición del profesor de la universidad de Princeton, Peter Singer,v y aparentemente de cada filósofo académico que respalda los derechos al aborto durante la preñez estatuidos en Roe.vi Dudo que mucha gente salga con esos aterradores alegatos si no fuera porque se siente compelida a defender lo indefendible –por ejemplo, para defender Roe v. Wade.

Si el más fundamental de todos los asuntos –quién pertenece a la comunidad humana– va a quedar establecido por una imposición irracional, no sorprende que la gente haya dejado de hablarse por cosas de menor importancia. Si no podemos estar de acuerdo en que una criatura de padres humanos que está activa en el vientre es humana y viva, ¿cómo podemos confiar en la buena fe de la otra persona con relación a verdades menos obvias e importantes?

En línea con Roe v. Wade, hoy día muchos afirman que juicios objetivos y de valor son simplemente estipulaciones que, por tanto, no necesitan ser comprobadas con la realidad. Esto no es más que una excusa para ser indiferentes ante los puntos de vista de los demás. Como resultado, la conversación se convierte en algo imposible. Muchos se desalientan con discursos lógicos y clarificadores, y se sumen en la apatía. Si Roe no ha causado por sí mismo este colapso del razonamiento público, ciertamente ha contribuido poderosamente a la declinación del debate civil en nuestra nación –y no sólo sobre el aborto. Nuestra tradición católica, por el contrario, insiste en la razón como fundamento esencial para el imperio de la ley.

Si Roe v. Wade es revocada por una futura Corte Suprema, el debate sobre el aborto no termina ahí. Más bien, solo comenzaría. No podemos estar seguros de que el lado pro vida triunfará. Pero, al menos podemos insistir en que los legisladores pro elección expliquen porqué el latido de un corazón no prueba que existe vida a las tres semanas de gestación, y a qué especie pertenecen nuestros bebés no nacidos si no son humanos. Podemos pedir una respuesta racional al más fuerte argumento no religioso: "¿no eras tú un feto y un embrión humano antes de eso? ¿No eres el mismo organismo, el mismo ser, al momento de la concepción –solo que más desarrollado?"

Aun pienso que hay razones para esperar que eventualmente convenceremos al pueblo estadounidense de proporcionar protección legal substancial para niños no nacidos, si la Corte Suprema alguna vez reniega de su irracional reclamo de que la ubicación (fuera del vientre) puede determinar la condición y dignidad humanas. La mayoría de los estados actualmente califica la muerte de un niño no nacido como una clase de homicidio, si es cometido sin permiso de la madre. (Tales leyes han sido declaradas con base constitucional debido a que Roe no privilegia los abortos involuntarios, aquellos sin consentimiento maternal.) Algunos de esos estados no protegen las primeras semanas de vida, pero muchos lo hacen. En Minnesota, por ejemplo, alguien convicto de matar intencionalmente un embrión humano acabado de concebir, al atacar a su madre, puede ser sentenciado a cadena perpetua por "asesinato de un niño no nacido."vii Y, en el 2004, se convirtió en ley federal el muy similar proyecto Las Víctimas no Nacidas por Violencia, en respuesta al trágico asesinato de Laci Peterson y su hijo no nacido, Conner. Esta ley prevé que un niño no nacido, sin importar el punto de desarrollo en que se encuentre, tenga la misma protección federal que su madre. Podemos por tanto esperar, si la Corte le da una voz, que el pueblo estadounidense abra su corazón y mente y declare cada ser humano acreedor a igual protección.

Desgraciadamente, la sensatez del pueblo estadounidense y de nuestras legislaturas todavía no ha alcanzado a nuestras cortes. Excesivamente influenciadas por Roe, algunas cortes estatales han persistido en sostener que un niño no nacido no puede ser víctima de homicidio, incluso cuando es muerto sin el consentimiento de su madre. Y por supuesto, la Corte Suprema no ha dado marcha atrás en el caso Roe. Peor aún, en el año 2000, extendió el permiso de Roe para matar. Mientras la primera nota al pie en Roe v. Wade había indicado que la Corte no concedía el derecho al aborto durante el nacimiento mismo, en Stenberg v. Carhart la Corte Suprema incrementa a Roe para permitir el aborto incluso durante el nacimiento (por ejemplo, aborto después de un "nacimiento parcial" en el cual el niño es sacado del vientre por los pies hasta el cuello, antes de que su cerebro sea succionado mientras su cabeza todavía yace dentro del útero).viii

La única verdadera esperanza para la vida y la justicia en nuestra nación descansa en el reemplazo de la mayoría en el caso Carhart con hombres y mujeres dispuestos a revocar Roe en vez de extenderla. Todavía, irónicamente, Carhart misma nos ofrece un poco de esperanza de que la razón al fin triunfará. En cuanto a Carhart, ridiculiza la idea de Roe de que la ubicación puede importar al decidir quién merece protección legal.

La mayoría en el caso Carhart dejó bastante claro que el hecho de que (en un aborto de nacimiento parcial) el niño no nacido se halla cuatro quintos fuera del útero, no hace diferencia alguna.ix Sigue siendo el mismo ser, sin importar si se halla enteramente adentro o mayormente afuera. El cambio de ubicación no importa. El juez Richard Posner, en un caso afirmado por Carhart, dejó el asunto bien claro:

"Desde el punto de vista del feto, y, debo pensar yo, de cualquier persona racional, no hay ninguna diferencia, cuando el cráneo es aplastado, si el feto está enteramente dentro del útero o sus pies están fuera del útero. Ninguna razón de política o moralidad que permita uno puede prohibir el otro."x

Recogiendo el argumento de Posner, los jueces Ruth Bader Ginsberg y John Paul Stevens arguyen que cualquier prohibición de abortos de nacimiento parcial es (en sus palabras) "simplemente irracional" porque no es más (otra vez en sus propias palabras) "brutal," "espantoso," "cruel" y "doloroso"xi que el tipo de aborto tardío ya aprobado por Roe, donde el feto todavía oculto es desmembrado vivo, con sus miembros y luego extraído pedazo a pedazo antes de que la cabeza sea finalmente aplastada.xii En otras palabras, los dos jueces dicen que es irracional para un estado considerar un feto más merecedor de protección legal simplemente porque está al nacer, localizado fuera del útero hasta el cuello.

Al afirmar que el aborto de nacimiento parcial no es más "brutal" o "doloroso" para el niño que el aborto dentro del útero originalmente imaginado por Roe, estos jueces conceden que el original tipo de aborto de Roe es por lo menos tan brutal y doloroso como el aborto de nacimiento parcial. Al argumentar que es "simplemente irracional" para el estado pensar que la ubicación de un bebé importa, implícitamente admiten que Roe v. Wade misma fue simplemente irracional en descansar sobre la ubicación como prueba de la existencia y dignidad humanas. Roe abandonó la razón al sostener que algunos niños pueden ser excluidos de la comunidad humana y brutalmente asesinados. Eso es obvio en el texto de Carhart, y en los esfuerzos irracionales a los que tienen que recurrir los jueces y otros para defender la decisión. Que la razón prevalezca, y pronto.

Richard Stith enseña en la Escuela de Leyes de Valparaiso University. Además de su título en leyes tiene un Ph.D. en ética Religiosa, ambos de Yale University.

Traducción por Marina A. Herrera, Ph.D., Bethesda, Maryland