Solemnidad de Cristo Rey, Rey del Universo
Notas para el leccionario
24 de noviembre de 2024
Lecturas
Lectura I – Daniel 7,13-14
Salmo responsorial - Salmo 92,1ab. 1c-2. 5
Lectura II – Apocalipsis 1,5-8
Evangelio - Juan 18,33-37
Cristo el legislador
Estas lecturas revelan dos aspectos de Cristo que tal vez no reconozcamos inmediatamente como si pertenecieran juntos, pero que de hecho están íntimamente ligados el uno con el otro. Jesucristo es el Señor, y tiene dominio sobre todo el universo. Y Jesucristo da testimonio de la verdad, porque lleva la verdad en sí mismo. Es fácil considerar que el dominio y la verdad se oponen mutuamente. El poder puede ser visto como algo que tiene que ver con la coerción, mientras que la verdad es atractiva. La verdad es poderosa, pero es un poder que vemos como distinto del “dominio”. El poder puede ser visto como algo que tiene que ver con la coerción, mientras que la verdad es atractiva. La verdad es poderosa, pero es un poder que vemos como distinto del “dominio”.
Un indicio de cómo estas facetas de la soberanía de Cristo están conectadas se encuentra en el Salmo que declara: “Muy dignas de confianza son tus leyes”. El rey eterno es un legislador. Como enseña Quas primas, su soberanía consiste en su poder para proponer y enactar leyes, para legislar y para juzgar (n. 13).
Como la Iglesia ha enseñado desde hace mucho tiempo, la ley divina expresa “la razón eterna del Creador y Soberano del universo”. (Papa León XIII, Libertas praestantissimum) Las leyes del Señor son dignas de confianza porque nos guían a la verdad y al bien. Y así, como enseña san Juan Pablo II, mediante la obediencia a la ley divina, la libertad del hombre “permanece en la verdad y es conforme a la dignidad del hombre”. (Veritatis splendor, 42)
El Reino de Cristo
Jesus es rey, pero su reino “no pertenece a este mundo.” Esto es una enseñanza que ha motivado reflexión cristiana durante generaciones, y continúa siendo un reto para nuestra participación en la comunidad política. Los cristianos pueden animar la política y la cultura viviendo las virtudes en sus hogares, lugares de trabajo, escuelas y comunidades. Nuestro servicio y compromiso cívico son formas en que llevamos la vida del reino de Dios a nuestra sociedad.
El reino de Dios no es como otros reinos. Como ha dicho el Papa Francisco:
Jesús es así. Vino sin dobleces, para proclamar con la vida que su Reino es diferente de los del mundo, que Dios no reina para aumentar su poder y aplastar a los demás, que no reina con los ejércitos y con la fuerza. Su Reino es de amor, “yo soy rey”, pero de este reino de amor, “yo soy rey” de quien da la propia vida por la salvación de los demás.
La Iglesia da testimonio de la verdad
La segunda lectura y el Evangelio hablan de Jesús como testigo de la verdad. Él da testimonio de la verdad y, de hecho, dar testimonio de la verdad es una parte importante de su misión. Esa misión persiste en el cuerpo de Cristo, es decir, en la Iglesia. La Iglesia está llamada a dar testimonio de la verdad.
Los católicos, ayudamos a construir el bien común en nuestra sociedad dando testimonio del Reino de Cristo en la vida pública. Una forma importante en que podemos hacer esto es comprometiéndonos con la verdad en nuestro compromiso político.
Podemos dar testimonio de la verdad de dos maneras importantes. En primer lugar, podemos decir la verdad con caridad y valentía. La Iglesia promueve algunas doctrinas que no están de moda. En algunos lugares, muchos atacan nuestro servicio a los migrantes. En otros lugares, muchos atacan nuestros servicios a las mujeres que enfrentan embarazos inesperados. Las regulaciones federales recientemente emitidas han hecho que hablar con la verdad en el trabajo sobre el matrimonio y la familia pueda considerarse acoso. En nuestro ambiente político polarizado, necesitamos que Dios nos dé la gracia para ser valientes y la sabiduría para juzgar cómo ser audaces y caritativos.
Dar testimonio de la verdad no es solo cuestión de hablar. También es cuestión de escuchar. Por lo tanto, una segunda forma en que podemos dar testimonio de la verdad es abriéndonos a la posibilidad del encuentro con la verdad en diálogo con los demás. La persona veraz está siempre abierta a la conversión. El papa Francisco describe bien la cultura política estadounidense contemporánea cuando se refiere en Fratelli tutti a que “las conversaciones se convertirán en meras negociaciones para que cada uno pueda rasguñar todo el poder y los mayores beneficios posibles, no en una búsqueda conjunta que genere bien común.” Y expone nuestra misión cuando continúa diciendo: “Los héroes del futuro serán aquellos que sepan esa lógica enfermiza y decidan sostener con respeto una palabra cargada de verdad, más allá de las conveniencias personales. Dios quiera que esos héroes se estén gestando silenciosamente en el corazón de nuestra sociedad.” (202)
La solemnidad de Cristo Rey es un día para que los católicos vuelvan a dedicarse a la verdad escuchando la voz de Cristo y reconociendo el reino de Cristo obedeciendo su palabra. Una forma en que podemos reconocer el reinado de Cristo en nuestra vida personal, entonces, es examinando nuestra conciencia, para que podamos escuchar cómo Cristo nos está llamando a crecer en la verdad. ¿Me he abstenido de hablar con la verdad debido al miedo? ¿O he estado tan comprometido con mi facción política que he perpetuado falsedades? ¿He sido obstinado en negarme a escuchar a otros que también buscan la verdad de buena fe? Todas estas son preguntas que podemos hacernos y que podemos llevar al Señor, que nos fortalece con su gracia.
Como testigos fieles del reinado de Cristo, nuestro rey soberano, podemos plantar semillas de renovación en nuestra Iglesia y en nuestro país.