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de la pornografía. Hay una variedad de razones por las que un hombre
puede ver pornografía, desde “recreación” hasta buscar consuelo por
heridas emocionales (por ejemplo, baja autoestima, sentirse indigno de ser
amado)
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y un deseo de sensación de poder. Los efectos de la pornografía
sobre los que la ven están cada vez mejor documentados y comprendidos.
Incluyen efectos fisiológicos, financieros, emocionales, mentales
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y espiri-
tuales (véase más abajo para más información). Aquellos que usan porno-
grafía pueden a menudo experimentar un profundo sentido de vergüenza
y erosión de la autoestima. Los hombres, en particular, pueden desarrollar
una identidad narcisista
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y un sentido exagerado de “machismo”. Ver
pornografía puede distorsionar la propia visión de la sexualidad, el matri-
monio
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y el sexo opuesto, y puede causar confusión sobre la propia identi-
dad sexual y las inclinaciones sexuales (una confusión exacerbada por ver
pornografía del mismo sexo). Espiritualmente, como cualquier pecado, usar
pornografía daña la relación de uno con Dios. Los usuarios a menudo creen
falsamente que Dios nunca podría amarlos, y pueden perder la esperanza de
su misericordia y curación.
Mujeres
La pornografía no es sólo un asunto de hombres. Las mujeres usan porno-
grafía por razones similares a los hombres, y experimentan efectos simil-
ares.
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Si bien no es raro que las mujeres vean compulsivamente el mismo
contenido visual extremo que los hombres, han tendido tradicionalmente
a gravitar hacia formas de pornografía que prometen conexión relacio-
nal y romance, tales como literatura erótica o interacciones inapropiadas
a través de los medios sociales y chats de video.
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Además, las mujeres
enfrentan los desafíos de la afirmación errónea de que usar pornografía es
liberador para ellas, y la falsa percepción social de que sólo los hombres
usan pornografía o luchan con la adicción a la pornografía, lo cual puede
causar un profundo sentimiento de vergüenza y aislamiento.
Adicción
Tanto la ciencia como testimonios personales confirman que muchas
personas que comienzan viendo pornografía de manera ocasional más
tarde se convierten en espectadores compulsivos que se sienten atrapados