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Aceptabilidad y mito de la inocuidad

La pornografía es a menudo considerada erróneamente como un pasa-

tiempo inofensivo (usando eufemismos como “entretenimiento para adul-

tos” o “club de caballeros”) o incluso promovida como buena; por ejemplo,

como una ayuda para la intimidad marital. No es raro escuchar que el uso

de pornografía se describe como “normal” para los hombres, implicando

que están “programados” para mirarla. Muchas personas, más hombres que

mujeres, no consideran que ver pornografía sea engañar, es decir, ser infiel

al propio cónyuge, novia o novio.

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La pornografía también desensibiliza

a sus espectadores, que pueden buscar y ver contenido más extremo y

degradante con el tiempo a medida que aumenta su tolerancia.

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Tecnología

El auge de la Internet presenta la diferencia más dramática entre la porno-

grafía en las décadas pasadas y más recientemente. Aunque los medios de

comunicación en línea pueden ser una vía fructífera para la evangelización

y el encuentro personal,

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la Internet también entraña el peligro de apelar

a un deseo de gratificación instantánea y reemplazar la presencia humana

con la “realidad virtual”. La pornografía en la web es accesible al instante,

aparentemente anónima, en su mayor parte gratuita, y tiene la apariencia

de ser interminablemente novedosa. Esta potente combinación ha tenido

efectos devastadores en muchos hombres y mujeres. La amplia disponibi-

lidad de la Internet significa que la pornografía está en el hogar, en el

trabajo, y a menudo literalmente al alcance de la mano con la preponder-

ancia de los dispositivos móviles. El anonimato percibido de la Internet

puede atraer a una persona a ver imágenes o dedicarse a actividades que

podría dudar de hacerlo fuera de la web, y la novedad de la pornografía en

la Internet puede ser en sí misma intoxicante, afectando la química cere-

bral y seduciendo a los espectadores a seguir haciendo clic.

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A diferencia

de una revista, la Internet no tiene página final.

Una industria del pecado

La pornografía es un gran negocio. Las estimaciones de los ingresos llegan

fácilmente a los miles de millones de dólares cada año.

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La industria de