El Encuentro es un proceso de dos años de actividad misionera, consultas, desarrollo de liderazgo y discernimiento pastoral en parroquias, diócesis y regiones episcopales que culminan con un evento nacional. Un resultado primordial del proceso de un Encuentro es discernir prácticas pastorales y prioridades que impactan la calidad del ministerio entre los católicos hispanos/latinos, bajo el liderazgo de los obispos de los Estados Unidos.

El Simbolismo de La Cruz de los Encuentros

La Cruz de los Encuentros simboliza la jornada de fe del pueblo hispano/latino católico en Estados Unidos durante los últimos cincuenta años. Esta jornada ha sido potenciada por los Encuentros Nacionales Hispanos de Pastoral, los cuales han generado un modelo de iglesia evangelizadora, comunitaria y misionera en la pastoral hispana. Los Encuentros, pasados y futuros, son auténticos movimientos del Espíritu donde el pueblo católico hispano en Estados Unidos primerea (EG 24) la gracia de Dios acompañado y guiado por sus obispos. Ese pueblo hispano/latino, inmigrante y nativo, bilingüe y diverso, hoy en día constituye ya el 40 por ciento de todos los católicos en EE.UU y más del 50% de los católicos menores de 35 años. En él está nuestra esperanza de familias evangelizadoras y misioneras, generadoras de vocaciones, atentas a la periferia, defensoras de los pobres, y que reclaman vivir su fe en libertad y con justicia, en esta gran nación que es encrucijada y amalgama de pueblos y culturas.

La Cruz de los Encuentros será el estandarte del Quinto Encuentro Nacional Hispano de Pastoral, a dar inicio en un futuro muy próximo, y que tiene como lema Pueblo Hispano: Alegres Discípulos en Misión. La Cruz de los Encuentros también es símbolo de solidaridad y comunión con la Iglesia en América Latina, ya que el Quinto Encuentro es la manera en que la Iglesia en Estados Unidos se adhiere a la Misión Continental.

Comenzando en enero de 2017, la Cruz visitará comunidades en todos los Estados Unidos, mientras parroquias, diócesis y regiones episcopales celebran sus procesos locales de Encuentro. La Cruz también presidirá el evento nacional del Encuentro, previsto para Septiembre de 2018. Finalmente, se prevé que la Cruz resida en la sede de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) en Washington, DC y que esté disponible para acompañar futuros Encuentros.

Descripción de la Cruz

La Cruz de los Encuentros, tiene un madero vertical de 5.5 pies de alto y tres pies del madero trasversal. El ancho frontal será de cinco pulgadas y el grosor de 2.5 pulgadas. Será hecha de madera de roble en color natural y tendrá una base removible. Tendrá labrados sencillos de espinas y lirios de resurrección, y la inscripción Pueblo Hispano/Latino: Alegres Discípulos en Misión. También incluirá al pie de la Cruz la inscripción “Filadelfia, 26 de Septiembre de 2015,” en memoria de la bendición recibida del Papa Francisco.

Memoria Histórica de los Encuentros Nacionales

El proceso del encuentro nacional de pastoral del ministerio hispano en EE.UU. es una experiencia profundamente eclesial. Está motivado por la necesidad de estar atentos a los signos de los tiempos y es convocado por los obispos, quienes alientan a la comunidad hispana a elevar sus voces proféticas. En el contexto de este diálogo entre los obispos y el pueblo, vivimos en un espíritu pastoral y ministerial iluminado por una comunión eclesiológica y una vocación misionera que invita a llegar a los que se encuentran alejados de la visión del evangelio.

El objetivo principal del proceso del Encuentro es discernir la manera en que la iglesia en Estados Unidos responde a la presencia hispana, y fortalecer la manera en que los Hispanos/Latinos responden como parte de esa iglesia.

El I Encuentro (1972) nos permitió salir del anonimato, y expresar nuestras necesidades, aspiraciones y contribuciones como bautizados miembros de la iglesia en Estados Unidos.

En el II Encuentro (1977) nos identificamos como un “Pueblo Hispano Católico,” diverso pero unido por una fe, una historia, una cultura y una lengua comunes. También discernimos un estilo de ser iglesia basada en una eclesiología de comunión y una opción preferencial por los alejados y los que viven en la pobreza. Con el II Encuentro nos reconocimos como Pueblo Hispano: Pueblo de Dios en Marcha

El III Encuentro (1985) nos permitió articular una dirección clara en la respuesta pastoral de la iglesia a la presencia hispana, y nuestra respuesta como miembros de esa iglesia. Esta visión se quedó plasmada en el Plan pastoral Nacional del Ministerio Hispano (1987) y en un modelo de iglesia evangelizadora, comunitaria y misionera. En el III Encuentro nos reconocimos como Pueblo Hispano: Voz Profética.

El IV Encuentro se convirtió en el Encuentro 2000 y nos permitió ser anfitriones y compartir una experiencia de encuentro con todas las culturas y razas que conforman la iglesia en Estados Unidos. La visión de una iglesia donde todos seamos bienvenidos surge desde nuestra más profunda identidad como pueblo mestizo que se sabe peregrino en esta tierra y llamado a la solidaridad y a la unidad en la diversidad como anunciaba su lema Muchos Rostros en la Casa de Dios.

El Primer Encuentro Nacional Hispano de Pastoral Juvenil (2006) nos permitió escuchar las voces de los jóvenes hispanos/latinos, y discernir mejores maneras de responder a sus necesidades y aspiraciones, así como reconocer sus contribuciones como protagonistas privilegiados del presente y del futuro de la iglesia en Estados Unidos.

El V Encuentro Nacional Hispano de Pastoral nos animará a continuar nuestra marcha como Pueblo de Dios, a elevar nuestra voz profética una vez más y a discernir las prioridades y estrategias pastorales más adecuadas para nuestro tiempo. En camino hacia el V Encuentro nos reconocemos como Pueblo Hispano: Alegres Discípulos en Misión

Oración por el Quinto Encuentro


Dios misericordioso,
tú saliste al encuentro
de los discípulos de Emaús
para caminar con ellos,
escuchar sus preocupaciones,
explicarles las Escrituras,
prepararlos a reconocerte
en la fracción del pan
y enviarlos a compartir
la alegría del Evangelio.

Al prepararnos para el
Quinto Encuentro Nacional Hispano de Pastoral,
concédenos un espíritu misionero
para salir al encuentro
de nuestros hermanos y hermanas,
unirnos a su caminar cotidiano,
escuchar sus tristezas y alegrías
y prepararlos a reconocerte en la Eucaristía;
a fin de que, encendidos sus corazones con tu Palabra,
se dispongan a ser discípulos misioneros
que compartan la alegría del Evangelio
a generaciones presentes y futuras
de toda raza, lengua y cultura.

Te lo pedimos
con un corazón ardiente
en el Espíritu Santo;
por intercesión de nuestra Madre,
María de Guadalupe,
Estrella de la Nueva Evangelización,
y en nombre de tu Hijo amado,
Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.