Recursos Familiares - M Jean Frisk STL

Catechetical Sunday 2016 Poster in Spanish

Celebración de un día especial de oración por las familias

por M. Jean Frisk, STL

Usted ha soñado contener una familia ideal, como la familia de Santa Teresa de Lisieux, en que a los niños les encantaba ir a la iglesia juntos, oraban juntos en paz en casa, y en donde pronto aprendieron a ser caritativos unos con otros y con los de su ciudad. Teresa escribió en su autobiografía que aprendió a orar observando a su padre.

¿Y qué decir de las veladas de invierno, sobre todo de las de los domingos? ¡Cómo me gustaba sentarme con Celina, después de la partida de damas, en el regazo de papá...! Con su hermosa voz, cantaba tonadas que llenaban el alma de pensamientos profundos..., o bien, meciéndonos dulcemente, recitaba poesías impregnadas de verdades eternas. Luego subíamos para rezar las oraciones en común, y la reinecita se ponía solita junto a su rey, y no tenía más que mirarlo para saber cómo rezan los santos... (Historia de un alma)

¡Siga soñando! Seamos realistas, dirá usted. Esto nunca funcionará en nuestra familia. He intentado y fracasado rotundamente. Justo cuando por fin puedo concentrarme en la elevación de la Eucaristía, mi bebé de dos años tropieza en el reclinatorio y suelta un chillido. Mi pequeña de cuatro años insiste en que no puede aguantar más. Mis adolescentes se han vuelto flojos y malhumorados. ¿Un día especial de oración para mi familia? ¡Pero si apenas logramos escuchar tranquilos una Santa Misa!

Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) nos instruye de numerosas maneras, creyendo en verdad que "La familia cristiana es el primer lugar de la educación en la oración. Fundada en el sacramento del Matrimonio, es la 'iglesia doméstica' donde los hijos de Dios aprenden a orar 'como Iglesia' y a perseverar en la oración. Particularmente para los niños pequeños, la oración diaria familiar es el primer testimonio de la memoria viva de la Iglesia que es despertada pacientemente por el Espíritu Santo" (CIC, no. 2685).

¿Dónde empezar? Hagamos un intento

A largo plazo: Valientemente hagan todo lo posible para establecer las bases para la oración en familia antes del matrimonio. Si son jóvenes y están comprometidos (o anhelan estarlo), empiecen a estudiar lo que enseña la Iglesia sobre la familia, sobre todo en el Catecismo de la Iglesia Católica y en el Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos. Pongan a prueba su relación compartiendo sueños sobre cómo celebrar los domingos y feriados, practicar el culto juntos, o ir en una simple peregrinación a un destino local. Compartir estas esperanzas y sueños antes del matrimonio a través de una conversación honesta y abierta es una buena manera para que la oración en familia se convierta en una realidad después.

Si está casado y lucha para concretar estos sueños con un cónyuge que no habla acerca de la fe, o si tiene hijos que ya pueden pensar por sí mismos, vaya poco a poco y con paciencia. Las experiencias de oración en familia que no hayan nacido de la tragedia o de problemas deben ser planificadas cuidadosamente para que —con esperanza— se conviertan en momentos inolvidables de alegría. Sí, la ALEGRÍA es la clave para el éxito de los momentos de oración en las situaciones ordinarias de la vida.

En 1946, después de haber pasado tres años y medio en prisión y en un campo de concentración en la Alemania nazi, el padre José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt, dio varias charlas sobre cómo dominar la vida en comunidad y en la vida familiar. A los jefes de familia les dijo, "Nuestros líderes tienen que velar por que su pequeño reino se convierta en un reino de la alegría. Ciertamente, pueden cuidar constantemente de una dieta saludable, de las necesidades físicas. Esto es bueno y tiene que hacerse, pero todo esto no crea la alegría refrescante como tal. La alegría sólo es refrescante cuando tratamos de estar interiormente muy cerca de Dios" (Manuscrito inédito, 28 de noviembre de 1946; versión del traductor al español). Y durante un retiro para sacerdotes, instó, "Cada vez que tengo la oportunidad de dar un poco de alegría a través de mi ser, de difundir un poco de sol a través de mis palabras, a través de mi vida, debo rápidamente aprovecharla... La alegría es la llave mágica que abre los corazones de las personas; es la varita de zahorí que puede descubrir las fuentes secretas de la fortaleza en los demás y traerlas a la vida" (Charla durante el retiro La alegría sacerdotal de la vida, traducción inédita de Vollkommene Lebensfreude [un curso de retiro para sacerdotes, 7 a 13 de octubre de 1934], Schoenstatt-Vallendar: Patris Verlag, p. 114 & p. 147; versión del traductor al español).

Ya sea solo, en familia o en un entorno parroquial, la atmósfera que usted cree, el entorno que establezca, la belleza que lo rodee, apoyarán la oración. Como se expresa en el Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos, "La educación religiosa de los católicos a lo largo de sus vidas debería siempre incluir, en cada uno de sus niveles, preparación sobre cómo rezar, así como tiempo dedicado a la oración comunitaria… Los lugares para rezar incluyen la iglesia parroquial, los centros de retiros, los santuarios, el hogar y cualquier entorno en el que la gente pueda alcanzar la apropiada concentración mental y del corazón" (p. 505).

Oración a solas

El primer catecismo publicado por los estadounidenses como tales fue producido en 1793 por el primer obispo de los Estados Unidos, John Carroll (1735-1815). Junto con las enseñanzas esperadas sobre los artículos de la fe, hay secciones que instruyen a los católicos de maneras prácticas. He aquí un extracto de lo que el obispo enseña acerca de la oración:

Un ejercicio diario para los cristianos (extractos)

Por la mañana
Cuando esté vestido, debe arrodillarse y decir las siguientes oraciones. "Dios mío, te adoro y te amo con todo mi corazón... Oh Dios mío, como no busco nada más que complacerte, amarte y servirte, te ruego concedas que haga lo que haga este día sea aceptado por ti, y dígnate dirigir todas mis acciones a tu honor y tu gloria. Oh Virgen santa, me pongo totalmente bajo tu protección. Oh mi buen ángel, sé tú también mi protector, y ruega a Dios para que me conceda hacer su santa voluntad en todas las cosas". A continuación, debe decir el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo.

Por la noche

Debe arrodillarse y decir la siguiente oración. [Se dan una lista y sugerencias.]

Como vemos en su instrucción catequética anterior, Carroll nos dice que la oración personal depende del ritual personal: levantarse, vestirse, orar. La oración debe ser tan natural en el ritmo diario de una persona como cepillarse los dientes tanto por la mañana como por la noche (y tal vez entre ellas). Las oraciones memorizadas son la manera más simple y más fácil de entrar en un ritmo que no sea fácil pasar por alto u olvidar: lo primero es lo primero en el don de un nuevo día, y lo último de un día rendido.

Oración como familia en el hogar

Siendo, como somos, dependientes de nuestros cinco sentidos, la oración en el hogar puede ser ayudada por la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. Si nuestro lugar de descanso es donde comenzamos y terminamos con la oración, debemos asegurarnos de tener una imagen, una cruz, algo para ver como el suave resplandor de una luz LED de vigilia en un objeto sagrado o tocar un rosario al tacto, algo de los sentidos para recordarnos y despertar el espíritu humano a la oración. [¡Por favor, no omita el rosario!] 

Que cada hogar familiar presente la Cruz y la imagen de María como signo de fe, esperanza y amor.

Creen un santuario del hogar en un lugar distinto de un dormitorio que sea destinado para tal fin, un punto focal, donde toda la familia pueda reunirse. ¿Qué hace la familia en un santuario del hogar? Los pequeños podrían colorear un dibujo de la Sagrada Familia y sujetarlo allí con tachuelas. Su hija adolescente podría colocar su ramillete de baile de fin de curso en un florero bajo la imagen de María. Su hijo podría exhibir su trofeo en la repisa de la chimenea. Que sea bonito y siempre esté limpio. Cuando los hijos son pequeños, un buen consejo es evitar los objetos frágiles.

Designen una noche a la semana como noche familiar. Mantengan el mismo horario, comiencen a la hora y empiecen con una sorpresa; por ejemplo, incluyan una búsqueda del tesoro con una recompensa que atraiga a los niños alrededor de la mesa del comedor. Comiencen con una oración de bendición y terminen con una oración de agradecimiento. Levántense juntos de la mesa y reúnanse en el santuario del hogar. Los padres pueden comenzar haciendo una lista de intenciones por las que familia orará. Los niños se suman con una petición, y luego una decena del rosario, la oración del ángel de la guarda, una oración de pesar por los errores cometidos, una oración para el día siguiente, etc. De un pequeño paquete de tarjetas, elijan una resolución para el día siguiente. Hagan las tareas sólo después de esta devoción familiar, y que todos sepan la función que han de desempeñar para ayudar a servir y limpiar. Feliz es la familia que puede seguir después de las tareas con juegos, un trabajo manual, un relato o una película bien seleccionada que fomente los valores familiares cristianos.

¿Un día entero? Salgan de excursión familiar que incluya una visita a un santuario o un lugar especial de encuentro de oración. Vayan preparados. Infórmense de su historia y lo que ofrece el lugar (¿un paseo, una librería, una cafetería, mesas de picnic?). Hagan que los niños (de 6 a 11 años) reúnan "recuerdos" para un álbum de recortes. Asegúrense de que el tiempo de viaje sea adecuado para la resistencia de los niños y esté ocupado con una actividad significativa. Haga un ruido alegre cantando canciones religiosas. Al planificar una peregrinación de este tipo, hagan participar a los preadolescentes y adolescentes en la planificación, ya sea en la música, juegos para el coche, comida para un picnic o investigación en Internet para ver qué sitios están en el camino.

Tres buenos recursos para las familias

  1. David Clayton & Leila Marie Lawler. The Little Oratory: A Beginner's Guide to Praying in the Home. Manchester, NH: Sophia Institute Press, 2014.
  2. Fr. William Brell, trad., The Home Shrine. Waukesha, WI: Schoenstatt Sisters of Mary (con lecturas del padre José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt).
  3. Fr. Jonathan Niehaus. The Birth of the Home Shrine. Waukesha, WI: Schoenstatt Fathers, 1994.

Oración como grupo intergeneracional en un sitio parroquial (dos sugerencias)

  1. Véase el seminario web sobre La oración en comunión con María (www.usccb.org/beliefs-and-teachings/how-we-teach/catechesis/leadership-institute/leadership-institute-webinars-spiritual-life.cfm). En el recuadro de uso compartido de archivos hay dos programas parroquiales útiles para enseñar a los niños (de preescolar a primeros años de secundaria) la historia y el significado del Ave María. Los materiales incluyen pequeñas presentaciones en PowerPoint sobre diversos temas relacionados. Los programas están pensados para periodos de una y media y dos horas.
  2. Domingos centrados en la diversidad parroquial: Padre Carlos José Rojas, Cultural Marian Celebrations at Saint Joseph Catholic Church, West Tampa (Dayton, Ohio: Documento inédito, 2015). Pida una copia digital: jfrisk1@udayton.edu.]

Conclusión

Hay un viejo dicho: se aprende a caminar caminando; se aprende a amar amando; se aprende a orar orando. Hablar de la oración no es lo mismo que realmente orar. Como se señala en el Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos, la oración es trabajo.

La oración requiere tiempo, atención y esfuerzo. Necesitamos disciplinarnos para lo que los escritores espirituales llaman "el combate de la oración". Ellos citan problemas tales como la acedia (una clase de pereza) que surge de un comportamiento ascético relajado, un relajamiento que necesita ser corregido. El Tentador intentará alejarnos de la oración. La distracción y la sequedad nos desaniman. El remedio es la fe, la fidelidad a momentos de oración, la constante conversión del corazón y la vigilancia (p. 509).

Es de vital importancia continuar el combate. Si la excursión familiar resulta un desastre o el programa parroquial fracasa, encuéntrenle el humor, levántense y vuelvan a intentarlo. Recuerden que la clave secreta es la ALEGRÍA. Encuentren la manera de hacer estos programas con la ayuda de la divina ALEGRÍA del Espíritu Santo. ¿Habrá alguna vez la alegría perfecta? ¿Habrá alguna vez el cielo en la tierra? ¡Con Dios todo es posible! (véase Lc 37).

Para un estudio maravilloso de la alegría y qué hacer sobre ella, léase la exhortación apostólica del papa Pablo VI Gaudete in Domino (Sobre la alegría cristiana).



Copyright © 2016, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, Washington, D.C. Todos los derechos reservados. Se permite la reproducción de esta obra sin adaptación alguna para uso no comercial.