Presidente de USCCB dice: El Evangelio sirve al bien común, no a agendas políticas

WASHINGTON—En este momento importante en la historia de nuestra nación, animo a todos a dedicar un momento para reflexionar sobre uno de los principios fundadores de nuestra república, la libertad de religión. Este garantiza el derecho de las comunidades de fe de preservar la integridad de sus creen

WASHINGTON—En este momento importante en la historia de nuestra nación, animo a todos a dedicar un momento para reflexionar sobre uno de los principios fundadores de nuestra república, la libertad de religión. Este garantiza el derecho de las comunidades de fe de preservar la integridad de sus creencias y autogobierno adecuado. Ha habido recientes informes de que algunos han buscado interferir en la vida interna de la iglesia para obtener beneficios políticos a corto plazo. Si es cierto, esto es preocupante tanto para el bienestar de las comunidades de fe, como para el bien de nuestro país.  

En nuestra fe y nuestra iglesia, Cristo nos ha dado un regalo precioso. Como católicos, conservamos nuestras creencias porque vienen a nosotros de Jesús, no de un consenso forjado por normas contemporáneas. El Evangelio se ofrece a todas las personas en todos los tiempos. Este nos invita a amar a nuestro prójimo y vivir en mutua paz. Por esta razón, la verdad de Cristo nunca es anticuada o inaccesible. El Evangelio sirve al bien común, no a las agendas políticas.  

Exhorto a mis hermanos y hermanas católicos y a todas las personas de buena voluntad, a ser buenos administradores de los preciosos derechos que hemos heredado como ciudadanos de este país. Esperamos también que los funcionarios públicos respeten los derechos de las personas de vivir su fe sin interferencia del estado. Cuando las comunidades de fe pierden este derecho, también se pierde la idea misma de lo que significa ser un estadounidense.

Los políticos, su personal y voluntarios deben reflejar nuestras mejores aspiraciones como ciudadanos. Demasiado de nuestro discurso político actual ha degradado a las mujeres y marginado a las personas de fe. Esto debe cambiar. Fieles a las mejores esperanzas de nuestros padres fundadores, nos sentimos confiados de que podemos y estaremos mejor como nación.
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Etiquetas: USCCB, Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU., Arzobispo Joseph E. Kurtz, libertad religiosa, plaza pública, discurso político, comunidades de fe, Evangelio

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