Declaración del National Review Board en la que pide la participación del Liderazgo Laico ante la Crisis por Abuso Sexual

WASHINGTON—El NationalReview Board (NRB) emitió una declaración en respuesta al Reporte del GranJurado de Pennsylvania y las recientes acusaciones contra el Arzobispo McCarrick.En la declaración, el NRB pide a una investigación encabezada por líderes laicossobre todas las denuncias de conducta sexua

WASHINGTON—El NationalReview Board (NRB) emitió una declaración en respuesta al Reporte del GranJurado de Pennsylvania y las recientes acusaciones contra el Arzobispo McCarrick.En la declaración, el NRB pide a una investigación encabezada por líderes laicossobre todas las denuncias de conducta sexual inapropiada dentro de la Iglesia,así como el fortalecimiento de la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes.

Establecido enel 2002, el propósito del National Review Board es trabajar en colaboración conel Comité para la Protección de Niños y Jóvenes en la prevención del abusosexual a menores en Estados Unidos, por parte de personas al servicio de laIglesia.

A continuaciónel comunicado completo del National Review Board:

"Si bienlas políticas y procedimientos que ha implementado la Iglesia desde 2002 paraabordar el abuso sexual de menores por parte del clero han resultado en unadisminución significativa de dicho abuso, las revelaciones de horrendosincidentes de abuso publicadas en el Reporte del Gran Jurado de Pensilvania,junto con el abuso perpetrado por el Arzobispo McCarrick apuntan a un problemasistémico dentro de la Iglesia que ya no puede ser ignorado o tolerado por elepiscopado en los Estados Unidos.

Por varios años,el National Review Board ha expresado su preocupación de que los Obispos no sevuelvan complacientes en su respuesta al abuso sexual por parte del clero. Lasrevelaciones recientes dejan en claro que el problema es mucho más profundo.Estamos tristes, enojados y heridos por lo que hemos aprendido en las últimassemanas. El mal de los crímenes que se han perpetrado, alcanzando los nivelesmás altos de la jerarquía, no se reducirá simplemente por la creación de nuevoscomités, políticas o procedimientos.

Lo que debesuceder es un cambio genuino en la cultura de la Iglesia, específicamente entrelos mismos obispos. Este mal ha sido el resultado de una pérdida de liderazgomoral y un abuso de poder que condujo a una cultura de silencio que permitióque ocurrieran estos incidentes. La intimidación, el temor y el uso indebido dela autoridad crearon un ambiente que fue aprovechado por los clérigos,incluidos los obispos, que causaron daños a menores, seminaristas y personasmás vulnerables. La cultura del silencio permitió que el abuso continuara sincontrol.

La confianza delas víctimas/sobrevivientes del abuso fue traicionada; todo el Cuerpo de Cristofue traicionado a su vez por estos crímenes y la falta de acción.

El NationalReview Board cree firmemente, como lo han expresado varios obispos en losúltimos días, que el episcopado necesita rendir cuentas por estas accionespasadas, y en el futuro, por ser cómplices, directa o indirectamente, en elabuso sexual de los vulnerables. Hacer rendir cuentas a los obispos requeriráuna revisión independiente de las acciones del obispo cuando salga a la luz unaacusación. La única manera de garantizar la independencia de tal revisión esconfiar esto a los laicos, como sugirió recientemente el Cardenal DiNardo. ElNRB, compuesto exclusivamente por miembros laicos, sería el grupo lógico paraparticipar en esta tarea.

Una políticaanónima de informante, como se encuentra en las corporaciones, la educaciónsuperior y otras instituciones tanto del sector público como privado, que seríaindependiente de la jerarquía, con la participación de los laicos, tal vez elNRB, que reportaría las acusaciones al obispo local, la policía local, elnuncio y Roma, son aspectos que deben establecerse inmediatamente.

Otro problemaque debe abordarse es la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes. La Cartaha sido útil en la respuesta de la Iglesia al abuso sexual por parte del clero.Sin embargo, la Carta debe entenderse como un documento cambiante que necesitauna revisión constante basada en lo que hemos aprendido y experimentado a lolargo de los años, así como en las nuevas realidades actuales. Los miembros delNRB han señalado en numerosas ocasiones las debilidades de la Carta, dada sudeliberada ambigüedad y su falta de inclusión de obispos. Durante el proceso derevisión más reciente de la Carta, muchas de las recomendaciones hechas por elNRB para fortalecer la Carta no se incorporaron por una variedad de razones.

Estasrecomendaciones deben reconsiderarse a la luz de la situación actual, así comode la inclusión de obispos en la Carta. El NRB también cree que la declaraciónde Compromiso Episcopal es ineficaz y debe ser revisada en un compromisosignificativo y de acción. En particular, la noción de "correcciónfraterna" debe delinear pasos concretos que se tomarán cuando un obispoalega haber cometido abuso sexual o no ha respondido de inmediato y sinvacilación cuando un clérigo es acusado de abuso sexual. Para garantizar quelos obispos asuman su obligación de actuar con decisión cuando tenganconocimiento de incidentes de abuso sexual cometidos por el clero o sushermanos obispos, debe haber una formación sustantiva de los obispos reciénnombrados sobre su responsabilidad como líderes morales dentro de la Iglesia,especialmente en la respuesta al abuso sexual, algo que actualmente no existe.

"Desde sucreación en la Carta, el NRB ha tratado de proporcionar su asesoramiento a losobispos para ayudarlos a abordar el abuso sexual de menores. Continuaremostrabajando con los obispos, particularmente en respuesta a la solicitud delCardinal DiNardo para la participación del NRB en la investigación propuestaque ha pedido en razón de las recientes revelaciones. En las próximas semanas,el NRB considerará cuáles recomendaciones hacer a los obispos a la luz de esasolicitud.

Nosotrosreconocemos que la gran mayoría de nuestros obispos actuales han tomado y continúantomando seriamente el tema del abuso sexual de menores y que actúan enconsecuencia al adherirse a la Carta, mientras que algunos incluso van más alláde estos requisitos básicos.

Sin embargo,cada vez que un obispo no actúa, todo el episcopado está contaminado. Es horade que los laicos asuman un liderazgo valiente para ayudar a la Iglesia aresponder y sanar, y para que los obispos escuchen atentamente nuestrasrecomendaciones. No solo debemos orar por la Iglesia y especialmente por lasvíctimas/sobrevivientes y sus familias que han sido heridas por este terribleflagelo, sino que debemos tomar medidas concretas para abordar los problemassistémicos subyacentes al problema del abuso sexual en la Iglesia".

Más informaciónsobre el National Review Board se puede encontrar en www.usccb.org/about/child-and-youth-protection/the-national-review-board.cfm

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Palabras clave:Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, USCCB, Cardinal Daniel N.DiNardo, Obispo Timothy L. Doherty, Comité para la Protección de los Niños yJóvenes, Secretaría para la Protección de Niños y Jóvenes, Reporte del GranJurado, abuso sexual, clérigo, obispos de los Estados Unidos, Carta para laProtección de Niños y Jóvenes, prevención, acompañamiento, rendición decuentas, justicia.

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