En las Exequias de un Niño Bautizado - Primeras Lecturas del Antiguo Testamento (y Primeras Lecturas del Nuevo Testamento durante el Tiempo Pascual)

 Leccionario, núms. 1017-1018

Isaías 25, 6. 7-9

    El Señor destruirá la muerte para siempre.

En aquel día, el Señor del universo
preparará sobre este monte
un festín con platillos suculentos
para todos los pueblos.

Él arrancará en este monte
el velo que cubre el rostro de todos los pueblos,
el paño que oscurece a todas las naciones.
Destruirá la muerte para siempre;
el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros
y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo.
Así lo ha dicho el Señor.

En aquel día se dirá:
“Aquí está nuestro Dios,
de quien esperábamos que nos salvara.
Alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae”.

 

Lamentaciones 3, 22-26

Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

La misericordia del Señor nunca termina
y nunca se acaba su compasión;
al contrario, cada mañana se renueva.
¡Qué grande es el Señor!

Yo me digo:
“El Señor es la parte que me ha tocado en herencia”
y en el Señor pongo mi esperanza.
El Señor es bueno con aquellos que en él esperan,
con aquellos que lo buscan.

Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
 

Apocalipsis 7, 9-10. 15-17

Dios enjugará de sus ojos toda lágrima.

Yo, Juan, vi una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca; llevaban palmas en las manos y exclamaban con voz poderosa: “¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!”

Porque están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo, y el que está sentado en el trono los acogerá espléndidamente.

Ya no sufrirán hambre ni sed, no los quemará el sol ni los agobiará el calor. Porque el Cordero, que está en medio del trono, será su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la vida, y Dios enjugará de sus ojos toda lágrima”.
 

Apocalipsis 21, 1. 3-5

Ya no habrá muerte.

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, y oí una gran voz, que venía del cielo, que decía:

“Ésta es la morada de Dios con los hombres;
vivirá con ellos como su Dios
y ellos serán su pueblo.
Dios les enjugará todas sus lágrimas
y ya no habrá muerte ni duelo,
ni penas ni llantos,
porque ya todo lo antiguo terminó”.

Entonces el que estaba sentado en el trono, dijo: “Ahora yo voy a hacer nuevas todas las cosas”.

 

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.