En las Exequias de un Niño Bautizado - Salmos
Leccionario, núm. 1019
Del Salmo 22
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto. R.
Así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R.
Tú mismo me preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañaran
todos los días de mi vida,
y viviré en la casa del Señor
por años sin término. R.
Del Salmo 24
R. A ti, Señor, levanto mi alma.
Muéstrame tus caminos
e instrúyeme, Señor, en tus senderos;
haz que camine con lealtad
y enséñame a cumplir tus mandamientos,
pues eres tú mi Dios y Salvador
y en ti continuamente espero. R.
Acuérdate, Señor, que son eternos
tu amor y tu ternura,
Señor, acuérdate de mí
con ese mismo amor y esa ternura. R.
Protégeme, Señor, mi vida salva,
que jamás quede yo decepcionado
de haberte entregado mi confianza;
la rectitud e inocencia me defiendan,
pues en ti tengo puesta mi esperanza. R.
Del Salmos 41; 42
R. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca
el agua de los ríos,
así, cansada, mi alma,
te busca a ti, Dios mío. R.
Del Dios que da la vida
está mi ser sediento.
¿Cuándo será posible
ver de nuevo tu templo? R.
Yo recuerdo -- ¡y mi alma
cómo lo echa de Dios, menos! –
cuando iba hasta tu casa,
mi Dios, hasta tu templo
entre vivas y cantos
y el júbilo del pueblo. R.
Envíame tu luz y tu verdad;
que ellas me guíen
y hasta tu monte santo me conduzcan,
ahí donde tú vives. R.
Me acercaré al altar de Dios.
al Dios que es mi alegría,
y a mi Dios, el Señor, le daré gracias
al compás de la cítara. R.
¿Por qué te acongojas, alma mía?
¿Por qué tu turbación?
Espera en Dios, que aún alabarás,
a ti Dios Salvador. R.
Del Salmo 148
R. Que todos alaben al Señor.
O bien:
R. Aleluya.
Alaben al Señor en las alturas,
alábenlo en el cielo;
que alaben al Señor todos sus ángeles,
celestiales ejércitos. R.
Reyes y pueblos todos de la tierra,
gobernantes y jueces de este mundo;
jóvenes y doncellas,
niños i ancianos juntos,
el nombre del Señor alaben todos,
pues su nombre es excelso. R.
Su gloria sobrepasa cielo y tierra
y ha hecho fuerte a su pueblo.
Que lo alaben los fieles de Israel,
a quien él eligió como su pueblo. R.
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.