Compartir el viaje: Servicio de oración en solidaridad con soñadores y migrantes

Oración inicial

Líder:
Oh Señor, tú eres el creador de todo, y por tanto nadie es un extraño para ti. Mira con compasión a los refugiados, exiliados, inmigrantes, a aquellos que se encuentran en una nueva tierra y entre personas diferentes. Brinda tu compasión también a los soñadores, los jóvenes traídos a este país cuando eran niños. Concédeles un hogar y un lugar, y danos un corazón amable para acogerlos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. 

Todos:     Amén. 

Primera lectura 

Lector:        Lectura del libro de Levítico (19:33-34)
Cuando un extranjero resida contigo en tu tierra, no lo molestarás.
El será para ustedes como uno de sus compatriotas y lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el SEÑOR, su Dios.
Palabra del Señor. 

Todos:     Gracias a Dios. 

Momento de silencio 

Salmo 

Todos:    Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Lado 1:    ¡Alaba al SEÑOR, alma mía!
Alabaré al SEÑOR toda mi vida;
mientras yo exista, cantaré a mi Dios.

Lado 2:    No confíen en los poderosos,
en simples mortales, que no pueden salvar:
cuando expiran, vuelven al polvo,
y entonces se esfuman sus proyectos.

Lado 1:    Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob,
y pone su esperanza en el SEÑOR, su Dios:
él hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos.
 
Lado 2:    El mantiene su fidelidad para siempre,
hace justicia a los oprimidos
y da pan a los hambrientos.
El SEÑOR libera a los cautivos,

Lado 1:    abre los ojos de los ciegos
y endereza a los que están encorvados;
El SEÑOR protege a los extranjeros 
y sustenta al huérfano y a la viuda;

Lado 2:    el SEÑOR ama a los justos
y entorpece el camino de los malvados.
El SEÑOR reina eternamente,
reina tu Dios, Sión,
a lo largo de las generaciones.

Todos:     Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
 

Lectura del Evangelio 

Lector:     Lectura del Evangelio según Mateo (Mt 25:34-40) 
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. Los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?” Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”.
Evangelio del Señor

Todos:    Gracias a Dios 
 

Reflexión

Oraciones de petición 

Líder:    En este momento, recuerden los nombres de los soñadores, migrantes, refugiados y exiliados por los que deseen orar. 

Momento de silencio 

Lector:    Escúchanos, oh Dios. Escucha a nuestras familias con estatus migratorios mixtos. Escucha a los que esperan con temor la separación, cargados de ansiedad.
Todos:     Escúchanos, oh Dios.
 
Lector:    Escucha a todos los que son llamados “extranjeros”. Escúchanos cuando experimentamos miradas frías o desconfianza debido al color de nuestra piel o al lenguaje que hablamos.
Todos:     Escúchanos, oh Dios.

Lector:    Escucha a nuestros hermanos y hermanas que sudan en los campos. Escucha a los que trabajan largas y extenuantes horas cultivando alimentos, sirviéndonos en restaurantes y limpiando nuestros hogares.
Todos:     Escúchanos, oh Dios.
 
Lector:    Escucha a esos jóvenes que fueron traídos a este país siendo niños. Escucha sus sueños de un futuro de esperanza.
Todos:     Escúchanos, oh Dios.

Lector:    Escucha a las mujeres y niños vulnerables. Escucha a los que han huido de la violencia doméstica, la violación o las pandillas para buscar seguridad en este país.
Todos:     Escúchanos, oh Dios.
 
Lector:    Escucha a los que trabajan en las sombras y están expuestos a la explotación y el acoso. Escucha a aquellos para los cuales una remuneración justa por un día de trabajo justo es siempre incierta.
Todos:     Escúchanos, oh Dios.

Lector:    Escucha a tu pueblo en nuestra búsqueda de leyes y políticas que protejan al vulnerable y acojan al extraño.
Todos:     Escúchanos, oh Dios.

Líder:    Juntando nuestras oraciones, ofrezcamos la oración que Cristo mismo nos enseñó:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. 
Amén. 
 

Oración final 

Líder:    Oh Señor, a través de tu gracia, que podamos imitar tu amor y mostrar verdadera compasión acogiendo a los inmigrantes y refugiados. Inspirados por la enseñanza de tu Hijo, que podamos saludar a cada extraño como nuestro prójimo, y que podamos vivir en la paz que proviene de tu amor. Por Cristo nuestro Señor.

Todos:        Amén.
 

Peticiones adaptadas de “Escúchanos, oh Dios”, Prayers for the Church and the World, © 2017, United States Conference of Catholic Bishops. Todos los derechos reservados.
 
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados del sitio web oficial del Vaticano. Todos los derechos reservados.
 

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