Mientras sale el sol para traer el nuevo día:
Recordamos a quienes descienden al interior de la tierra; su trabajo comienza en la oscuridad, arrancando de la tierra los recursos que custodiamos.
Recordamos a quienes trabajan dentro de un edificio, alejados de la luz y el brillo del día.
Recordamos a quienes trabajan al aire libre, en los duros elementos de nuestro mundo, el frío intenso y el calor sofocante de los extremos.
Recordamos a aquellos que no tienen un trabajo al que acudir, que luchan por cubrir las necesidades de sus gastos diarios, para quienes la jornada se vuelve larga y ardua.
Mientras el sol se pone para traer el descanso de la tarde:
Recordamos a los que trabajan de noche.
Recordamos a aquellos que están tratando de recuperarse de su trabajo y fatiga del día.
Recordamos a quienes participan en trabajos inseguros y peligrosos.
Oramos por un renovado sentido de dignidad en sus vidas y en su trabajo.
Dios, en tu bondad, has hecho un hogar para el trabajador. Haz un lugar en nuestros corazones para la compasión hacia los hombres y mujeres que trabajan incansablemente para satisfacer las necesidades básicas. Garantiza un lugar para los hombres y mujeres que luchan por encontrar trabajo. Concédenos tu sabiduría para recibir y cuidar a quienes se encuentran incapacitados para el trabajo a causa de enfermedades o circunstancias que impiden su participación. Acompaña a los niños que no pueden correr ni jugar, sino que tienen que trabajar duro para ayudar a su familia a comer y vivir. Acompaña, Cristo Jesús, a todos nosotros mientras nos ocupamos de nuestro trabajo. Haznos responsables, no sólo de nuestras acciones, sino de manera más importante ante cada uno de nuestros prójimos. ¡Que sigamos trabajando juntos para establecer tu reino! Te lo pedimos en tu santo nombre, por el poder del Espíritu Santo.
Amén.