Oración #1
Oh Dios Todopoderoso y Eterno
en tu inagotable amor has provisto
ministros para tu Iglesia.
Concédenos en nuestros días
excelentes y adecuados sacerdotes
para que sirvan y santifiquen a tu pueblo.
Inspira una respuesta generosa y valiente
en los corazones de tu pueblo,
para así aumentar el número de
ordenaciones sacerdotales.
Confirma y sostén a aquellos
que se han comprometido
a llevar a cabo la obra de Cristo,
el Buen Pastor,
predicando el Evangelio y uniendo
a tu Santo pueblo
en uno solo en Cristo.
Esto te lo pedimos en el nombre
de Cristo nuestro Señor.
Amén.
Oración #2
Oh Dios y Padre de toda Misericordia,
tú que nos provees de abundantes cosechas,
envía tu gracia sobre aquellos a quienes has llamado a recolectar los frutos de tu trabajo,
presérvalos y fortalécelos en un perenne servicio a ti.
Ilumina los corazones de tus hijos,
para que puedan discernir tu santa voluntad
e inspira en ellos el amor y el deseo de entregarse
al servicio de los demás en el nombre de tu Hijo, Jesucristo.
Instruye a todos tus fieles para que sigan sus respectivos caminos de vida,
guiados por Tu Palabra Divina y por tu Verdad.
Por intercesión de la Santísima Virgen María y
de todos los Ángeles y Santos, te rogamos humildemente que escuches nuestras oraciones
y que le concedas a tu Iglesia el remedio a sus necesidades, por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Oración #3
Virgen de Guadalupe,
Evangelizadora de las Américas,
¡Madre de Dios, Madre de la Iglesia
y Madre Nuestra! Tú eres el orgullo
de nuestra gente. Jesús, tu Hijo, cambió
el agua en vino porque tú se lo pediste.
Te imploramos, Madre Misericordiosa,
que obtengas para nosotros todas las
gracias que necesitamos de tu Hijo.
Intercede ante Él para que bendiga a las
Américas con muchas vocaciones al
sacerdocio, a la vida religiosa, al
matrimonio cristiano y a la vida laical.
Madre de Dios, ruega por nosotros ahora
y siempre.
Amén
Oración #4
Dios amoroso, que llamas a todos los que creen en ti
a perfeccionarse en el amor siguiendo los pasos de Cristo, tu Hijo,
Llama de entre nosotros a más hombres y mujeres
que te sirvan como religiosos.
Que, con su estilo de vida, sean un signo convincente de tu Reino
para la Iglesia y el mundo entero.
Te lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.
Dios bondadoso y amoroso,
ayuda a los hombres y mujeres de nuestra parroquia
a escuchar la llamada a servir en la archidiócesis de ____________.
Nuestras necesidades son grandes
y nuestra gente está sedienta de tu presencia.
Abre los corazones de muchos,
suscita fieles servidores del Evangelio,
dedicados santos sacerdotes, hermanas, hermanos y diáconos,
que se desvivan por tu pueblo y sus necesidades.
Bendice a los que ya están ofreciendo su servicio
con valentía y perseverancia.
Que el ejemplo y la fe de ellos sea una fuente
de inspiración para muchos más.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración #5
Él les dijo: “Vengan a ver”.
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día” (Juan 1,39).
Oh Dios de las naciones,
te agradecemos de corazón por todos aquellos primeros misioneros
y exploradores católicos que llegaron a ______________.
Ellos, como extranjeros en tierra desconocida, trajeron consigo innumerables habilidades,
talentos y tradiciones, pero su mayor tesoro fue su fe.
Que la Buena Nueva de Jesucristo, que moldeó y configuró sus vidas,
continúe moldeando y configurando actualmente nuestras vidas.
Bendice a nuestra diócesis con hombres y mujeres
que sigan —en la vida religiosa, sacerdotal y diaconal— el camino que ellos recorrieron en servicio a la Iglesia.
Señor Jesucristo, ayuda a los que “vienen a ver”, para que escuchen tu llamado.
Oración #6
Dios te salve María, llena eres de gracia;
todas las generaciones te llamarán bienaventurada.
Dios te salve, Madre de Dios; que cuando escuchaste al ángel pedirte
que dieras a luz al Hijo del Altísimo,
llena de fe, respondiste:
«Hágase en mí».
Santa Madre de Jesús, que, en las bodas de Caná,
le pediste a tu Hijo que realizara su primer signo,
acompáñanos en nuestro discernimiento de la labor que se nos confía en la vida.
y guíanos por el camino que estamos llamados a seguir
tras las huellas de tu Hijo.
Santa Madre del Salvador, que al pie de la cruz
padeciste por la muerte de tu Hijo único,
Bendice y abraza a los padres amorosos de todos los sacerdotes,
diáconos, religiosos y religiosas.
Santa Madre del Buen Pastor,
dirige tu cuidado maternal sobre esta nación.
Intercede por nosotros ante el Señor de la cosecha
para que envíe más trabajadores a recoger el grano
de esta tierra dedicada a honrarte.
Reina de la Paz, Espejo de la Justicia, Salud de los Enfermos,
suscita vocaciones para nuestra época.
Que la palabra de tu Hijo se haga carne nuevamente
en la vida de personas deseosas de proclamar
la buena nueva de la vida eterna.
Amén.
Oración #7
Dios misericordioso,
tú me has llamado a la vida
y me has dado muchos dones.
Por el bautismo me has enviado
a continuar la misión de Jesús
compartiendo mi amor con los demás.
Dame tu fuerza para responder,
cada día a tu llamado.
Ayúdame a transformarme plenamente en lo que Tú deseas de mí.
Aliéntame para que sea una buena influencia en
la vida de los demás.
Guíame para que elija el camino de vida
que tú has planeado para mí.
Abre los corazones de todas las personas para que escuchen tu llamado.
Llénanos a todos con Tu Santo Espíritu para que
tengamos corazones atentos y a la escucha,
que tengan el valor de responderte.
Enciende mi corazón
y los corazones de los demás en el deseo
de hacer del mundo un mejor lugar
mediante nuestra entrega a tu servicio
en el ministerio laical, en la vida religiosa, sacerdotal, o diaconal.
Amén.
Oración #8
Padre, nosotros somos tu pueblo, la obra de tus manos.
Somos tan valiosos a tus ojos que nos enviaste a tu Hijo Jesús.
Y Jesús nos llama a sanar a los quebrantados de corazón,
a secar las lágrimas de los que lloran, a ofrecer esperanza a los que desesperan,
y a regocijarnos por tu inconmovible amor.
Nosotros, los bautizados, nos damos cuenta de que estamos llamados a servir.
Ayúdanos a conocer el modo en que hemos de hacerlo.
Llama de entre nosotros a sacerdotes, religiosas, religiosos y ministros laicos,
Pues tú continúas amando a tu pueblo por medio de nuestros corazones.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amen.
Oración #9
Oh Dios, lleno de amor,
Tu Hijo, Jesús, nos ha enseñado que un corazón abierto encuentra el camino.
Ayúdame a encontrar mi camino en este mundo.
Mantén mi corazón abierto para tomar ejemplo del modo en que Jesús sirvió a los demás por amor.
Dame el valor de aceptar la guía que me ofreces
a través de mi familia, de mis amigos y de mi comunidad parroquial.
A través del Espíritu Santo, tú me llamas a un camino particular de vida.
Si se trata del camino sacerdotal, de vida religiosa o diaconal,
ayúdame a recorrerlo en gozoso servicio a tu pueblo.
Dios mío, sé que contigo, podré encontrar mi camino.
Amén.
Oración #10
Oh Dios, que deseas que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad:
Te rogamos que envíes, trabajadores a tu cosecha,
y que les concedas la gracia de anunciar tu palabra con total audacia;
para que se difunda y sea glorificada,
y así todas las naciones te conozcan a Ti, nuestro único Dios,
y a aquel a quien tú has enviado,
Jesucristo Tu Hijo, Nuestro Señor,
Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Oración #11
Dios amoroso,
¿Soy yo, Señor?
¿Me llamas a una vocación
al ministerio sacerdotal, a la vida religiosa o diaconal dentro de la Iglesia?
O si ya estoy viviendo una vocación de vida,
¿me pides que ayude
a otros en el ministerio de
liderazgo en la Iglesia?
Necesitamos hombres y mujeres que nos ayuden a
guiarnos como Iglesia, Señor. Somos tu
pueblo del valle, de la pradera y de los pinos,
la Diócesis de ______________.
Háblanos, Señor.
Abre las mentes y los corazones de muchos
hombres y mujeres para vivir tu Palabra
y construir tu Reino.
Háblame Señor,
Planta tu Palabra dentro de mí para que
cualquier cosa que me llames a ser o hacer
pueda decir Sí, aquí estoy Señor.
Señor, aquí estoy.
¿Qué quieres que haga con mi vida?
(Haz una pausa para escuchar a Dios un momento)
Enséñame a hacer tu voluntad, Señor.
Y deja que tu Espíritu Santo me guíe.
Oración #11
Oh Padre, Tú deseas que todos seamos felices.
Suscita la gracia de la vocación religiosa en el corazón
de muchos hombres y mujeres.
Concédeles la disponibilidad y la generosidad
de dar de sí mismos, su vida, su tiempo y sus
talentos al servicio de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor y Salvador, y de su Santa Iglesia.
Que más hombres y mujeres se entreguen al sacerdocio, al diaconado, y a la vida religiosa para llevar las verdades de nuestra fe católica
a todos los demás, para que pronto ellos también puedan conocerte mejor y Te amen más...
y sirviéndote, sean verdaderamente felices. Amén.
Oración #12
Padre, tú llamas a cada uno de
nosotros por nombre y nos pides
que te sigamos.
Bendice a tu Iglesia y danos dedicados
y generosos líderes de nuestras familias
y amigos quienes puedan servir a
tu pueblo como religiosas, sacerdotes,
diáconos y ministros laicos.
Inspíranos mientras crecemos en tu
amor y abre nuestros corazones
para oír tu llamada.
Te lo pedimos en
nombre de Cristo.
Amén.
Oración #13
Dios creador,
la vida es tu don para mí.
Por el Bautismo me invitas a compartir
el don de mi vida al servicio de los demás.
Acompáñame en mi elección diaria
de mostrar Tu presencia en nuestro mundo.
Dame el valor y la generosidad para
responder a Tu amor, a Tu llamada.
Te pido especialmente, por aquellos que te sirven en la vocación
sacerdotal, religiosa, diaconal y en el ministerio laical.
Abre las mentes y los corazones de muchos otros
hombres y mujeres para que acepten
Tu desafío de construir el Reino.
Dios amoroso, me has hecho a Tu imagen y semejanza,
y por ello te alabaré eternamente.
Por el bautismo me invitas a servir como sirvió Tu hijo Jesús.
Te ofrezco hoy todo lo que tengo y todo lo que soy
en unión con Su cruz salvadora.
Padre, en el poder del Espíritu
Tú nos envías a construir Tu reino.
Rezo especialmente por aquellos a quienes Tú llamas
a servir a la Iglesia como sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas.
Ayúdales a escuchar y responder a Tu llamada al discipulado.
La cosecha es mucha, pero los obreros son pocos.
Por favor, danos hombres y mujeres
que nos ayuden a recoger una gran cosecha de almas.
Hago esta oración por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración #14
Oh Dios bondadoso y misericordioso, Padre de todos,
tú bendices a tu pueblo en todo tiempo y época
y provees a sus necesidades con tu providencia.
Tu Iglesia necesita continuamente sacerdotes,
religiosos y religiosas que se ofrezcan al servicio
del Evangelio con una vida de amor entregado.
Abre corazones de tus hijos e hijas para que escuchen tu
llamada en sus vidas. Dales el don de la comprensión
para discernir tu invitación a servirte a ti y a tu Iglesia.
Dales el don de la valentía para seguir tu llamado.
Que tengan el espíritu del joven Samuel,
que encontró la plenitud de su vida cuando te dijo,
«Habla Señor, que tu siervo escucha». Te lo pedimos
por Jesucristo, nuestro Señor y Redentor.
Amén.
Oración #15
Dios amoroso,
Tú nos hablas y nos alimentas
a través de la vida de esta comunidad eclesial.
En nombre de Jesús, te pedimos que
nos envíes tu Espíritu para que
mujeres entre, jóvenes y mayores
respondan a tu llamada al servicio y
liderazgo en la Iglesia.
Te pedimos especialmente, en nuestros días,
por los que escuchan tu invitación al sacerdocio
y a la vida religiosa.
Que los que abren sus corazones y mentes a tu llamado
sean alentados y fortalecidos
a través de nuestro entusiasmo en tu servicio.
Amén.
Oración #16
Padre que estás en el cielo, tú nos enviaste a tu
único Hijo a que nos redimiera y a que edificara
tu reinado en la tierra. Concédenos, por tu bondad,
la sabiduría y fortaleza que necesitamos
para responder al llamado que él nos hace.
Concede a los fieles,
un espíritu de generosidad, para que
puedan florecer las vocaciones dentro de la Iglesia.
Bendice a nuestros
sacerdotes con la santidad y la valentía que requieren,
para poder guiar a tu pueblo a Cristo.
Ayuda a todos los religiosos
a cumplir sus sagradas promesas para que
puedan convertirse así en signos eficaces de tu reino.
Señor, invita a tu servicio a un mayor número de hombres y mujeres.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración #17
Dios amoroso, proveedor de todas nuestras necesidades,
nosotros, tu pueblo fiel, te pedimos que bendigas esta parroquia
y a nuestra Diócesis con un aumento de hombres y mujeres
para el ministerio sacerdotal.
Proporciona de entre nosotros a quienes nos guíen y trabajen con nosotros en el servicio sacerdotal y consagrado.
Así como llamas, también danos la habilidad de escuchar
para que podamos responder con generosidad y alegría.
Forma nuestros corazones para que seamos un pueblo
entregado a la vida evangélica y generoso hacia el servicio de nuestro prójimo.
Ayúdanos a todos a discernir y seguir nuestra vocación en la vida
con fortaleza y valentía, haciendo de nosotros un pueblo sacerdotal.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo,
sacerdote y servidor de nuestros corazones. Amén.
Señora nuestra, Reina de la Paz, ruega por nosotros.
Oración #18
Dios amoroso, ser tu profeta es mi deseo,
pero frecuentemente estoy más preocupado por el resultado final.
Quiero llevar tu mensaje al mundo
como lo han hecho tantos antes que yo.
Mi corazón me lleva hacia ti, pero no
siempre estoy seguro cómo responder.
Permíteme conocer a lo que me estás llamando
y a la vida que me estás pidiendo que viva.
Dame la fuerza para compartir con
otros que necesitan las bendiciones
con que has enriquecido mi vida.
Gracias, Dios, por escuchar mi oración.
Amén.
Oración #19
Dios bueno y misericordioso,
nos has llamado por medio del Bautismo al
discipulado con tu Hijo, Jesucristo,
y nos has enviado a llevar
la Buena Nueva de la salvación a todos los pueblos.
Te rogamos que nos concedas más sacerdotes y religiosos
para construir tu Iglesia dentro de la arquidiócesis de _________________.
Inspira a nuestros jóvenes, hombres y mujeres
con el ejemplo del Beato Junípero Serra a entregarse totalmente a la obra de Cristo y a la salvación de todos los pueblos.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.
Amén.
Oración #20
Gracias, Señor, por todos los grandes y
maravillosos dones que concedes a nuestra familia.
Ayúdanos a vivir cada día con alegría y humildad.
Mantennos totalmente dedicados a servirte.
Enséñanos a reconocer las muchas maneras en que
das a conocer tu Espíritu.
Y ayúdanos a aceptar tu don: la gracia de responder a tu llamado para formar, fortalecer y expandir el Cuerpo de Cristo.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Oración #21
Padre, escucha las oraciones de tu pueblo,
y haz madurar la semilla que tú sembraste
en el campo de tu Iglesia.
Haz que mucha de tu gente escoja servirte
dedicándose al servicio
de sus hermanos y hermanas.
Elige ministros dignos de tus altares
y ardientes pero bondadosos servidores del Evangelio.
Que aquellos que siguen las huellas de Cristo, tú Hijo,
crezcan y provean por su forma de vida
una señal convincente de tu reino
para la Iglesia y todo el mundo.
Que todos los ministros de tu Iglesia
aumenten en números,
y sean persistentes en sus oraciones,
y que desempeñen su ministerio con generosidad e interés
por otros.
Padre, consérvalos fieles al llamado del Evangelio;
que el mundo vea en ellos
la imagen viviente de tu Hijo, Jesucristo,
quien es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración #22
Señor Jesús, te encomendamos el sacerdocio católico.
Danos más sacerdotes, pero te pedimos, muy especialmente,
que sean sacerdotes santos y mensajeros de esa verdad
que todo lo abarca y que es eterna.
Te pedimos que nos des sacerdotes santos que sepan ofrecerle esta verdad a la gente de su época y de su región.
Que sean hombres santos de este tiempo, sacerdotes firmemente arraigados en la tradición,
pero infundidos del espíritu de esta época.
Ellos han asumido una misión en tu nombre, Señor.
Que tu fuerza se refleje en ellos y nos permita ver siempre con claridad
que ellos son testigos tuyos.
Concédeles conformar su vida al misterio pascual
que celebran cada día en la Eucaristía.
Que sientan en este misterio el hambre ansiosa del mundo
y de sus propios hermanos y hermanas por la salvación.
Que, a pesar de esta hambre, ellos sepan
respetar la libertad espiritual de los demás;
porque es tu palabra la que le ha proporcionado al mundo el don de esta libertad.
Que ellos puedan comprender y hablar el lenguaje de su tiempo.
Y que velen siempre en no transigir cuando se trata de conservar
la novedad imperecedera de tu Evangelio ante las opiniones cambiantes del mundo.
Que mantengan siempre en la oscura noche invernal del alma
una esperanza obstinada en la primavera venidera.
Y cuando se encuentren con quienes te persiguen
que recuerden siempre el camino de Damasco
y los caminos ocultos de tu providencia.
Oración #23
Señor Jesucristo,
Tú eres el Salvador del mundo.
Te rogamos que manifiestes en tu Iglesia
el Espíritu que Tú también concediste en abundancia a tus apóstoles.
Llama a muchos a tu sacerdocio y a tu vida religiosa.
Que el celo por Tu gloria
y por la salvación del mundo
inflame a los que Tú has elegido.
Que sean santos a Tu semejanza.
Que tu Espíritu Santo los fortalezca.
Que sean sacerdotes y religiosos según Tu corazón.
Amén.
Oración #24
Señor, ayúdame a conocer tu voluntad para mí.
Deja que tu luz brille en lo más profundo de mi corazón
para que sepa lo que quieres
que haga con mi vida.
Ayúdame a creer que tienes
un plan especial para mí.
Señor, sé que paso por esta vida sólo una vez;
ayúdame a decidir cómo quieres que marque la diferencia.
Como a nuestra Madre Santísima,
Dame la sabiduría de escuchar tu voz
y el valor de responder a tu llamado.
Sobre todo, dame paz de mente y de corazón.
Te ofrezco esta oración en nombre de
Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Oración #25
Dios, Padre nuestro,
tú quieres que todos los hombres y mujeres se salven
y lleguen al conocimiento de tu Verdad.
Envía obreros a tu gran cosecha
para que el Evangelio sea predicado a toda criatura
y para que tu pueblo, reunido
por la palabra de vida
y fortalecido por el poder de los sacramentos,
pueda avanzar en el camino
de la salvación y del amor.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración #26
SEÑOR JESÚS,
te pedimos que envíes a tu pueblo
los servidores que necesita.
Escoge de nuestras parroquias,
de nuestros hogares,
de nuestras escuelas y universidades
una abundante cosecha
de ardientes apóstoles para tu Reino:
sacerdotes, religiosos, religiosas,
diáconos, misioneros y
apóstoles seglares;
y haz que los llamados por Ti
nunca pierdan conciencia de la
grandeza y necesidad de su vocación.
¡Oh!, Virgen María,
Madre de la Iglesia,
enseña a decir a todos los llamados
por el Señor,
un sí con alegría,
como el que tú dijiste en la Anunciación.
Oración #27
Te damos gracias, Dios nuestro, por
tu llamada del Bautismo
a ser tu pueblo.
Te respondemos otra vez con nuestro "Sí".
Danos fidelidad para tu causa
y para nuestra vocación.
Renueva con un espíritu de
entusiasmo a todos los que
se dedican al servicio de
tu pueblo.
Da a nuestros jóvenes el deseo
de dedicarse a este servicio
en la vida religiosa, en el
sacerdocio, o como diáconos
y ministro laicos.
Llena sus corazones con tu
Espíritu de Sabiduría para
que proclamen tu evangelio,
y den testimonio de tu presencia
entre nosotros.
Amén.
Oración #28
Oh Dios, Tú nos has pedido que oremos por las vocaciones
para que haya jóvenes dispuestos a dar su vida por el bienestar de las almas.
Escucha nuestra oración y las oraciones de tu Iglesia y envíanos sacerdotes y religiosos buenos y santos. Te ofrecemos hoy todo lo que pensemos, hagamos o digamos por esta intención, por Cristo, Nuestro Señor, Amén.
Oh Dios, Tú llamas a todos en tu Iglesia a vivir una vida santa. Como un sabio dueño de todo sembradío, llama claramente a los obreros para que recojan la cosecha de las almas. Que algunos lleguen a ser sacerdotes santos, formados por el Evangelio; que algunos encuentren su camino en comunidades religiosas llenas de amor por Ti. Inspíralos con tu Espíritu Santo para que abandonen su modo de vida y compartan la obra de tu Hijo, que vive por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración #29
Creador del Universo, Dios de las Naciones,
Tu pueblo anhela escuchar tu palabra.
Envía obreros a tu cosecha -
mujeres y hombres que ardan en tu amor:
que encarnen tu presencia en su vida cotidiana,
cuya disponibilidad les permita responder a las necesidades más diversas.
Matrimonios -
cuyas relaciones son signo de tu fidelidad a tu pueblo,
cuyo amor se desborde hacia sus hijos y sus vecinos.
Ministros ordenados -
que recogen las oraciones y los anhelos de tu pueblo
que sirven como un canal de tu presencia
a través de los sacramentos.
Religiosas, religiosos y sacerdotes -
cuya vida en comunidad prefigure
nuestra unidad eterna en Cristo,
cuyo servicio lleve tu vida al mundo.
Que cada uno de nosotros responda con valentía y generosidad
a nuestras vocaciones particulares, y que la Iglesia reconozca
el llamado del Espíritu hacia los hombres y mujeres de buena voluntad,
que confiemos en tu abundancia para responder a todas nuestras necesidades.
Amén.
Oración #30
Dios, fuente de la
creación y del amor,
Tú nos invitas
a servirte a través del don de nuestras vidas.
Que tu gracia
anime a hombres y mujeres hacia las alturas
de la santidad a través del servicio a la Iglesia
en el desempeño de una vocación
sacerdotal, religiosa o en el ministerio laical.
Haz de mí
Un instrumento para animar a otros a dar de sí mismos y
y desafíame a hacer lo mismo.
Amén.
Oración #31
Señor, por el Bautismo, me invitas a compartir
el don de mi vida al servicio de los demás.
Acompáñame en mis elecciones de cada día
para hacerte presente en nuestro mundo.
Dame el valor y la generosidad
para responder a tu amor, a tu llamado.
Rezo especialmente por los que te sirven
en la vida sacerdotal, diaconal y en la vida religiosa.
Mantenlos cerca de ti.
Abre las mentes y los corazones de muchos otros
hombres y mujeres para que sean testigos de tu Evangelio.
Oración #32
Señor Jesús, Hijo del Padre Eterno y de María Inmaculada,
da a nuestros jóvenes la generosidad necesaria
para seguir Tu llamado y el valor necesario
para superar todos los obstáculos que se oponen a su vocación.
Da a los padres la fe, el amor y el espíritu de sacrificio
que les inspire a ofrecer a sus hijos
al servicio de Dios y a alegrarse cada vez que
uno de sus hijos sea llamado al sacerdocio o a la vida religiosa.
Que Tu ejemplo y el de Tu Santísima Madre
y de San José alienten tanto a los jóvenes
y a los padres, y que Tu gracia los sostenga. Amén.
Oración #33
Dios, Padre nuestro,
en el Bautismo nos llamaste por nuestro nombre
haciéndonos miembros de tu pueblo, la Iglesia.
Te alabamos por tu bondad,
Te damos gracias por tus dones.
Te pedimos que nos fortalezcas
para vivir en el amor y el servicio a los demás
a ejemplo de tu Hijo, Jesús.
Padre, mira a tu Iglesia con amor
y bendice a Tu pueblo
con esposos y esposas amorosos,
con padres comprensivos,
con hijos confiados
con sacerdotes, religiosas,
diáconos y religiosos.
Ayúdanos a ver nuestras vocaciones
como un camino hacia Ti.
Tú nos has llamado
no para separarnos,
sino para unirnos
con otros que necesitan nuestro amor.
Haznos signos fieles de tu
presencia en medio de ellos.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración #34
Oh Dios, Padre nuestro, que nos has llamado
en el Bautismo a seguir a tu Hijo
mediante una vida de servicio amoroso a ti
y a los demás.
Concédenos tu ayuda para vivir
nuestra vocación en la vida.
Rezamos especialmente por quienes
han respondido a tu llamado al sacerdocio,
a la vida religiosa, al diaconado y al ministerio laical.
Consérvalos fieles en el seguimiento
de tu Hijo y entregados al servicio
a sus hermanos y hermanas.
Haz que muchos más hombres y
mujeres se abran al
desafío de dedicar sus vidas
al ministerio de construir tu Reino.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración #35
Dios, nuestro Creador,
Tú me has dado el don de la vida.
Por el Bautismo, me invitas a compartir este don
al servicio de los demás.
Pregunto al Señor, «“¿Quién será ese sacerdote, diácono,
religioso, misionero o ministro laico que se entregue a ti?¿Seré yo?»
Dame el valor y la generosidad para responder
a Tu amor, a Tu llamado.
Y a quienes has llamado al matrimonio dales las gracias que requieren para su vida.
Te pido, especialmente, por aquellos que te sirven en la
vida religiosa. Consérvalos siempre cerca de ti.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración #36
Padre celestial,
Tú amaste tanto al mundo
que enviaste a Tu único Hijo, Jesús,
para traer la vida eterna
a los que creen en Él.
Me uno a Su oración
por obreros en Tu cosecha.
Que Tu Espíritu Santo
inspire y fortalezca
hombres y mujeres generosos
para continuar Su misión en el Mundo.
Que este mismo Espíritu
me dé a conocer Tu voluntad
para mi vida.
Donde Tú me guíes, yo te seguiré.
Que se haga en mí
según Tu palabra.
Hago esta oración
por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Oración #37
Dios nuestro, que has llamado en el pasado a hombres y mujeres
que entreguen sus vidas
al sacerdocio y a la vida religiosa,
suscita ahora la gracia de la vocación religiosa
en los corazones de muchos de los que forman parte de nuestra comunidad parroquial.
Concédeles el deseo y la generosidad
que necesitan para poner sus vidas completamente en tus manos
y entrar a la vocación sacerdotal o religiosa.
Ayúdame a fortalecerlos con mi propia fidelidad
a tu llamado a la santidad por medio de la oración y del servicio cristiano.
Y si deseas que alguno de mis familiares o amigos
te siga de este modo,
concédeme la sabiduría y la inspiración necesarias
para apoyar y animar a esa persona
para que pueda escuchar tu voz y seguirte sin demora.
Oración #38
Dios amoroso,
Tú nos hablas y nos alimentas
a través de la vida de esta comunidad eclesial.
En el nombre de Jesús, te pedimos
que nos envíes tu Espíritu para que
hombres y mujeres, jóvenes y mayores
respondan a tu llamado al servicio y
liderazgo en la Iglesia. Te pedimos
especialmente, en nuestros días, por los que
escuchen tu invitación al sacerdocio,
o a la vida religiosa.
Que aquellos que están abriendo su
corazón y su mente a tu llamado se vean
alentados y fortalecidos
por nuestro entusiasmo a tu servicio.
Amén.
Oración #39
Señor,
Sé que tú me amas
y tienes planes maravillosos para mí.
Pero a veces me siento abrumado
al pensar en mi futuro.
Enséñame a ir avanzando
día con día.
Dame el valor para buscarte activamente
en el camino que tú deseas
para mi vida.
Infúndeme la sabiduría y el discernimiento
para que pueda reconocer el proyecto que tú tienes para mi vida
y para que pueda responder con disponibilidad a
cualquier cosa que tú desees que yo sea.
¡Muéstrame tu camino Señor!
Oración #40
Dios bondadoso,
Tú eres la presencia mansa,
la luz pacífica,
que llena todo nuestro mundo.
Creemos que cuidas
a todas tus criaturas
con sabiduría y amor.
Cuida de nosotros, tu Iglesia, en este día.
Danos toda la gracia y el valor
para vivir nuestro bautismo
como discípulos fieles
de tu hijo Jesucristo.
Danos buenos pastores que
nos llamen al amor y al perdón
y que nos guíen en el culto divino
en la unidad del Espíritu.
Escoge de entre nosotros otros ministros
cuyos múltiples dones
fortalezcan nuestra comunidad.
Suscita a personas a la vida religiosa que,
con su testimonio excepcional del Evangelio
nos llamen al amor de Dios y del prójimo.
Tú has envuelto la pequeñez de nuestra
humanidad en tu divinidad.
Llénanos a todos de tu Espíritu Santo.
Amén.
Oración #41
Jesús, Sumo Sacerdote y Redentor
eterno, te suplicamos que llames
hombres y mujeres a tu servicio
como sacerdotes y religiosos.
Que ellos tomen el ejemplo de
la vida de gente entregada
en el sacerdocio y en la vida religiosa.
Da a los padres la gracia
de la generosidad y la confianza en ti
y en sus hijos, para que ellos puedan ser ayudados a
a elegir su vocación en la vida
con sabiduría y libertad.
Oh Dios, que nos has llamado a la salvación
y has enviado a tu Hijo para fundar la Iglesia para este fin,
y has provisto a los ministros sagrados:
La cosecha está siempre lista, pero los obreros son pocos.
Inspira a nuestros jóvenes a seguir a Jesús sirviendo a tu Pueblo.
Amén.
Oración #41
Por todos aquellos que viven una vida casta y soltera, que Dios continue dándoles la gracia para vivir sus vidas de servicio y amor al prójimo, mientras viven su llamado bautismal a una vida de santidad sabiendo que están muy cercanos al corazón de Jesús. Oremos al Señor.