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Encountering Your Neighbor: A Catholic Social Teaching Perspective

Office/Committee
Year Published
  • 2021
Language
  • Spanish

Al encuentro con nuestro prójimo: una perspectiva desde la enseñanza social católica

Yohan Garcia, Catholic Social Teaching Education Coordinator

"La existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro". (Papa Francisco, Fratelli Tutti, no. 66)   

Amar a los demás puede ser difícil en un mundo cerrado, y mucho menos el reconocer a Dios en unos y otros. El Papa Francisco afirma que "Estamos más solos que nunca en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia". (Fratelli Tutti, no. 12) Si bien es fácil perder la esperanza en esta "cultura del descarte", el Santo Padre nos alienta a convertirnos en agentes de esperanza para unir, sanar, y transformar nuestro mundo. Mientras que los gobiernos y sociedades empujan a aquellos que son considerados una amenaza o insignificantes a las periferias, Jesús sale al encuentro de aquellos que han sido marginalizados o vistos como "otros".

El amor de Dios por la humanidad se demuestra mejor a través de encuentros personales. Las Escrituras están llenas de historias de encuentros entre Dios y Su pueblo. Para entender mejor el significado de estos encuentros, reflexionemos sobre tres pasajes bíblicos en los que aquellos que se encontraron con Jesús fueron transformados por Sus palabras y acciones. Para ayudarnos en nuestra reflexión, utilizaremos el método de reflexión teológica del Ver-Juzgar-Actuar que fue desarrollado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Esta metodología tiene sus raíces en el pensamiento intelectual de Santo Tomás de Aquino como un método para alcanzar la prudencia y la virtud ética. Esta metodología nos permite discernir "los signos de los tiempos" para reconocer la dignidad y experiencia de cada persona. También nos permite crear un diálogo auténtico que nos mueve hacia la acción social y el establecimiento de un sentido de pertenencia para todas las personas.     

Un tiempo para ver: del encuentro a la redención

Hoy en día, muchas personas tienen problemas para reconocer la dignidad de aquellos a quienes no conocen o son diferentes a ellos. A menudo vemos esto en la falta de acogida hacia los inmigrantes y refugiados. Esto se debe al temor que algunas personas y comunidades tienen de perder sus tradiciones y normas al ser despojadas por nuevos valores y prácticas culturales. A menudo este temor conduce a la opresión, segregación y marginalización. 

Los Hechos de los Apóstoles 9:1-9 describen el encuentro personal entre Jesús y Saulo de Tarso en el camino a Damasco. Saulo se había ganado una reputación como un perseguidor de los cristianos y ferviente defensor de la extinción del cristianismo. Saulo se opuso a las creencias y prácticas de los cristianos y estaba convencido de que era honorable para él salvar al judaísmo y a su amada Jerusalén de este “movimiento” que se expandía rápidamente. Cuando Saulo fue tras los cristianos que vivían en Damasco cuenta que, “de repente me envolvió una gran luz venida del cielo; caí por tierra y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’ Yo le respondí: ‘Señor, ¿quién eres tú?’ Él me contestó: ‘Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues’”. Cuando Saulo se levantó del suelo y abrió los ojos, no pudo ver nada. Saulo vuelve a ver cuándo un discípulo enviado por Dios pone sus manos sobre él.  

El encuentro de Saulo con Jesús en el camino a Damasco es muy profundo. En efecto, es a través de encuentros personales que podemos crear nuevas relaciones. La enseñanza social católica nos invita a vivir la "experiencia del Camino de Damasco" para transformarnos y reconciliarnos con el amor del Padre rompiendo así el muro de enemistad que nos separa y eventualmente llevarnos a la luz. Los sacerdotes, junto con la comunidad de fe, pueden promulgar la enseñanza social católica e invitar a los fieles a vivir una experiencia de conversión y establecer un sentido de comunión. 

Un tiempo para discernir (juzgar): del encuentro a la sanación  

“La Iglesia Católica proclama que la vida humana es sagrada y que la dignidad de la persona es la base de una visión moral para la sociedad. Esta creencia es el fundamento de todos los principios de nuestra enseñanza social… Creemos que toda persona tiene un valor inestimable, que las personas son más importantes que las cosas y que la medida de cada institución se basa a en si amenaza o acrecienta la vida y la dignidad de la persona humana”. (La Vida y Dignidad de la Persona, Los Siete Temas de la Enseñanza Social Católica, USCCB)

El impacto y las disparidades reveladas por la pandemia del Covid-19 seguirán teniendo efectos perjudiciales en nuestra sociedad. El costo inmenso del sufrimiento humano, la pérdida de vidas y la falta de consideración por nuestros trabajadores esenciales es inmoral, injusto y vergonzoso. Además, el asesinato de George Floyd, que perturbo al mundo entero, reveló aún más el quebrantamiento de nuestra sociedad. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿cuánto valoramos la vida y dignidad de los demás?

La Sagrada Escritura nos da una respuesta muy concreta a la pregunta anterior en el Evangelio de San Lucas 7:1-17, el cual relata la historia de Jesús sanando al criado de un centurión. Es una historia bastante profunda de fe y encuentro. Hay tres elementos críticos en esta historia: 

  1. El centurión valoraba mucho al criado que estaba enfermo a punto de morir.
  2. A pesar de que el centurión no conocía a Jesús personalmente y era un Gentil, creía en las palabras y los hechos de Jesús. Lucas nos dice que el centurión envió ancianos de los judíos para suplicarle a Jesús que fuese a curar a su criado.   
  3. La fe del centurión impresiona a Jesús, y conduce a un milagro. 

Lucas describe que cuando Jesús estaba a poca distancia de la casa del centurión, el comandante envió mensajeros para decirle: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano”.      

Al escuchar esto, Jesús se asombra de la fe del centurión y el amor por su criado. Sorpresivamente, Jesús encuentra una fe tan profunda a las afueras de Jerusalén, en un hombre de poder que creía que Su Palabra era suficiente para sanar a su criado. El centurión no solo reconoce la autoridad de Jesús, sino que también reconoce el valor de la persona humana. Este encuentro nos invita a preguntarnos, ¿Cómo nos acercamos a Jesús? ¿Venimos a Jesús con un sentido de dignidad y humildad? ¿Nos acercamos a los demás de la misma manera que nos acercamos a Jesús?

Pidamos al Señor que nos ayude a desarrollar un carácter de compasión que valore toda vida humana, respete los derechos de los trabajadores y nos empodere para servir a los heridos, pobres, y marginalizados. Recordemos también que “la economía debe servir al pueblo y no al revés. El trabajo es más que una forma de ganarse la vida, es una forma de participar continuamente en la creación de Dios”. (La Dignidad del Trabajo y los Derechos de los Trabajadores, Los Siete Temas de la Enseñanza Social Católica, USCCB)

Un tiempo para actuar: del encuentro a la salvación
 

El Papa Francisco expresó su más profundo compromiso con los marginados en la Misa de inauguración de la estatua dedicada a los "Ángeles Inconscientes". Hebreos 13,2 nos recuerda “conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles”. Por esta razón, el Santo Padre declaró que "como cristianos no podemos permanecer indiferentes ante el drama de las viejas y nuevas pobrezas, de las soledades más oscuras, del desprecio y de la discriminación de quienes no pertenecen a 'nuestro grupo'". (Santa Misa con Ocasión de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, Homilía del Santo Padre Francisco, 29 de septiembre de 2019, https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2019/documents/papa-francesco_20190929_omelia-migranti.html)

Muchos migrantes y refugiados viven de manera invisible sin ningún sentido de pertenencia y seguridad. Sin embargo, cuando las personas cruzan fronteras sin la documentación adecuada, la mayoría lo hace por la necesidad de encontrar trabajo para alimentar a sus familias y poder vivir una vida más digna. El principio de solidaridad de la enseñanza social católica establece que somos una familia humana independientemente de nuestras diferencias nacionales, raciales, étnicas, económicas e ideológicas. Por lo tanto, debemos prestar atención a las necesidades de los pobres y combatir el racismo, la opresión y las leyes injustas. La opción preferencial por los pobres y vulnerables también nos anima a basar nuestras decisiones sociales en las necesidades de los más pobres y vulnerables. Estamos llamados a amar a nuestros prójimos como a nosotros mismos. 

El Evangelio de San Juan 4:4-42 redacta la historia del encuentro entre Jesús y la mujer samaritana en el pozo. A pesar de que hay muchos elementos significativos en este encuentro, nos enfocaremos en tres. La primera es la samaritana quien representa a una mujer en una sociedad donde a las mujeres se les consideraba poco y era de un grupo religioso despreciado por los judíos. El segundo elemento clave de esta historia es cómo Jesús cambia las cosas para esta mujer y su pueblo. ¿De qué manera se acerca Jesús a la samaritana? Jesús le dice: "Dame de beber". Sorprendida y un poco confundida, la mujer samaritana le contestó: "‘¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?’ (Porque los judíos no tratan a los samaritanos). Jesús le dijo: ‘Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva". ¿Cuál es el comportamiento de Jesús con ella? En lugar de juzgarla, le proporciona un sentido de pertenencia y seguridad. Jesús la ve y reconoce su dignidad. “La mujer le dijo: ‘Ya sé que va a venir el Mesías (es decir, Cristo). Cuando venga, él nos dará razón de todo’. Jesús le dijo: ‘Soy yo, el que habla contigo’". El tercer elemento clave de esta historia es cómo estas palabras fueron suficientes para que ella creyera y la moviera a correr y proclamar la Buena Nueva. Es increíble cómo recibe la salvación eterna a través de este encuentro y cómo su testimonio lleva a otros a creer y encontrar a Jesús por sí mismos.              

Jesús nos acepta a todos por igual y nos invita a ver a nuestros prójimos como un regalo de Dios. Al profundizar en las Sagradas Escrituras y la enseñanza social católica, ojalá que nuestras acciones reconozcan siempre la dignidad y experiencia de quienes viven en las periferias. Existimos los unos para los otros y nos convertimos más plenamente en las personas que fuimos creados al entrar en una relación más profunda con Dios y nuestros prójimos.

Preguntas adicionales para reflexionar: 

¿Limito mi relación con los demás? ¿Reconozco la dignidad dada por Dios de la persona que tengo delante de mí? ¿De qué Dios hablo en mi ministerio: de un Dios distante, frío y amenazante o un Dios que es nuestro Padre tierno y misericordioso? ¿Voy al encuentro de aquellos que viven en las periferias?     

Para poder acceder a más recursos sobre la Enseñanza Social Católica, favor de visitar: https://www.usccb.org/resources/la-ensenanza-social-catolica 

Las citas de la Sagrada Escritura han sido tomadas de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizadas con permiso. Todos los derechos reservados.

Las citas de la Carta Encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, Copyright © 2020 han sido tomadas del Dicastero per la Comunicazione - Libreria Editrice Vaticana 

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