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Vínculo de la pornografía con otros pecados
El uso de pornografía está conectado o puede conducir a otros pecados
además de los ya mencionados, especialmente la masturbación. La mastur-
bación, que es la estimulación erótica deliberada a menudo hasta el punto
del orgasmo, comúnmente ocurre junto con el uso de pornografía. Aunque
la cultura popular la ve en gran medida como aceptable, la masturbación
es siempre gravemente contraria a la castidad y la dignidad del propio
cuerpo.
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Al igual que otros pecados contra la castidad, busca el placer
sexual fuera de la donación mutua y la intimidad fructífera de los cónyuges
en el matrimonio, y en este caso incluso fuera de cualquier relación en
absoluto. Además, practicar la masturbación tiene poderosos efectos neu-
rológicos que pueden hacerla un comportamiento altamente adictivo.
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Sin
embargo, la verdadera libertad frente a este hábito destructivo es posible
con la gracia de Cristo.
Como se verá más adelante, el uso de pornografía también tiene con-
exiones directas con pecados como el adulterio, la violencia doméstica, el
abuso de niños en la pornografía infantil y el tráfico sexual. También puede
estar implicado en el uso de anticonceptivos y el aborto, ya que promueve
e incluso celebra la promiscuidad y una visión de la sexualidad carente de
amor o apertura a una nueva vida.
En suma, la pornografía presenta y promueve una visión distorsionada
de la sexualidad humana, en que la persona que aparece en ella, hombre o
mujer, es tratada como un mero medio de placer. La pornografía participa
y fomenta lo que el papa Francisco ha condenado como una “cultura del
descarte”, en que cosas y personas se usan y se tiran.
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Rechaza la igual
dignidad y complementariedad entre el hombre y la mujer y ataca el
corazón del plan de Dios para la comunión entre las personas al sustituir
con una imagen de los propios deseos lujuriosos del espectador —lo cual
es en última instancia ilusorio— la realidad de una verdadera relación con
otro ser humano. Las relaciones amorosas castas, con todas sus dificultades
y luchas, son el único camino a la verdadera intimidad y comunidad, así
como a la felicidad a largo plazo.