Necedad incoherente sobre la anticoncepción

Susan E. Wills, Esq.

26 de octubre de 2012

Aquí se presenta una adivinanza para los lectores. Hay unos fármacos tan seguros, eficaces, y esenciales para el bienestar de la mujer que se recomienda que todas las mujeres sanas entre 15 a 45 años de edad (más o menos), los usen continuamente durante 30 años o más, y que casi todos los planes de salud para los empleados pronto deberán proporcionar "gratuitamente" conforme al mandato de "Servicios preventivos" de ley del Cuidado de Salud a Costo Asequible.

Pero el Grupo de Trabajo de U.S. Preventive Services (Grupo de Trabajo) dos veces ha determinado que estos mismos fármacos son demasiado peligrosos para que los médicos los prescriban a largo plazo a mujeres sanas mayores de 45 años aproximadamente. En mujeres de mediana edad y mayores, estos fármacos deben usarse únicamente el menor tiempo posible, en la dosis más baja posible.

¿Cuáles son estos fármacos parecidos a Jekyll y Hyde ?

Bueno, era una pregunta con trampa. Las hormonas sintéticas estrógeno y progestina, utilizadas como anticonceptivos orales combinados (AOC) en especial por mujeres fértiles, y como terapia de reemplazo hormonal (TRH) por parte de mujeres menopáusicas o posmenopáusicas, solamente se promocionan como benignas. En realidad, se usen como anticonceptivos orales combinados o como terapia de reemplazo hormonal, se asemejan más al siniestro señor Hyde.

Después de repasar las últimas investigaciones sobre los riesgos y beneficios de las píldoras que contienen estrógeno y progestina, el Grupo de Trabajo ofreció una recomendación aleccionadora: "No deberá prescribirse estrógenos y progestina combinados para la prevención de afecciones crónicas" (énfasis en el Resumen Clínico original).

Aún así, en el año 2011, en su mandato sobre los anticonceptivos, el Institute of Medicine trataba la fertilidad como una "afección crónica" que debía tratarse con hormonas sintéticas (para evitar el embarazo) ¡para mayores de treinta años! Ahora el Grupo de Trabajo concluye que cuando se toman como TRH, las hormonas aumentan de manera significativa el riesgo de efectos adversos graves en mujeres sanas, en comparación con controles emparejados que recibieron placebos.

El aumento del riesgo para mujeres que usan la TRH (en comparación a controles emparejados) es 26 por ciento para cáncer de mama invasivo, 41 por ciento para derrame cerebral, 61 por ciento para patología de la vesícula biliar, 205 por ciento para posible demencia, 207 por ciento para trombosis venosa profunda (TVP) y 213 por ciento para embolia pulmonar (EP).

¿Hay algún motivo médico para estas recomendaciones y advertencias incoherentes? ¿Son las mujeres más jóvenes inmunes a los efectos adversos simplemente a causa de su edad? No. La investigación ha demostrado que en cualquier edad, ya sea como anticonceptivos orales combinados o TRH, la progestina se asocia con un mayor riesgo de TVP, EP, ataques cardíacos, derrames cerebrales y problemas del hígado y los ojos. La principal diferencia es que es más fácil medir el inicio y la progresión de estas enfermedades y afecciones en mujeres de mayor edad porque tienen mayor incidencia con la edad.

¿Podría ser que los riesgos sumamente mayores sean causados por las dosis más altas de hormonas de la TRH que en los AOC? No. Por lo general los AOC continen mucha más progestina que las píldoras de TRH. Por ejemplo, Loestrin contiene tres veces más de acetato de noretindrona que Femhrt y Activela (píldoras de TRH). Yasmin (otro AOC) contiene seis veces más de drospirenona que Angeliq (píldora de TRH), y Ortho Tricyclen contiene 2,8 veces más de norgestimato que Prefest (píldora de TRH).

Estradiol, el estrógeno que se usa en la mayoría de los AOC y en la TRH, se asocia con un mayor riesgo de cáncer de seno, cáncer de endometrio y patología de la vesícula biliar. A pesar de que la cantidad de estradiol en las píldoras de TRH sea mayor que la cantidad contenida en los AOC, las mujeres "raramente tienen efectos secundarios severos por tomar estrógenos para reemplazar estrógenos", según el sitio digital de la Clínica Mayo, a diferencia de las niñas y mujeres premenopáusicas que reciben estrógenos sintéticos por encima de los estrógenos que producen de manera natural.

¿Es demasiado pedir que el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, sigla en inglés) sea coherente con respecto a los dos usos del estrógeno/progestina? ¿No pueden poner la salud de las mujeres jóvenes por encima de los intereses de los fabricantes de drogas, Planned Parenthood y todos aquellos obstinados en separar el sexo de sus consecuencias naturales? Las mujeres merecen respuestas francas a estas preguntas. HHS debería alertarlas sobre los riesgos del estrógeno y la progestina combinados en los anticonceptivos como en la TRH –no a forzar a casi todas las mujeres de este país a pagar por ellos en sus pólizas de seguro de la salud.


Susan Wills es directora adjunta para educación y difusión del Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información acerca de las actividades pro vida de los obispos, vea www.usccb.org/prolife.