Cuarta Meta: Conectar A Los Jóvenes Adultos Con Una Comunidad Afín

Hijos e Hijas de la Luz: Plan Pastoral para el Ministerio con Jóvenes Adultos
12 noviembre, 1996, United States Conference of Catholic Bishops.



Ayudar a los jóvenes adultos a desarrollar relaciones con otros jóvenes con quienes comparten valores y creencias similares, las cuales nutren y fortalecen su fe creando, de esa forma, unas comunidades de apoyo.

En mi caso, yo puedo lidiar mejor con las cosas amargas de la vida cuando sé que hay personas a quienes puedo recurrir cuando necesito apoyo o cuando simplemente quiero conversar.
Cynthia Staudt, Salem, Ohio

Objetivos

  1. Formación de comunidades de fe con otros jóvenes: Brindar oportunidades a los jóvenes adultos para que encuentren entre otros grupos de jóvenes, el apoyo y ánimo necesarios para su caminar en la vida y para que cumplan su misión en el mundo.

  2. Desarrollo de liderazgo entre los mismos compañeros: Ayudar a los jóvenes a convertirse en líderes, no sólo entre sus compañeros, sino dentro de la comunidad en pleno.

  3. Identificación de un equipo de jóvenes adultos: Instar a cada parroquia, movimiento, organización y ciudad universitaria que identifique un equipo para abogar por las necesidades de los jóvenes adultos y responder a ellas.

Estrategias para Lograr la Cuarta Meta

1.  Formar Comunidades De Fe Afínes

Los jóvenes adultos expresan la necesidad de ser apoyados junto con otros y en sus relaciones con jóvenes de su misma edad o que se encuentran en similar situación. Urgimos a los pastores y a otros líderes eclesiales para que promuevan oportunidades propicias para las reuniones de los jóvenes. Aunque sería muy beneficioso tener a alguien de la parroquia o a algún miembro del personal de la pastoral universitaria como punto de contacto, los jóvenes adultos deben ser los organizadores y los líderes en estas gestiones. Sabemos, por experiencia, que ellos son ministros eficaces, especialmente entre grupos afines.

Actividades para los jóvenes adultos solteros
Hoy en día, un gran número de hombres y mujeres permanecerán solteros durante sus años mozos, esto es, desde los dieciséis hasta los treinta y tantos años. Es importante que la Iglesia cuente con un ministerio competente dirigido a los solteros católicos. Muchos solteros manifiestan que se sienten dejados de lado en la vida de la parroquia cuando enfoca sólo a las familias. Los jóvenes adultos solteros pueden convertirse en un gran recurso de tiempo y talento para la comunidad de fe local. estrategias que se sugieren para la pastoral con hombres y mujeres solteros:

  • Inviten a hombres y mujeres solteros para que participen en la pastoral juvenil, pastoral litúrgica, de justicia social y catequesis en la parroquia.

  • Permitan que los jóvenes adultos planifiquen actividades sociales y espirituales dirigida a jóvenes en su misma situación. Algunos jóvenes querrán formar una comunidad cristiana pequeña con el fin de orar, estudiar la Escritura y hacer servicio comunitario.

  • Planifiquen un retiro o grupo de diálogo sobre temas de interés para gente soltera, como citas con otros, sexualidad, soledad, carreras profesionales y voluntariado. El contenido se deberá examinar bajo la luz de la fe y proporcionar un tiempo adecuado para dialogar y compartir historias personales.

  • Discutan con las organizaciones y ministerios de la parroquia la forma de dar acogida y de involucrar a los hombres y mujeres solteros en sus actividades.
Programas para ayudar a los recién casados
Una vez que termina la boda, y la luna de miel se convierte en un recuerdo maravilloso, empieza la verdadera labor del matrimonio. La comunidad de fe debe continuar ofreciendo la hospitalidad y la acogida que les dio durante el período de preparación matrimonial, para que la pareja continúe formando parte de la comunidad eclesial. En realidad, podemos describir la preparación matrimonial cristiana como "una jornada de fe que no se termina con la celebración del  casamiento, sino que continúa a lo largo de la vida.41 Una pastoral de seguimiento desarrolla lo que las nuevas parejas casadas empezaron durante su preparación matrimonial.42 Estas son algunas sugerencias para el seguimiento:
  • Envíen tarjetas congratulatorias para el aniversario, organizen un grupo de apoyo para las parejas recién casadas de la parroquia o lleven a cabo una comida de aniversario para las parejas que se casaron el año anterior. Esto muestra continuo interés por las parejas y las ayuda a mantenerse conectadas durante sus primeros años de matrimonio, cuando el índice de divorcio es muy elevado.

  • Estudien la posibilidad de extender el proceso de mentores para novios durante el primer año de matrimonio, especialmente si la pareja permanece en el área.

  • Inviten a parejas casadas a participar en un ministerio de la parroquia.

  • Sean consciente de los límites de tiempo. No excluyan automáticamente a las parejas jóvenes a quienes, con frecuencia, les agrada involucrarse en la pastoral de la parroquia.

  • Patrocinen grupos de diálogo o educación que traten asuntos relacionados a sostener el matrimonio. Algunos de los temas pueden ser: cambios en las relaciones de las familias de origen, administración del hogar, las finanzas, la comunicación, los desacuerdos y la teología del matrimonio.

  • Inviten a las parejas que celebran su aniversario para que renueven sus votos matrimoniales durante una liturgia especial un domingo al año.

  • Informen a la que va a ser su nueva parroquia cuando una pareja se mude.

  • Proporcionen información sobre consejeros matrimoniales a aquellas parejas que están teniendo dificultades en su matrimonio.

  • Proporcionen ocasiones sociales, espirituales y educacionales en las cuales parejas casadas jóvenes puedan juntarse. Esto puede incluir el inicio de una pequeña comunidad cristiana.
Incentivo para familias con hijos pequeños
Los jóvenes adultos que están empezando una familia entran a un mundo que no les es nada familiar. El encontrar apoyo y afirmación por parte de la familia, amigos y la comunidad eclesial, los puede ayudar a adaptarse a nuevas experiencias, las cuales producen mucha alegría, pero también producen tensión. De esta manera, la Iglesia apoya a los padres como los primeros evangelizadores y educadores de sus hijos. Estas son sugerencias para el ministerio a familias con hijos pequeños:

  • Establezcan un grupo de apoyo para padres y madres de niños pequeños. Identifiquen  horas y lugares y más convenientes y de fácil acceso. Ofrézcanles un servicio de cuidado infantil durante las actividades y programas.

  • Inviten a padres de familia que tengan expe-riencia como   tales, a que se conviertan en mentores de parejas que van a tener su primer hijo. Esto puede ser de mucha ayuda para aquellos que no tienen familiares en el área.

  • Diseñen un retiro para los nuevos padres de familia que enfoque el don de la vida.

  • Identifiquen momentos litúrgicos, a lo largo del año, para celebrar a los padres de familia y a las familias, como por ejemplo, el Bautismo del Señor (enero), la Sagrada Familia (diciembre).

  • Preparen un libro especial de oraciones que contenga actividades para la familia y oraciones para las comidas y para la noche.

2.  Desarrollar Liderazgo Entre Jóvenes

Si la Iglesia va a continuar renovando y reformando a sus miembros, la capacitación de la juventud es esencial. Los jóvenes, tanto hombres como mujeres, ya prestan un servicio invaluable a la Iglesia. Las parroquias y los centros universitarios deben ofrecerles programas de liderazgo, especialmente dirigido a los miembros integrantes de la comisión de jóvenes adultos y del personal de la parroquia.

Los jóvenes adultos reconocen que la capaci-tación es sumamente importante para su desempeño. Ellos han sido adiestrados para sus trabajos, profesiones u oficios. Continuamente participan en talleres y seminarios para incrementar sus conocimientos y sus habilidades. Ellos esperan que esos eventos sean dirigidos con idoneidad, y también ser tratados con respeto y dignidad. La educación continua es necesaria para el creci-miento de la Iglesia. Los jóvenes adultos que ofrecen su tiempo como voluntarios en la pastoral de la parroquia, necesitarán aprender más acerca de la Iglesia y de cómo desarrollar los conocimientos necesarios para su ministerio. Para desarrollar un liderazgo entre la juventud, es necesario desarrollar las siguientes estrategias:
  • Ofrezcan formación en liderazgo a los jóvenes adultos involucrados en la pastoral con la juventud adulta. Estos programas pueden ofrecerse durante los fines de semana y/o en las noches. Estos pueden ser auspiciados por la diócesis o el centro universitario o realizados conjuntamente con un programa de formación pastoral para laicos.

  • Utilizen los principios de la educación de adultos en el desarrollo de liderazgo entre jóvenes adultos.

  • Seleccionen tópicos para los programas de capacitación, por ejemplo: cómo empezar una pastoral, cómo formar equipos básicos, cómo planificar actividades y cómo trabajar con vo-luntarios. Asimismo, es necesario que los líde-res juveniles se familiaricen con las enseñanzas y tradiciones de la Iglesia.

  • Desarrollen un programa de información para el personal del ministerio, un equipo de líderes y un consejo pastoral sobre el ministerio con la juventud adulta. Los tópicos pueden incluir la fe y el desarrollo de vida de los jóvenes adultos y los principios para la pastoral con  jóvenes adultos.
¿Qué esperan la Iglesia y el papa de la gente joven? Que confieses a Jesucristo. Y que aprendas a prclamar todo lo que contiene el mensaje de Cristo para una verdadera liberación y el progreso auténtico de la humanidad. Esto es lo que Cristo espera de ti. Esto es lo que la Iglesia busca en ti.
Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud, en Luneta Park, 14 de enero de 1995

3.  Selección De Un Equipo De Jóvenes Adultos

En este plan, sugerimos que cada parroquia, organización y ciudad universitaria, en lo posible, seleccione un equipo de jóvenes adultos y/o persona contacto. Este equipo es el vínculo entre la Iglesia y la comunidad local de jóvenes adultos. El equipo aboga por las necesidades de estos jóvenes y trabaja con algún miembro del perso-nal, como punto de referencia. El equipo también puede planificar y poner en ejecución actividades y programas dirigidos a la comunidad de jóvenes adultos. El equipo debe recibir la capacitación adecuada y estar dispuesto a colaborar con los responsables de los varios ministerios en la comunidad. Los líderes de los equipos juveniles quizás deseen nombrar a una persona contacto como enlace con la diócesis y con otras labores de los jóvenes adultos.