Cuarenta años de abortos y el Año de la fe                     

Tom Grenchik

20 de julio de 2012


En el año 2013, nuestro país marcará un aniversario triste, los cuarenta años de una “cultura de la muerte” consecuencia de la trágica decisión Roe versus Wade que desató la ola de abortos que se ha extendido por toda nuestra tierra. Muy por encima de 53 millones de niños han perdido la vida, y sus padres y familiares han sido drásticamente afectados. ¿De qué manera incluso comenzamos a comprender el impacto a nuestra nación y a nuestra Iglesia?

Hace mucho tiempo, Dios permitió a los israelitas ambular por el desierto durante cuarenta años como castigo, y también como prueba de su fidelidad antes de que pudieran entrar a la tierra prometida. Estos últimos cuarenta años ciertamente han probado nuestra fidelidad. Pero también han fortalecido la determinación de muchos cristianos de todo nuestro país, especialmente los jóvenes, que ahora están más decididos que nunca a entrar a la tierra prometida de la “cultura d la vida”. 

Cuando los israelitas se preparaban para entrar a su tierra prometida, tuvieron un desafío final: “Te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia. Ama a al Señor, escucha su voz, uniéndote a él”. (Dt 30,19-20). Incluso después de llegar a la tierra prometida, los israelitas tuvieron que soportar muchas batallas antes de que pudieran ocupar libremente la tierra que les fue prometida. Todo esto aconteció para fortalecer su fe en Dios y afirmar su total confianza en Él.

¿De qué manera fortalecemos nuestra fe hoy, mientras nuestra nación emerge de cuarenta años de estar en el páramo de la cultura de la muerte? De manera providencial, el Papa Benedicto XVI ha declarado un Año de la fe, que comienza el 11 de octubre de 2012, y concluye el 24 de noviembre de 2013. Al presentar el Año de la fe, el Santo Padre habló de las graves dificultades de nuestro tiempo, y la necesidad de la Iglesia de sacar a las personas del desierto y de acoger a los pecadores en su seno. Sugirió un camino de penitencia y renovación, y llamó a una conversión auténtica y un testimonio de caridad para que la Iglesia sea la comunidad visible de la misericordia de Dios.

El cuarenta aniversario de Roe v. Wade cae directamente dentro del Año de la fe. Es como si el Santo Padre hubiera dado a la Iglesia de los Estados Unidos un tiempo para enfocar y reconocer el enorme pecado del aborto en nuestra nación, para abrazar un tiempo de penitencia y conversión, y para convertirse en un testigo amoroso del perdón y la misericordia de Dios. ¿Cómo deberíamos responder a esta gran oportunidad?

El Año de la fe llama a cada uno de nosotros a estudiar las enseñanzas de nuestra fe y a fortalecer una relación personal con nuestro Señor. Mientras que el Año de la fe enfatiza al Catecismo de la Iglesia Católica como base de nuestra reflexión, también llama nuestra atención a las bellas enseñanzas de la encíclica pro vida Evangelium vitae, el Evangelio de la Vida. Por tanto para el pueblo de los Estados Unidos, el Año de la fe, puede ser un tiempo para reflexionar y prepararse para responder a los 40 años de la cultura de la muerte con la respuesta inspiradora del Evangelio de la vida.

Que podamos aprovechar este año venidero, como personas, parroquias y organizaciones, para rezar, reflexionar y prepararnos a entrar a la tierra prometida mediante la edificación de una cultura de vida.



Tom Grenchik es director ejecutivo del Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información sobre el trabajo de los obispos para proteger los derechos de conciencia, visite www.usccb.org/conscience.