"Movidos por la Misericordia"
Mes Respetemos la Vida

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Timothy cardenal Dolan, Presidente

Comité paralas Actividades Pro-Vida

 

octubre de 2016

Queridos amigos en Cristo:

El verano pasado viajé a Polonia para la Jornada Mundial de la Juventud donde millones de jóvenes católicos se congregaron. En una charla que ofrecí allí traté un tema seleccionado por el Papa Francisco: "Ahora es el tiempo de la misericordia". Es apropiado para este tiempo, ¿verdad? Sin embargo, al igual que una historia que compartí sobre san Juan Pablo II, también es para todos los tiempos. Durante años, Polonia fue un país oprimido y carente de libertad religiosa. Los derechos humanos eran pisoteados y el carácter sagrado de la vida humana violado. Pero en 1979 el Papa Juan Pablo II visitó el país llevando un mensaje que cambió el mundo.

Habló sobre Dios, sobre la fe, sobre la dignidad humana, la verdad y la santidad de la vida humana. Habló acerca de Jesús y de la Iglesia. Y ¿qué creen que sucedió? Más de un millón de personas respondieron, cantando una y otra vez: "¡Queremos a Dios! ¡Queremos a Dios!". Mijaíl Gorbachov dijo que esa visita de nueve días del Papa Juan Pablo II provocó la caída del comunismo.

Después de terminar mi charla la historia se repitió. Jóvenes de todo el mundo gritaban a coro: "¡Queremos a Dios! ¡Queremos a Dios!". El Señor movía aquellos corazones con su misericordia.

Dios ofrece su don de misericordia a todos y cada uno de nosotros, sin importar nuestra condición. Pero tenemos que decidir si aceptamos este don –si nos apartamos del pecado y nos volvemos hacia Él. Tenemos que decidir si queremos a Dios.

El tema del Programa Respetemos la Vida 2016 es Movidos por la Misericordia (usccb.org/respectlife). Cuando dejamos que nuestro corazón sea movido por la misericordia de Dios todo asume otra forma. Como dijo el Papa Francisco: "Estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia" (Misericordiae vultus).

Dios hizo a cada uno de nosotros a su imagen y semejanza. Él desea estar unido con nosotros para siempre en una relación amorosa. Dios nos ama, nos trata con respeto y nos pide hacer lo mismo con nuestros semejantes. Cada persona es sagrada y debe ser tratada con la dignidad que se merece. Nadie debe ser tratado con crueldad o negligencia ¡cada persona debería ser valorada y protegida!

Desde cada bebé que espera nacer hasta quienes se hallan al borde de la muerte, todos son valiosos y merecen nuestro cuidado y protección. Las mujeres y los hombres que sufren después de un aborto, las personas tentadas con el suicidio; parejas que anhelan concebir un hijo; la gente que es empujada al margen de la sociedad por la "cultura del descarte", las mujeres gestantes que se enfrentan a embarazos difíciles y cualquier otra persona, cada una "está en el corazón de Dios desde siempre" (Amoris laetitia, 168).

Roguemos a Dios que nos haga canales de su amor misericordioso: Señor, ayúdanos a recibir tu misericordia y acudir a Ti en cada momento. Guíanos a extender tu misericordia a los demás hoy. Ahora es el tiempo de la misericordia.

Atentamente en Cristo,

Timothy cardenal Dolan
Presidente
Comité para las Actividades Pro-Vida
Octubre de 2016