Que en paz descanse, Doctor Muerte

Deirdre A. McQuade

13 de junio de 2011

Dr. Jack Kevorkian falleció el 3 de junio a los 83 años de edad por problemas relacionados con los riñones. Que Dios tenga misericordia de él. Era el defensor más infame del suicidio asistido por médicos, y le dieron el sobrenombre de "Doctor Muerte" en la década de los 90 por proporcionar drogas letales a 130 pacientes para que pudieran suicidarse. Cumplió ocho años de su condena en prisión de 10 a 25 años por asesinato en segundo grado. El Dr. Kevorkian contravino a la ley en reiteradas oportunidades, y violó los primeros principios que animan el noble ejercicio de la medicina, y rompió la confianza sobre la que se fundamenta la relación doctor-paciente.

Durante miles de años, los doctores han hecho el Juramento Hipocrático prometiendo cumplir ciertos principios éticos, el más básico de los cuales es no causar daño.Luego el juramento dice:"No daré una medicina mortal a nadie que la pida, ni haré sugerencias a este respecto".La Asociación Médica de Estados Unidos establece que "el suicidio asistido por un médico" es fundamentalmente incompatible con la función sanadora del médico".El Dr. Kevorkian y otros como él han violado esa función.Abusan de su profesión al prescribir la muerte, en lugar de tratar la enfermedad o (cuando la curación no es posible) dar un cuidado paliativo que afirme la vida para aliviar el dolor.

Los doctores que asisten suicidios también violan la confianza sobre la que se fundamenta la relación doctor-paciente. Un doctor en Oregon donde el suicidio asistido es legal, el Dr. Charles J. Bentz, instó a Hawaii a no seguir la iniciativa de Oregon en un poderoso artículo en el Hawaii Reporter en 2009. Un paciente suyo se deprimió durante el tratamiento y expresó su deseo de un suicidio asistido a un especialista en cáncer.Cuando se lo consultó para obtener una segunda opinión necesaria por ley para la sobredosis letal de barbitúricos, el Dr. Bentz se negó, diciendo que sería mejor para su paciente si le dieran tratamiento para sus problemas de salud mental subyacentes.Escribe: "Lamentablemente, se ignoraron mis preocupaciones, y aproximadamente dos semanas más tarde mi paciente murió por una sobredosis que este doctor prescribió.Su certificado de defunción, completado por este doctor, citaba el melanoma como la causa de muerte". Luego pregunta:"Si se legaliza el suicidio asistido en Hawaii, ¿podrá usted confiar en sus médicos, aseguradoras y HMO para que le den a usted y su familiares la mejor atención?Remití mi paciente a un especialista, a un doctor en el que confiaba, y el resultado fue fatal".

Los crímenes del Dr. Kevorkian desataron una controversia en todo el país.Muchos se sintieron horrorizados y escandalizados por sus acciones, pero otros comenzaron a creer en la falsa misericordia que ofrecía.Hoy día, el suicidio asistido por un médico es legal en Oregon y Washington; y el tribunal superior en el Estado de Montana abrió la puerta a una confusión legal sobre el tema diciendo que el suicidio asistido tal vez a veces no esté contra la política pública.Guiado por el grupo de defensa "Compassion and Choices" [Compasión y Opciones] (antes conocido por el título mucho más nefasto de "Hemlock Society" [Sociedad de la Cicuta]), el movimiento por el suicidio asistido ahora está luchando para legitimar esta ofensa contra los pacientes vulnerables en otros Estados.

Al momento de impresión de esta columna, los obispos católicos de EE. UU. están listos para votar sobre una declaración de política contra el suicidio asistido por un médico en su reunión en Seattle, donde la práctica es legal desde 2008. Con el título "To Live Each Day with Dignity" (Vivir cada día con dignidad), se espera que la declaración reafirme la dignidad fundamental de todas las personas; pida atención compasiva de los enfermos, ancianos y discapacitados; y presente argumentos morales y normativos contra la consideración del suicidio asistido como una "elección compasiva" para pacientes con enfermedades graves.Si se aprueba el documento, estará disponible en www.usccb.org/toliveeachday junto con recursos adicionales tales como fichas técnicas, artículos educativos y plegarias.

A pesar de su defensa del suicidio asistido, el Dr. Kevorkian murió por causas naturales.Recemos por todos los pacientes que tengan la tentación de suicidarse, y por el valor compasivo de estar a su lado, no abandonarlos, cuando más necesitan nuestro apoyo.


Deirdre A. McQuade es subdirectora de política y comunicaciones en el Secretariado de Actividades Pro-Vida, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.Para más información sobre la declaración de los obispos sobre el suicidio asistido, vea www.usccb.org/toliveeachday.