Mary Prentis

 

24 de abril de 2015

Al crecer en el estado de Florida, siempre escuchaba comentarios de amigos y familiares que vivían al norte y hablaban sobre lo hermosas que eran las transiciones del cambio de estación. Sin embargo, me alegraba vivir en mi paraíso subtropical y no me molestaba perderme este fenómeno supuestamente importante. Pero al haber vivido (y sobrevivido) hace poco mi primer invierno en el norte, he aprendido muchas lecciones valiosas sobre la transición del sombrío invierno a la cálida primavera.

Al igual que cuando llega el invierno, nuestros pensamientos algunas veces se vuelven sombríos cuando intentamos fomentar una cultura que abraza y respeta la vida humana. Pero la primavera trae una promesa de esperanza y vida nuevas. Es una estación de renovación que nos da la oportunidad de hacer a un lado los pensamientos negativos para reflexionar sobre nuestra vida y si estamos plantando buenas semillas con nuestros gestos sencillos de generosidad y misericordia. Resulta útil pensar en esto mientras realizamos nuestro camino en el tiempo de Pascua, luego de haber renovado nuestras promesas bautismales y así nuestro compromiso de seguir a Jesús. Como seguidores de Cristo, se nos llama a fortalecer su Reino aquí en la tierra, un Reino en el que cada persona es valiosa y donde se respeta y se protege cada vida humana. Y aunque tenemos fe en la victoria final de Cristo sobre el pecado y la muerte, nuestra tarea no es fácil.

Podemos sentirnos desanimados con el avance de la “cultura de la muerte”, en especial cuando los medios representan de manera imprecisa nuestros motivos, intenciones y esfuerzos. Quizás sentimos que debemos estar constantemente a la defensiva. Pero ¿por qué no intentamos un enfoque nuevo? En vez de ser reactivos, seamos activos. Cuando nos encontremos con los demás, compartamos un mensaje positivo de amor y alegría. Después de todo, como nos recuerda frecuentemente el Papa Francisco, ser pro vida es ser pro amor. Como dijo en su mensaje navideño el pasado diciembre, el aborto destruye a los niños que “padecen antes de ver la luz, privados del amor generoso de sus padres y sepultados en el egoísmo de una cultura que no ama la vida”.

Esta primavera, cuando hagamos una limpieza en nuestro hogar, pongamos nuestras cargas en manos del Señor y pidamos que limpie y renueve nuestro corazón. En el sacramento de la Reconciliación, recibimos las gracias necesarias para crecer en la santidad y fortalecer nuestra determinación de crecer en nuestro amor por Dios y hacer su voluntad. La Sagrada Escritura lo dice mejor: “Y poderoso es Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de que, teniendo siempre todo lo necesario, puedan participar generosamente en toda obra buena.” (2 Cor. 9,8).

Ahora que el frío pasó, estoy más tiempo al aire libre valorando la belleza que esta época nos da. Siento la alegría de la renovación, interior y exterior. Debemos aplicar esta alegría a nuestros esfuerzos por fortalecer el Reino de Dios, y el reino de la vida. Aunque parezca que estamos luchando contra molinos de viento, nuestro bando triunfará al final y podremos celebrar el hecho de que nuestros esfuerzos no han sido en vano.

Mientras tanto, debemos encomendar en oración al prójimo, a los dirigentes de nuestra Iglesia y a todos los que trabajan para proteger la vida humana. Este tiempo nos ofrece la oportunidad perfecta para plantear un nuevo curso de acción y comprometernos (o volvernos a comprometernos) a respetar la vida en todos sus etapas y condiciones. Si últimamente no ha visitado el sitio digital del Secretariado de Actividades Pro Vida de los obispos de EE. UU., descubrirá que hay muchos materiales, como artículos educativos, videos, y oraciones que esperamos que le resulten útiles para entrar en acción esta primavera y apoyar la vida.


Mary Prentis es asistente de personal para el Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Para más información sobre las actividades pro vida de los obispos, visite www.usccb.org/prolife.

Únase a los obispos en su llamado a la oración y al ayuno por la Vida, el Matrimonio y la Libertad Religiosa. Visite www.usccb.org/reza para unirse al movimiento.

Leccionario I © 1976 Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Se usa con permiso.