Recen para que el testimonio cristiano ante los ataques a nuestras iglesias convierta los corazones a la fe en Jesucristo.

Reflexionen

A partir de mayo de 2020, una manifiesta ola de vandalismo e incendios provocados afectó a iglesias y estatuas católicas. Los vándalos entraron en las iglesias y profanaron los santuarios. Apenas unos días antes de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, la fiesta de la patrona de nuestra nación, un hombre dañó una estatua de Nuestra Señora de Fátima en el Jardín del Rosario del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción. Hasta la fecha se han producido al menos 130 ataques, y esa cifra sigue aumentando constantemente. Varios de los ataques han consistido en la destrucción de carteles provida y grafiti con mensajes a favor del aborto. Atacar los lugares sagrados –ya sea dañando la propiedad física o proyectando mensajes proabortistas en una iglesia mientras la gente reza por el fin del aborto, como hicieron los activistas en Washington, DC y Nueva York en enero– perjudica a todas las personas de fe, ya que la propia naturaleza de los espacios sagrados es que sean apartados y tratados con respeto. Los ataques a los lugares de culto menoscaban la vida y la dignidad de todos. La paz cívica de una sociedad pluralista requiere que las personas sean libres de rendir culto sin temor.

Actúen

Las comunidades católicas han expresado su fe a través de su arte y arquitectura sagrados. Las catedrales, los edificios parroquiales y el arte devocional dan testimonio de la fuerza y la esperanza de estas diversas comunidades. ¿Cómo te ha afectado este legado? ¡Compartan con nosotros en Twitter una foto del edificio de su iglesia o arte devocional favorito! @USCCBFreedom #ReligiousFreedomWeek

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