Notas al leccionario para el domingo antes del Día de la Independencia
13° Domingo del Tiempo Ordinario – 30 de junio de 2019

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Lecturas

Primera Lectura 1 – 1 Reyes 19:16b,19-21
Responsorial – Salmo 16:1-2,5,7-8,9-10,11
Segunda Lectura – Gálatas 5:1,13-18
Evangelio – Lucas 9:51-62

Llamado a ser discípulos

  • La primera lectura se refiere al llamado de Eliseo. Para poder cumplir el llamado de Dios en su vida, Eliseo debe seguir a Elías. Eliseo comienza ofreciendo lo que queda de su antigua vida como sacrificio. Al leer este relato a la luz de los evangelios, vemos como los pescadores al tirar sus redes para seguir a Jesús hacen eco del relato de Eliseo.
     
  • El pasaje del Evangelio recuerda elementos del relato de Elías en dos sitios. Como Elías, Santiago y Juan están entusiasmados, deseosos de llamar al fuego del cielo para que destruya a los enemigos de Jesús (ver 2 Re 1:9-12). Aunque Jesús los corrige, es notable que estos hombres sean dos de los discípulos más cercanos a Jesús. Aunque estén equivocados por querer hacer esto, están en el camino correcto en el sentido de que su intensidad es la respuesta adecuada a la venida del reino de Dios.
     
  • Jesús revela las exigencias del llamado a ser discípulos en su respuesta a los que no lo siguen en forma inmediata. El llamado de seguir a Jesús como discípulo requiere intensidad, energía, disposición para dejar lo que estamos haciendo, como hizo Eliseo, y salir a lo desconocido.
     
  • La reprimenda de Jesús también es importante, porque muestra la forma en que estamos llamados a responder a los que percibimos como enemigos. Mientras que Elías pidió que el fuego bajara del cielo sobre los hostiles al reino, los cristianos estamos llamados a dar testimonio, incluso si eso nos lleva a la muerte. Piensa en las Mártires de Compiègne, monjas carmelitas que fueron víctimas de la guillotina durante el Reinado del Terror de la Revolución Francesa. Como carmelitas, las raíces de su ministerio se remontan a Elías, y estaban comprometidas a la oración y al sacrificio. Siguiendo los pasos de Jesús, no se opusieron a la persecución con medios mundanos, sino en cambio, ofrecieron su vida por su pueblo.

Libertad siendo discípulos

  • En nuestra cultura actual, solemos pensar en la libertad en forma individual. Pensamos: “Soy libre al punto de que puedo hacer lo que quiero”. Pero si la verdadera libertad solo se puede encontrar al convertirnos en quienes somos, entonces vemos que Eliseo alcanza la libertad al ser discípulo. Es liberado para alcanzar grandes cosas para Dios, porque él sigue a Elías.
     
  • La epístola a los Gálatas es probablemente la primera carta de San Pablo, y en ella, el Apóstol comienza a elaborar una compleja teología de la libertad respetando la ley de Moisés. Un punto central que marca es que somos santificados por Cristo, no la ley. Su punto no es menospreciar la ley sino enfatizar la centralidad de Cristo. La ley en definitiva apunta a Cristo y a una vida en el Espíritu.
     
  • Para los católicos, es fácil caer en la trampa de enfocarnos en nuestras obligaciones como meras obligaciones. Nos preguntamos: “Si llego a misa después de las lecturas de la Sagrada Escritura, ¿vale? ¿Cuál es el máximo que puedo comer un día de ayuno? ¿Está bien si solo voy a confesarme cuando hice algo muy malo?”. Es importante que comprendamos que nuestras obligaciones son caminos hacia la libertad. Casi nunca un pianista, bailarín o atleta alcanza la excelencia haciendo lo mínimo. Y, sin embargo, solo el pianista, bailarín o atleta de excelencia es verdaderamente libre (frente a su arte en particular). La meta de la vida cristiana es la comunión con Dios conformándonos a Cristo en el poder del Espíritu Santo. No nos enfocamos en las obligaciones porque queremos solo sobrevivir. En cambio, participamos de prácticas católicas para conformarnos a Cristo, y así ser libres.
     
  • El propósito de la libertad es que podamos ser servidores unos de otros. La vida en el Espíritu siempre está orientada al amor y servicio por el prójimo. Los católicos expresan y manifiestan este espíritu de servicio en la vida pública y en los servicios de caridad como la adopción y el cuidado temporal de acogida.
     
  • Cuando San Pablo ordena que nos sirvamos unos a otros, podemos escuchar al Apóstol que nos recuerda nuestra solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de otras partes del mundo que sufren persecución. Estamos llamados a llevar las cargas de todos los miembros del cuerpo de Cristo. Por consiguiente, es imprescindible que reflexionemos acerca de la vida de nuestros hermanos cristianos, como los que sufren persecución en lugares como Nigeria y el Medio Oriente, y que recemos por ellos, por la conversión de sus perseguidores, y que busquemos maneras de ser solidarios con ellos.
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Fortaleza en la esperanza del Señor incondicional y fiel

  • Nuestro bien es con Dios. La imagen de Dios como refugio se repite en los Salmos. Puede haber conflicto en la vida, pero Dios es fiel, y con Él encontramos vida y paz, como dice el salmista.
     
  • Dios muestra al salmista el camino a la vida. Y el salmista sabe que podemos confiar en Dios, porque Él no permitirá que los que siguen este camino se separen de Él.
     
  • El salmista nos da la oración de una persona que confía en la fidelidad del Señor, y por lo tanto es incondicional en seguirlo. En el Señor, encontramos seguridad, alegría y libertad verdaderas. El Señor nos da la esperanza que es nuestra fuente de fortaleza.


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