Notas para el leccionario—Corpus Christi

Testigos de esperanza: Semana de la libertad religiosa 2025
22 de junio de 2025
La Solemnidad del Santísimo Cuerpo y la Santísima Sangre de Cristo (Corpus Christi)

Lecturas

Primera lectura – Génesis 14, 18-20
Salmo Responsorial – Salmo 110, 1. 2. 3. 4
Segunda lectura – 1 Corintios 11, 23-26
Secuencia – Lauda Sion (opcional)
Evangelio – Lucas 9,11b-17

Sacerdocio real

  • La Solemnidad de Corpus Christi celebra el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que Jesús ofrece al Padre para la salvación del mundo. Cristo se ofrece en la cruz, y en el sacrificio de la misa él incorpora la Iglesia a su acto de auto entrega.
  • Varias de las lecturas de hoy se refieren a las funciones de rey y sacerdote.
  • A Melquisedec se lo llama "rey de Salem", que tradicionalmente se entiende como una referencia a Jerusalén. Su nombre significa “Rey de justicia”. Es un tipo primitivo de Cristo en tres aspectos importantes: Es simultáneamente rey y sacerdote; ofrece pan y vino a Dios; no pertenece a la tribu de Leví, y por lo tanto recibe su sacerdocio directamente de Dios, sin intermediarios.
  • El Salmo Responsorial es un salmo real, probablemente compuesto para conmemorar una victoria militar. El Señor invita al rey israelita a sentarse a su derecha, que es el lugar de honor. En su coronación, se consideraba que un rey israelita se entronizaba a la derecha del Señor invisible, pero siempre presente. Al igual que un sacerdote, el rey es un intercesor, representando a las personas ante Dios.
  • Cristo, como Rey y Sacerdote, se ofrece a sí mismo por Su pueblo. La Lauda Sion, que fue compuesta aproximadamente en 1264 por santo Tomás de Aquino para utilizarse en misa en la fiesta en ese entonces relativamente nueva de Corpus Christi, hace referencia a la función de Cristo como dirigente de Su pueblo: "En esta mesa del nuevo rey, / la pascua nueva de la nueva ley / pone fin a la pascua antigua” (versículo 7). Este versículo sostiene que en la Eucaristía hay tres cosas que se hacen nuevas: la ley, el sacrificio y el reino. Cumplimos la nueva ley de Cristo, nuestro soberano Rey, cuando recibimos con fe su Cuerpo y su Sangre, dejándonos transformar por su gracia, para que también nosotros nos ofrezcamos en caridad por la vida del mundo.

Llamados a participar en la Misión de Jesucristo

  • En el bautismo, los cristianos se incorporan al cuerpo de Cristo, y mediante la Eucaristía, los bautizados participan en la entrega total de Cristo por el mundo entero. La celebración del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en esta solemnidad llama a la Iglesia a una participación más profunda en la misión de Cristo. Cristo desea reinar en las mentes, voluntades y corazones de todas las personas (véase Quas primas, 7). Con nuestra digna recepción de la Sagrada Comunión, nos convertimos en instrumentos mediante los cuales Cristo extiende su reino en el tiempo y el espacio, ofreciendo esperanza a un mundo que necesita su poder salvador.
  • En el pasaje del Evangelio, la predicación de Jesús del Evangelio viene acompañada de obras de sanación y alimento. Estas señales hacen referencia a la Eucaristía y a la Unción de los enfermos, y al mismo tiempo, recuerdan a la Iglesia que las acciones acompañan nuestro testimonio del Evangelio. El Reino de Dios no trata solo de lo que va más allá del aquí y ahora. Hay una relación cercana y práctica entre el Reino de Dios y las acciones que realizamos en la vida. La Iglesia Católica en los Estados Unidos durante décadas ha procurado participar en el ministerio de Cristo a los enfermos y hambrientos sirviendo en la atención médica y los servicios sociales.
  • El Decreto del Concilio Vaticano II sobre el Apostolado de los Laicos enseña que todos los miembros de la Iglesia comparten la misión de llevar el reino de Dios en todos los ámbitos de la actividad humana: “La Iglesia ha nacido con el fin de que, por la propagación del Reino de Cristo en toda la tierra, para gloria de Dios Padre, todos los hombres sean partícipes de la redención salvadora, y por su medio se ordene realmente todo el mundo hacia Cristo. Toda actividad del Cuerpo Místico dirigida a la consecución de este fin se llama apostolado, que la Iglesia lleva a cabo de diversas maneras a través de todos sus miembros" (Apostolicam actuositatem, 2).
  • Los laicos tienen un rol especial en la santificación del mundo promoviendo el reino de Cristo en el ámbito temporal. “Son consagrados como sacerdocio real y gente santa (ver 1 Pe 2, 4-10) para ofrecer hostias espirituales por medio de todas sus obras, y para dar testimonio de Cristo en todas las partes del mundo” (Apostolicam actuositatem, 3).
  • La libertad religiosa consiste en que el Estado no impida a las personas buscar y responder a la verdad acerca de Dios. También significa que la Iglesia tiene el espacio para llevar a cabo la misión que Cristo le encomendó. Hoy día, la Iglesia enfrenta muchos desafíos a sus esfuerzos, incluida la polarización política que fractura el cuerpo de Cristo. Existen amenazas a la capacidad de los ministerios cristianos para servir a los inmigrantespromover el bien común, mientras que también puede haber oportunidades en el próximo año para ampliar las opciones de los padres en la educación. E incluso en el extranjero, en países como NicaraguaNigeria, los cristianos son perseguidos por su fe.

Testigos de la esperanza en este Año jubilar

  • A pesar de los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia para llevar a cabo la misión de Cristo, se nos recuerda en este Año jubilar que estamos unidos en la "esperanza que no quedará defrauda" (Rom 5, 5). La solemnidad del Corpus Christi nos permite reflexionar sobre esta esperanza en Cristo: en concreto, sobre cómo nuestra participación en la vida de la Iglesia por ser miembros del cuerpo de Cristo nos impulsa a seguir adelante en la misión.
  • Nuestro bautismo nos introduce en el cuerpo de Cristo y nos une en una dignidad compartida y común. Nuestra participación en la Eucaristía nos transforma por el amor de entrega de Cristo. El amor y la misericordia de Cristo nos dan un modelo unificador de cómo llevamos a cabo nuestra misión como cuerpo de Cristo y cómo damos testimonio de la esperanza que se encuentra en Cristo.